El protagonista del videojuego 'Doom: The Dark Ages'.

El protagonista del videojuego 'Doom: The Dark Ages'. 1463t

Homo Ludens

'Doom: The Dark Ages', iconografía de heavy metal 6x64g

Id Software vuelve con otro capítulo de la veterana franquicia de disparos con un enfoque medieval que cambia el ritmo de la acción y expande su mitología luciferina. 66483

Más información: 'Assassin’s Creed Shadows', la mejor manera de hacer turismo por Japón sin salir de casa q551o

Publicada
Actualizada

Id Software son los padrinos de los juegos de disparos en primera persona, o más comúnmente conocidos como FPS. Sus andanzas en los 90 con Wolfenstein 3D (1992), Doom (1993) y Quake (1996) propulsó el género hasta el punto de convertirlo en el más popular y rentable en la industria de los videojuegos, más allá de que hace mucho tiempo que sus franquicias dejaron de capitanear la industria.

Sin embargo, desde que en 2016 resucitaron a Doom, han conseguido labrarse un espacio propio donde apenas tienen competencia. Se dedican a hacer juegos con sensibilidades añejas, muy alejados de los rigorismos militaristas de Call of Duty o Battlefield, y donde desechan el imperativo realista en favor de una profundización en el escapismo más fantasioso.

Bajo la apariencia de boomer shooter sin complejos, Id ha conseguido desarrollar juegos bastante más innovadores, complejos y elaborados que su imaginería iconoclasta podría dar a entender. Y no se han dormido en los laureles, propiciando un cambio sustancial en la jugabilidad con cada entrega moderna de Doom.

Si Doom Eternal (2020) se controlaba como un avión de combate, en Doom: The Dark Ages (2025) encarnamos a un tanque, más pesado, sólido y determinado a soportar la avalancha de las tropas infernales. ¿Hasta qué punto un escudo y un mangual alteran una fórmula ganadora?

Tras los dramáticos eventos de Doom: Eternal y su expansión The Ancient Gods, es momento de ir atrás en el tiempo para explorar un periodo en la fantástica existencia de nuestro reservado protagonista. Doom: The Dark Ages explora los tiempos en que el Doom Slayer era un arma de destrucción masiva utilizada por los Maykrs y los Centinelas de la Noche en la guerra contra las huestes del infierno.

El príncipe Azrakh lidera una invasión interdimensional que amenaza con sobrepasar las defensas de Argent D’Nur, la dimensión de los Centinelas de la Noche, que solicitan refuerzos de los Maykrs, sus aliados. Como único apoyo, reciben a un Doom Slayer bajo control mental pero con su irrefrenable furia contra los demonios intacta.

La inclusión del escudo-sierra en The Dark Ages supone un cambio de paradigma trascendental en el ritmo y la jugabilidad de Doom. En vez de corretear por los escenarios a velocidad de relámpago y esquivar disparos con una agilidad asombrosa, aquí la mecánica principal implica bloquear los embates y resistir.

Fotograma de 'Doom: The Dark Ages'.

Fotograma de 'Doom: The Dark Ages'.

Los proyectiles verdes se pueden devolver a los enemigos, originando un sistema de parries que permiten contraataques devastadores una vez desbloqueamos un expansivo árbol de habilidades.

Al mismo tiempo, podemos lanzar el escudo de manera análoga a como lo hace el Capitán América, estableciendo una trayectoria letal para los enemigos más débiles y un momento de parálisis a los más fuertes que crean ventanas de oportunidad muy útiles. Los campos de batalla son enormes y el volumen de los enemigos muy numeroso, por lo que es fundamental priorizar objetivos y plantear cierto enfoque estratégico entre el frenesí de combate. 

Doom Eternal expandió la mitología de la saga con un mayor número de dimensiones y facciones,  apostando por una historia más elaborada donde los marines del UAC quedaban en un segundo plano. The Dark Ages ni se molesta en visitar la Tierra, optando por bascular por entero a entornos de fantasía épica con una fuerte inspiración medieval.

La oscura cosmovisión de Lovecraft juega un papel protagonista en el último tercio de la campaña, con varios niveles ambientados en una dimensión oscura llena de tentáculos y arquitectura alienígena y la presencia literal de un Cthulhu colosal.

Fotograma de el videojuego 'Doom: The Dark Ages'.

Fotograma de el videojuego 'Doom: The Dark Ages'.

Sin embargo, hay una cierta sensación de oportunidad perdida, de haber ido a lo seguro, de no haber arriesgado mucho con lo que ya se había planteado en el capítulo anterior. Puede que todo responda a una estrategia de dosificación respecto a futuribles entregas, pero hubiera sido motivo de celebración el haber podido presenciar entornos más creativos e inusuales en The Dark Ages

Lo mismo se puede decir de la narrativa, que discurre por caminos muy previsibles y en ningún momento incluye sorpresas relevantes. Doom nunca ha sido una franquicia muy preocupada por contar una historia interesante, pero Eternal sí que hizo progresos significativos en ese área, por lo que resulta un tanto descorazonador que el equipo de Id Software no haya querido continuar por esa vía, probablemente por miedo a las críticas de sus fans más intransigentes que se erigen como guardianes de las esencias y que temen una pérdida del foco de la franquicia: a saber, la acción más sangrienta e iconoclasta.

Doom: The Dark Ages cambia el ritmo de la jugabilidad con la inclusión del sierra-escudo y una apuesta por una acción más cercana y contestataria. Las fases con el Atlan, un robot gigantesco, y el ciberdragón exhiben una profundidad mecánica muy limitada, pero cumplen con su función de romper el ritmo y aportar variedad a la experiencia. No asume muchos riesgos en las demás facetas y tampoco pretende elevarse más allá de su premisa básica.

Es una portada de disco de death metal en movimiento, un mejunje libidinoso donde confluyen todos los excesos del género y donde se fusionan las estéticas maximalistas del metal extremo. Inspiración medieval, hombres saturados de esteroides, armaduras, hordas demoníacas, tentáculos lovecraftianos y armas estrambóticas.

Fotograma de 'Doom: The Dark Ages'.

Fotograma de 'Doom: The Dark Ages'.

De hecho, hay una ametralladora que utiliza calaveras trituradas como munición. Tiene un público objetivo muy definido en mente y los demás no están invitados a la fiesta. Los que sí se sientan compelidos por la premisa se encontrarán un título de acción sin complejos, muy conseguido, sólido como una roca en el apartado técnico y un tanto pacato en sus ambiciones formales.

Doom: The Dark Ages 5s636g

Estudio: Id Software
Editora: Bethesda Softworks
Director creativo: Hugo Martin
País: Estados Unidos
Plataformas: PC, Xbox Series, PlayStation 5