
Christian Velez, el parisino que lleva más de 7 años viviendo en Barajas. Jesús Soler 4z6c68
Christian, el vigilante parisino con más de 7 años viviendo en Barajas: "Aena nos quiere en la calle, pero ya estamos en ella" 481k3e
Este ciudadano francés de 70 años cuenta que, por desgracia, ha vivido algunas situaciones "de inseguridad" mientras pernoctaba en Barajas. 4u1us
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Christian Velez, parisino de 70 años, se sienta en la mesa de un restaurante de la T-1 de Barajas mientras un amigo suyo parte en dos un bocadillo, que será su cena. Su amigo le anima a contar su historia y dar visibilidad a una dura realidad. Él es uno de los más de 400 indigentes que pernocta en Barajas y, por desgracia, conoce las terminales como la palma de su mano, ya que lleva más de siete años viviendo en las instalaciones del Adolfo Suárez.
Hace años, Christian trabajaba como vigilante de seguridad para una empresa sa. Pero tras una serie de problemas familiares, su hermana le echó de casa de Montpellier y comenzó a pernoctar en diversos aeropuertos ses. Hasta que llegó a Madrid en abril de 2018. Al poco de 'aterrizar', le robaron todo el dinero que tenía y tuvo que quedarse en Barajas.
Desde aquel día, comenzó a "pedir dinero" a la gente en el aeropuerto. Además, su edad no juega a su favor a la hora de encontrar trabajo: "¿Quién va a querer contratar un señor de 70 años? Mi edad hace muy difícil el poder encontrar un empleo".
"El número de personas que vive en Barajas ahora ha subido muchísimo. Desde el año 2024 cada vez vemos más gente pernoctar en las instalaciones del aeropuerto. Yo siempre he dormido en la T-1, pero también sé que hay mucha gente a la T-4" cuenta mientras se toma su cena acompañada de un café.
Cuenta que en la T-1 han quitado todos los enchufes, por lo que se tiene que desplazar a la T-4 "sólo para cargar el móvil": "A mí me parece increíble que en un aeropuerto internacional no se pueda cargar un teléfono o una tablet. Nosotros no podemos, pero es que los pasajeros tampoco pueden".

Indigentes durmiendo en Barajas.
Christian está empadronado en Madrid, pero explica que no recibe ayudas del Ayuntamiento "por ser demasiado viejo". "Reciben prestaciones las personas que tienen entre 18 y 65 años. Por eso, conseguía comida gracias a la asociación Bokatas, pero ahora ya no, porque Aena les ha prohibido la entrada", explica.
"Aena quiere que nos vayamos a la calle, pero ya estamos en ella, no tiene ningún sentido. Al final, algunos viajeros me dan limosna y algunos vigilantes de seguridad también nos ayudan con lo que pueden y tienen mano", apunta.
Y la pregunta del Millón ¿Qué solución puede haber?: "Que todas las istraciones se reúnan y que acuerden una solución al problema y echarnos a la calle no es una opción. Hay pisos y hay casas de acogida para estar al menos una semana o 15 días, pero es urgente que nos ayuden con algo, porque dentro de poco las cosas se van a poner más complicadas con la llegada de controles", relata este parisino.
Por desgracia, este ciudadano francés es consciente de los problemas de inseguridad que se viven dentro de las instalaciones del Adolfo Suárez. "Hace poco, mientras no estaba en la T-1, otro indigente había cogido mi maleta con todas mis cosas y también la de un amigo mío. No son sólo los trabajadores de Barajas los que han sufrido situaciones de ese tipo, también los que sólo queremos tener un techo bajo el que dormir", concluye antes de terminar su cena.
Nuevos controles 153t2a
La crisis de los indigentes de Barajas ha supuesto un choque entre las instituciones y ha hecho que Aena haya dado un paso adelante. La sociedad aeroportuaria anunció que reforzará a partir de este miércoles los controles de al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas entre las 21.00 de la noche y las 5.00 de la madrugada como medida disuasoria para evitar la presencia de personas sin hogar que pernoctan en sus instalaciones.
Así lo dijo el presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), Maurici Lucena en una entrevista que concedió en TVE: "Hay un informe de la abogacía del Estado que solicitamos hace tiempo, a la vista de la no resolución de este problema, que obviamente avala los dispositivos que se van a desplegar mañana. La razón por la cual se desplegarán estos controles de es para que el problema no empeore y, entre tanto, esperemos que el Ayuntamiento de Madrid recupere su serenidad y trate de resolver el problema".
Aena comunicó el pasado miércoles, en una nota de prensa, que en franjas horarias de baja intensidad en la programación de vuelos solo podrían acceder al aeropuerto los pasajeros con tarjeta de embarque, sus acompañantes -tanto en salidas como en llegadas- y los trabajadores, en una medida que busca frenar el aumento de las personas sin hogar que pernoctan en las instalaciones madrileñas.
A partir de este miércoles, una veintena de vigilantes de seguridad pedirán documentación para acceder entre las 21:00 y las 05:00 horas en cinco puertas de las Terminales 1, 2 y 3 y otras cuatro en la Terminal 4, ha precisado el sindicato UGT.
Los vigilantes de seguridad harán un control previo de como medida disuasoria, basándose en el Reglamento Europeo 300/2008 para la seguridad de la aviación civil, pero si una persona quiere pasar a las instalaciones aeroportuarias sin la documentación requerida los vigilantes comunicarán la incidencia al centro de control de Aena para que la Policía se haga cargo de la situación, han indicado desde UGT.
El responsable del Sector de Seguridad Privada y Servicios de UGT Madrid, Ángel García Marco, ha argumentado que el aeropuerto es un espacio público y la seguridad depende de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que tienen la condición de agentes de la autoridad, mientras que los vigilantes privados están supeditados a las órdenes de la Policía.
Por ello, ha anunciado que, en cuanto los vigilantes de seguridad privada reciban las cartas con la orden de trabajo correspondiente, elevará una consulta a la Unidad Central de Seguridad Privada, que depende del Ministerio del Interior, para que aclare hasta dónde pueden actuar al tratarse de un lugar de pública concurrencia.