La actriz Sara Sálamo con look de IKKS y maquillaje de Pedro Cedeño.

La actriz Sara Sálamo con look de IKKS y maquillaje de Pedro Cedeño. Isaac Morell

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Sara Sálamo en su nueva faceta: “Me gusta dirigir, pero probablemente sea lo que más estrés me genera”

La actriz tinerfeña da un paso más en su carrera y estrena de la mano de Hoteles Landmar 'Horizonte', un corto en el que habla de sus orígenes.

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Paraíso, esa palabra que nos viene a la cabeza cuando pensamos en un lugar feliz. Horizonte, ese objetivo que nos marcamos cada día y que es la meta a cumplir.

Ambas palabras juegan un papel importante en el vocabulario de la actriz Sara Sálamo (Tenerife, 1992) y han provocado la vuelta a su tierra natal para revivir los momentos que le marcaron en la infancia.

En el sur de la isla, más concretamente en Santiago del Teide, una localidad de Tenerife cerca de los acantilados de Los Gigantes, Sálamo pasó un par de veranos en la casa de su tía.

Allí se enamoró, regaló un collar de conchas y disfrutó corriendo descalza por la arena caliente. Y allí, bajo el amparo de Hoteles Landmar, vuelve con un sueño cumplido, el de ser actriz y otro que ha puesto en marcha hace un par de años, el de ser directora.

La charla comienza tras disfrutar de un increíble cine de verano con sus correspondientes palomitas y una limonada que transportaba al verano.

Detrás de la pantalla caía el sol sobre el océano y, de fondo, las vistas de la isla de La Gomera. Un atardecer que evocaba a dejarse llevar, a pensar con calma y a reflexionar sobre el horizonte.

¿Qué sientes al presentar este proyecto en tu tierra?

Ha sido emocionante y estimulante. Era la primera vez que lo veía con público y estaba ojo avizor, para que todo estuviera bien. Soy muy perfeccionista, pero el recibimiento y el calor de la gente lo he sentido muy cerca y estoy muy contenta.

¿Qué papel juegan las islas en tu vida?

Son parte de mí. Es lo que yo soy. Al final, uno no puede escapar de sus raíces. Es tu mochila, tus pies, tu o con la tierra. La adolescencia, la infancia, la niñez conforman quién vas a ser de adulto. Tenerife es parte de mí.

¿Qué es para ti la palabra 'Horizonte'?

Es algo a perseguir. Me suena como a meta, a algo bonito. A lo que quieres llegar.

¿Cómo definirías tu niñez?

Fui muy feliz, estaba todo el día en la playa. Era una niña muy despierta.

¿Consideras que la infancia o este sitio ha sido determinante a la hora de convertirte en la mujer que eres ahora?

Sí, totalmente. La infancia y la niñez son esos momentos del despertar del adulto, que serás. Y sin duda cada una de las vivencias conforman quién soy yo, para bien y para mal.

Ser embajadora de Hoteles Landmar, ¿qué significa para ti?

Me emocionó mucho. Es todo hiperparadisiaco. Además, que esté tan cerca de esa playa en concreto, que era donde veraneaba, que es la que sale en las imágenes, parecía todo de cuento. El proyecto era perfecto para mí. Así que muy agradecida.

Vista del Hotel Landmar en Tenerife.

Vista del Hotel Landmar en Tenerife.

¿Siempre quisiste ser actriz?

De pequeña quería ser todo. Tenía siete años y por la mañana me ponía un canal de televisión de juicios, solo de juicios y quería ser jueza. Luego quería ser francotiradora, imagínate el futuro que tenía una francotiradora en Tenerife.

Veterinaria, abogada, de todo. El hecho de querer ser tantas cosas se aunaron en ser actriz para poder dar vida a todas esas almas que llevo dentro.

¿Qué supuso dejar la isla con 18 años y llegar a Madrid?

Me fui sola y hace uno o dos años me puse a releer todas las conversaciones que tuve con mi familia desde los primeros meses. Cuando me preguntaban, siempre decía que estaba muy bien, pero releyendo, me di cuenta de que los inicios fueron bastante duros.

