
El experto trata un tema muy común.
Juan Enrique Romero, veterinario: "La razón por la que tu gato marca territorio a pesar de estar castrado"
El experto aclara una duda por la que muchos dueños pasan aunque hayan sometido a su mascota a esta operación quirúrgica.
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Muchos dueños de gatos se sorprenden cuando, a pesar de haber castrado a su mascota, el animal continúa rociando con orina distintas zonas de la casa. Sin embargo, este comportamiento, lejos de ser una señal de que la castración no funcionó, tiene una explicación concreta que el veterinario Juan Enrique Romero no ha dudado en aclarar en sus redes de manera clara y directa.
Romero, que suele responder preguntas en redes sociales, cuenta que una de sus consultas más habituales tiene que ver con este problema. "Me dicen tengo un gato macho castrado que sigue marcándome territorio por toda la casa. ¿Sabes lo que pasó? Que lo castraste tarde”, explica.
El especialista señala que el éxito de la castración para prevenir este tipo de conducta no depende solamente del hecho de realizarla, sino del momento en que se lleva a cabo. Y es que según ha indicado Juan Enrique existe una ventana de tiempo en la que la intervención quirúrgica es más efectiva para evitar el marcaje territorial.

Este consejo ayuda a prevenir este hábito.
"Si castras al animal antes de su madurez sexual o inmediatamente después de su madurez sexual, que te vas a dar cuenta enseguida que en un gato común europeo es alrededor de los 7-8 meses, vas a evitar totalmente el marcaje, que es diferente a orinar”, afirma en su explicación.
Según detalla el experto, esta diferencia es fundamental ya que mientras que orinar es una necesidad fisiológica natural, el marcaje es una conducta relacionada con la territorialidad y las hormonas sexuales.
Romero explica que el acto de orinar está ligado al instinto del gato de tapar sus desechos, una conducta heredada de sus ancestros salvajes para evitar llamar la atención de posibles depredadores. En cambio, cuando un gato marca con orina lo hace a través de un rociado breve y concentrado, generalmente sobre superficies verticales.
Es por ello que este tipo de marcaje puede mantenerse incluso después de la castración si se realiza cuando el gato ya alcanzó su madurez sexual ya que las hormonas ya habrán influido en el comportamiento del animal, y es probable que haya incorporado el hábito como parte de su rutina "sobre todo si hay algún conflicto en el ambiente donde se desarrolla el animal”, concluye Romero.
Con estas palabras, el especialista quiere decir, que incluso en gatos castrados, el estrés o los cambios en el entorno pueden reactivar o intensificar esta conducta.
No obstante, para los dueños que ya se enfrentan a este problema, la solución no siempre es simple. Reducir el estrés del animal, evitar conflictos con otros gatos, mantener una rutina estable y tranquila, y en algunos casos recurrir a feromonas sintéticas o consultar con un especialista en comportamiento animal pueden ser caminos posibles.
Sin embargo, el mensaje principal de Juan Enrique Romero es claro: la prevención es clave, por lo que castrar al gato antes de que madure sexualmente es la forma más eficaz de evitar que el marcaje territorial se convierta en un problema de convivencia.