Pedro Sánchez, este miércoles en los pasillos del Congreso.

Pedro Sánchez, este miércoles en los pasillos del Congreso. EFE 2v3q22

Política

El PSOE inicia con Gallardo y Santos Cerdán una nueva estrategia para anticiparse a las decisiones de los jueces 6x3p5c

Los socialistas buscan romper la imagen de legislatura acabada y de Gobierno acorralado por los escándalos que había empezado a fraguarse. h2q5t

Más información: Santos Cerdán registró hace 12 días su primera pregunta sobre obras en Navarra cuando se sintió señalado por la UCO 6b3g3b

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El Gobierno y el PSOE se habían mantenido durante varias semanas a la defensiva y con cierta pasividad ante las informaciones sobre escándalos que les afectan.

Así ocurrió, por ejemplo, respecto a los mensajes intercambiados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su antiguo número dos, José Luis Ábalos.

Esa posición tenía que ver con la duda de hasta dónde llegarían los datos que se iban conociendo, como el supuesto informe de la UCO sobre Santos Cerdán sobre el que, sin haber salido a la luz, se han publicado informaciones que incriminan al número tres del PSOE, lo cual no es habitual.

Entre tanto, el PP lanzaba una dura ofensiva política contra el Gobierno sobre estos asuntos, como fue evidente este miércoles en el pleno del Congreso.

Sin embargo, los socialistas han decidido cambiar su estrategia por otra mucho más reactiva. Lo que una nota del PSOE llama "pasar a la ofensiva".

En las últimas semanas había preocupación tanto en el Gobierno como en el PSOE por la apariencia de pasividad ante las acusaciones y por la imposibilidad de marcar la agenda política. También por la dificultad para intentar colocar algunos mensajes positivos, como los que proporcionan los datos económicos.

Preocupaba entre los socialistas la imagen de legislatura acabada y enfangada, y de Gobierno acorralado por los escándalos.

Ahora, en esta nueva estrategia se incluye la breve comparecencia ante los periodistas de Santos Cerdán el martes, negando las informaciones sobre él y protagonizando una especie de voladura controlada.

Así, Cerdán habló expresamente de sus gestiones para interesarse por obras públicas en su condición de diputado y coordinador territorial del partido. Era conocedor de que en la documentación que analiza la UCO se incluyen mensajes que cruzó con Ábalos y Koldo Garcia en los que se interesa por esas adjudicaciones.

Moncloa y el PSOE mantienen que en esos mensajes no hay nada que demuestre la participación de Cerdán en la trama o en las gestiones para adjudicar obras públicas, ni indicios de la acusación lanzada por Víctor de Aldama sobre el supuesto cobro en metálico de 15.000 euros procedentes de la trama corrupta.

El propio presidente del Gobierno respaldaba expresamente a Cerdán en la sesión de control de este miércoles en el Congreso.

Además, el propio Cerdán se encargó hace dos semanas de construirse una coartada al presentar preguntas al Gobierno en el Congreso sobre obras públicas, lo que no había hecho nunca como diputado, según informó Onda Cero. De esa forma, naturalizó su versión posterior sobre su interés por las adjudicaciones y su supuesta actividad como parlametario volcado en conocerlas, ante la perspectiva de lo que pueda salir de sus conversaciones con Ábalos y Koldo García.

Cerdán, línea roja j4bo

Fuentes de Moncloa aseguran que no tienen dudas sobre Santos Cerdán, cuya caída provocaría un inmenso problema político para Sánchez, una de las líneas rojas establecidas por los socialistas para resistir el envite.

En su defensa, se incluye la denuncia de lo que los socialistas consideran "una ofensiva de la derecha política, judicial y mediática" contra el Gobierno y, más concretamente, contra su presidente.

En esta línea, el PSOE difundió este miércoles un documento de la fundación Avanza, a cuyo patronato pertenecen Pedro Sánchez y otros dirigentes socialistas, que habla expresamente de "lawfare".

"Llegados a los extremos de tensionamiento brutal y distorsión que las derechas políticas están aplicando a la contienda política en España, es conveniente comenzar a llamar a las cosas por su nombre, y, quizás, pasar a la ofensiva", asegura la nota de los socialistas que difunde dicho informe.

La nota añade: "El lawfare, por el que pequeñas organizaciones del más rancio derechismo español, especializadas en criminalizar la vida política, llevan a los tribunales causas endebles, que son itidas con rapidez por algunos jueces, esparcidas por algunos medios o pseudomedios de comunicación e instantáneamente traducidas por los partidos políticos de derechas en acusaciones públicas en toda regla”.

Ese breve documento concluye que "llegados a los extremos donde estamos, esta contienda que tenemos por delante no es ni partidista ni de izquierdas: es democrática y concierne a todos los demócratas en España".

Gallardo y el hermano 1i26d

Una tesis similar la desarrolló este miércoles en el Pleno del Congreso la vicepresidenta primera y número dos del PSOE, María Jesús Montero, en respuesta a los duros ataques del PP a cuenta de los diferentes escándalos e investigaciones judiciales.

Coincidiendo con esa estrategia reactiva ante los escándalos, se ha puesto en marcha la operación para que Miguel Ángel Gallardo, imputado en el sumario sobre supuesta adjudicación de un puesto de trabajo al hermano de Pedro Sánchez, renuncie a la Presidencia de la Diputación de Badajoz para ocupar un escaño en la Asamblea de Extremadura y retrasar el juicio.

Con esa maniobra, que precisa la renuncia de varios candidatos de la lista del PSOE en las elecciones de esa comunidad, Gallardo pasaría a ser aforado y el caso tendría que ir al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

Además, el Gobierno ha empezado a preparar el terreno para el inminente procesamiento del fiscal general del Estado, Álvaro García, en el Tribunal Supremo en el caso de la filtración de datos sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso.

Moncloa insiste en que no hay ninguna duda sobre la continuidad del fiscal, mantiene que no hay nada contra él y, por eso, el Gobierno le respaldará para que siga en el cargo aunque el juez del Tribunal Supremo le siente en el banquillo.