No lo recordaba, se me había olvidado. Lo malo se olvida pronto. Me fui con una maleta y mi perro, y hubo momentos muy duros de sentirme muy sola en una gran ciudad y de pasarlo regular.

Pero mi sueño era mucho más grande, me pesaba más que esa soledad. Tenía mucha ilusión por conseguir el poder trabajar de esto. Y mira, ganó.

Teaser de 'Horizonte' el corto dirigido por Sara Sálamo.

Cuéntanos un poco sobre ese gran proyecto. ¿Cómo ha sido ese salto?

Me propusieron dirigir una película, pero no me sentía preparada. Entonces empecé a estudiar guion y dirección. Cuando acabé hice dos cortometrajes de ficción y un corto documental.

Hace tres años y medio o cuatro, empecé a escribir mi primer largo. Todavía seguimos intentando levantar la financiación.

Parece que va por buen camino con mis coproductoras, Belén y Gloria, pero es un proceso que lleva muchos años y que cuesta. Es bastante tedioso, estamos en ello. Parece que el Horizonte se acerca, por fin..

Mientras, también he rodado mi primera película documental, llamada En Silencio. Presentamos el tráiler en el Festival de Cine de Málaga. Va sobre la lesión de mi marido (el jugador de fútbol Isco Alarcón, que se lesionó el peroné durante un partido).

Debutaste en la serie Arrayan, ¿qué queda de esa actriz?

Creo que no he cambiado mucho. Sigo teniendo los mismos nervios cuando me dicen que en un trabajo.

¿Cuándo y cómo te entra el gusanillo de la dirección?

Es por la necesidad que tengo de contar historias. De hecho, me pasó algo muy curioso: en los Goya me encontré con Sandra Gallego, una directora estupenda con la que trabajé en una serie que se llamaba B&B, y que estaba nominada con su cortometraje.

Ella me dirigió cuando tenía 18 años, vio que ahora estoy dirigiendo, y me dijo: “Lo sabía, sabía que ibas a dirigir". Le pregunté si eso era por protestona y me contestó: "no, por la cabeza". Parece que esa es mi forma de estar en el mundo, de ver las cosas, y compartirlo con los demás.

Te has metido de lleno, diriges y escribes... ¿En qué rol te sientes más cómoda?

No podría elegir entre papá o mamá, de verdad. Tengo la fortuna y la suerte de disfrutar las tres partes, de poder perder el control como actriz y de ser un peón para contar lo que quiere otra persona.

Disfruto siendo una parte pequeña del puzle, aunque tenga mi parcela y pueda generar un personaje que mira distinto, camina distinto y todo eso.

Pero, por otro lado, no siento nada de vértigo con la página en blanco. Me encanta escribir. Con mi padre iba a cursos de literatura de jovencita.

Y fíjate, dirigir me gusta mucho, pero probablemente sea lo más estresante y lo que más ansiedad genera. Es meterte de lleno en una locura.

Hablaba con otro director al que le compartía la experiencia y me decía "sabes que dirigir es el arte de renunciar". Y tiene razón, porque constantemente estás renunciando.

Tú tienes cosas en la cabeza y tienes que renunciar al plano este. O quería este material y no lo tengo y debo adaptarme de forma rápida para dar respuesta a todo un equipo que está esperando por mí.

En fin, todo eso es lo que te hace ponerte más en jaque. La resaca que deja es muy fuerte, pero también lo disfruto muchísimo. Es mágico.

¿Ves el papel de los actores de otra forma ahora que también estás del otro lado?

Sí, sí. Al final, como actriz, ahora me pone en un lugar mucho más al servicio de entender que no es mi historia, que no soy tan importante. Es la historia de otra persona o de otras personas, porque es un trabajo muy colectivo.

Con la faceta de la dirección vas a por todas, porque has creado dos productoras, una en Tenerife hace poco y luego la de Madrid. ¿La de las islas es para poder visibilizar ese concepto que la gente no conoce?

