
Jonathan Olivera, psicólogo clínico.
Jonathan Olivera, psicólogo clínico: "Sentir que vives en piloto automático puede ser un síntoma de depresión"
Según el experto, a veces el malestar emocional no se presenta como tristeza evidente, sino como una sensación constante de irritabilidad y apatía.
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 5% de los adultos de todo el mundo tienen depresión. En España, concretamente, tiene una prevalencia considerable y se estima que entre 2 y 4 millones de españoles la sufren, siendo más común en mujeres que en hombres y, además, un problema que aumenta con la edad.
Debido a su prevalencia en todo el mundo y en nuestro país, el síntoma principal —la tristeza prolongada, también llamada estado de ánimo deprimido o depresivo— es conocido por todos; sin embargo, no es el único e, incluso, puede no ser el principal. De hecho, también existe la depresión sonriente, donde la persona mantiene una fachada de felicidad para el mundo exterior.
Según los expertos, el malestar emocional no siempre se presenta como una tristeza evidente, "sino como una sensación constante de irritabilidad y apatía". Muchas personas que sufren depresión, especialmente en las primeras etapas, simplemente empiezan a funcionar en piloto automático. Así lo ha explicado el psicólogo clínico Jonathan Olivera en sus redes sociales.
La depresión y sus síntomas
Según la Universidad de Navarra, la depresión es un trastorno mental caracterizado fundamentalmente por la tristeza y el desánimo. Se asocia, además, con alteraciones físicas y cognitivas, ya que afecta al desarrollo funcional del paciente, así como a las relaciones sociales o al lenguaje.
"La depresión no siempre se ve como tristeza", indica Olivera, "a veces es estar molesto sin razón, sentir que cada cosa pesa demasiado y que apenas tienes fuerzas para hacer lo mínimo. Es empezar a funcionar en piloto automático, haciendo por hacer, hasta que el aislamiento se vuelve una forma de protegerte, aunque en realidad solo profundiza el malestar", finaliza.
Cuando una persona vive en piloto automático, realiza las actividades diarias de forma mecánica y sin plena conciencia del presente. Es un estado en el que la mente se desconecta de lo que está ocurriendo, y el cerebro se enfoca más en pensamientos del pasado o futuro que en el momento actual, es un mecanismo de supervivencia cuando las emociones son demasiado "pesadas" para procesar conscientemente.
Según los expertos, vivir en modo automático puede tener profundas implicaciones psicológicas que afectan tanto la comprensión de uno mismo como la calidad de las relaciones interpersonales y el bienestar mental. Y, en ocasiones, pasa tan desapercibido que pocas veces se contempla como una consecuencia de la depresión.
Vivir en piloto automático puede parecer, al principio, una respuesta lógica al cansancio o al estrés cotidiano, pero cuando se prolonga, se convierte en una señal clara de que algo no está bien a nivel emocional.
De acuerdo con Olivera, muchas veces la depresión se manifiesta como una molestia constante, una irritabilidad inexplicable o una apatía que lo invade todo. No se trata únicamente de un sentimiento de tristeza, sino de sentir que "cada cosa pesa demasiado y que apenas tienes fuerzas para hacer lo mínimo".
Este tipo de malestar emocional suele llevar a un proceso progresivo de aislamiento, indica el psicólogo. Se reducen las interacciones, se evitan los planes y poco a poco, establecemos una distancia emocional y física del entorno, ya que "es una forma de protegernos".
Aunque este aislamiento puede parecer una solución temporal, "en realidad solo agrava el vacío, haciendo que el peso emocional se vuelva cada vez más difícil de cargar". Por ello, el experto indica que es fundamental reconocer este ciclo para "romperlo y empezar a buscar una salida".