No tenía sentido que yo no tuviera una productora en mi tierra. Al fin y al cabo, tengo muchas ganas de narrar mis raíces y de que estén esos paisajes en mis historias, esa gente y esa forma. Para mí es importante.

¿De aquí a diez años, cómo te ves, detrás o delante de la cámara?

Espero no tener que renunciar a ninguna de las dos. Siempre le digo a mis hijos que yo espero estar con 85 años trabajando. Me gusta mucho lo que hago.

Sara Sálamo posa con mono navy IQ Collection y maquillada por Pedro Cedeño.

Sara Sálamo posa con mono navy IQ Collection y maquillada por Pedro Cedeño.

Sara no es la típica actriz de manual. Tiene una vena reivindicativa que muestra tanto en sus redes sociales como en la alfombra roja.

No tuvo ningún tipo de pudor al presentarse en la gala de los Goya en 2023 sin maquillaje, en contra de todas las voces de su alrededor, incluida la de su representante.

Este simple acto de ponerse delante de la cámara con su cara al natural se tradujo en titulares, críticas, pero también en un aluvión de empatía por parte de otras voces femeninas.

¿Qué sensación tuviste cuando llegaste a casa después de pisar la alfombra roja sin nada de maquillaje?

Tenía más nervios antes que después. Pensaba cómo podía estar nerviosa por ir con mi cara a un sitio. No tiene ningún sentido, porque a mis compañeros no les pasa. Mi representante en ese momento me dijo "no lo hagas".

No entendía nada de lo que estaba pasando. Yo me preguntaba "¿cómo puede ser revolucionario ir con mi cara a un sitio?". Por mucho que haya un protocolo a la hora de vestir, que, además, luego también se criticará, a los hombres no les pasa esto.

Las mujeres no nos planteamos ir a un evento tipo una boda o una entrega de premios sin maquillaje. No es algo que se nos pase por la cabeza, pero para nuestros maridos, hijos, primos, hermanos, es algo natural.

Fue realmente por esa pregunta y también el hecho de que me costaba encontrar un buen maquillaje que no esté testado en animales lo que me hizo dar el paso.

¿Entendiste las críticas?

En este mundo tan polarizado en el que estamos, sabemos que todo suscita mucho ruido y lleva a un incendio gigante. Pero no pensaba que iban a ir por ahí. No pensaba que iban a decir "qué mentirosa". Eso sí que no lo vi venir.

Actriz directora, escritora, madre... Muchos trabajos al mismo tiempo.

Tengo mucha suerte y soy muy privilegiada por compatibilizar el trabajo con ser madre, pero la situación es muy complicada.

Por ejemplo, cuando mi hijo tenía dos meses me lo llevé a rodar a Uruguay y mi madre se tuvo que pedir vacaciones para acompañarme.

Tengo la suerte de poder llevarme a mis hijos en algún momento al trabajo, ser capaz de hacer encaje de bolillos en ese sentido, pero para la mayor parte de las madres no es así, y lo acabamos de vivir, por ejemplo, con el apagón.

Al día siguiente en muchas ciudades no había colegio, pero nosotras sí teníamos que ir a trabajar. "¿Qué hago con el niño? ¿Me lo como?".

Hay que abogar por políticas de conciliación que sean realistas y viables para las empresas, pero que también permitan a las madres poder trabajar y pasar tiempo con sus hijos, que no obliguen a renunciar a alguna de las dos.

¿Qué significa para ti la maternidad? ¿Siempre has querido ser madre?

No lo sé. Significó despedirme de una gran parte de mí y que naciera otra persona a la que me costó un poco conocer al principio, porque la maternidad es muy intensa. Me costó la adaptación y está siendo un viaje increíble, porque descubres otras partes de ti que no sabías que tú también eras.

Me gusta escuchar eso, porque muchas veces la maternidad se pinta de rosa.

Es que, si no, la humanidad se extingue. Nos lo tenían que pintar así, si no, desaparecemos.

En el universo de las redes, ¿cómo abordas a los haters?

Los bloqueo. Al final tienes que poner las normas que pones en tu casa. Viene una persona que es maleducada, no entra más en mi casa. Esta persona lo es, bloqueada, no entra más en mis redes. Es la única forma que tienes, porque como no se ha legislado conforme a lo que sí es en la calle, que tú agredes a una persona y se puede denunciar y se traduce en una consecuencia real, pues de momento no entras a mi casa y ya está.

***

Sara Sálamo lleva más de siete años con el jugador de fútbol Isco Alarcón, con el que tiene dos hijos, y conforman una de las parejas más estables del panorama nacional.

Su relación se hizo pública a finales de 2017 y los comienzos no fueron un camino de rosas. A ella siempre la presentaban como la novia de…

"Cuando yo conozco a mi marido, ya estaba rodando con un director que tenía dos Oscar y estaba en una película junto a Penélope Cruz y Javier Bardem. Llevaba ya algunas series y películas a mis espaldas. Y de repente, después de irme de la isla, trabajármelo tanto, durante el primer año, la prensa y la opinión popular me reduce a prácticamente haber conseguido eso por haber elegido a una persona conocida como mi pareja".

Hablas del término “La mujer de.....”

Me peleé mucho y me cabreaba y no quería dar entrevistas o lo ponía en redes sociales y discutía con todo el mundo porque no era justo.

Volvemos otra vez a mi matriz, a la palabra que a mí me define, la justicia. Con lo que yo he pasado, lo que yo he currado. Hubo semanas y meses donde el perro y yo comíamos gazpacho. Ahora me van a reducir a esto, con lo que he currado, que es tan difícil, que los actores tenemos una de las tasas de paro más alta. Me parecía injusto, pero ya han pasado ocho años de todo eso.

¿Cómo fue trabajar juntos?

Un poco como con lo de la maternidad, todo tiene sus días. Esto nace de una idea por parte del club, de hacer una pieza corta. Pero yo sentía que esto no se podía narrar de esa manera y que yo ahora me encontraba en otro punto.

¿Te tuvo que contar tomar la decisión de grabar el documental?

Al principio sí. Luego ya lo normalizas, como todo en la vida. Es una película muy especial, muy distinta. No tiene nada que ver con lo que se ha visto sobre deportes hasta ahora. Al menos eso me dice la gente que la ha visto. Quería reflejar lo que es mi casa, en el sentido de que si yo tengo que ver el Betis - Villarreal, mi marido tiene que ver un ciclo de cine iraní.

¿Cómo ves el papel de la mujer en el cine español?

Creo que poco a poco se van haciendo políticas que favorezcan que al menos seamos el 50%, porque somos el 50% de la población. Entonces no tiene sentido que de nuevo nos sigan narrando ellos.

Creo que es muy interesante esta oleada increíble de mujeres guionistas, productoras y directoras que ha salido, que están siendo premiadas y que están siendo muy relevantes y que a las que estamos empezando nos inspiran.

Son muy importantes todas estas puertas que se están abriendo y que se sigan haciendo políticas para que tengamos más referentes y las generaciones venideras se atrevan también.

¿Te has sentido alguna vez víctima de algún prejuicio?

Sí, yo creo que todos hemos sido víctimas de prejuicios y somos prejuiciosos. Es algo inherente al ser humano. De hecho, la película, que he estrenado ‘Al otro barrio’ que está ahora en Movistar, habla de eso, de cómo somos prejuiciosos.

Trata de una agencia de comunicación que estafa a Hacienda y dice que está instalada en un barrio con pocos recursos. Entonces, como le pillan tiene que trasladar la sede realmente a ese barrio. Habla de los prejuicios, no solo de los pijos a la gente menos pudiente, sino a la inversa también.

¿Qué le dirías a tu yo de los 15 años?

Que confíe en su intuición.

Aparte del largo que estás grabando, ¿qué otros proyectos nos puedes adelantar?

Acabo de terminar el rodaje de una película que se llama ‘Nueve Lunas’, que es el siguiente film de Patricia Ortega, la directora de la ‘Mamacruz’. Acabamos de finalizar de rodar hace un par de semanas entre Canarias y Sevilla. Muy contenta y con ganas de verla.