Carla Simón en la rueda de prensa de 'Romería' en Cannes. Foto: EFE/EPA/MOHAMMED BADRA / POOL

Carla Simón en la rueda de prensa de 'Romería' en Cannes. Foto: EFE/EPA/MOHAMMED BADRA / POOL 1t55r

Cine

Carla Simón dignifica a la generación perdida por la heroína y el sida: "No sabían las consecuencias" 1e401l

La cineasta ha presentado en Cannes 'Romería', película autobiográfica ambientada en Galicia, la tierra de su padre, en la década de los 80. 3p3qp

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Cuando Carla Simón (Barcelona, 1986) estrenó en 2017 su ópera prima, Verano 1993, se dio cuenta por los comentarios de su público de la dimensión local de su película. La historia de su niñez, marcada por la muerte de sus padres por VIH, resonaba en multitud de personas que la abordaban con el relato familiar de tragedias ligadas a la epidemia del sida.

La puesta de largo en Cannes de la culminación de su trilogía autobiográfica, Romería, ha constatado la dimensión universal de su franqueza íntima. “Es muy curioso, porque cada país ha vivido experiencias distintas: en Estados Unidos, la enfermedad estuvo más vinculada a la homosexualidad; en Reino Unido, a la población africana; y en España, con la drogadicción, pero fue un fenómeno generalizado”, ha reflexionado en la rueda de prensa donde defendía su película, a concurso en la Sección Oficial del festival.

A diferencia de los dos precedentes, ambientados en los paisajes catalanes de su rama materna, su tercer largometraje tras el Oso de Oro en Berlín por Alcarràs (2022) está ambientado en Galicia, la tierra de su padre, donde el impacto de la heroína fue devastador.

Tras 40 años de dictadura, la gente quería sentirse libre. Eran los años 80 y la juventud no sabía las consecuencias del consumo de drogas como se conoce ahora, así que la tasa de mortalidad fue elevadísima”, ha contextualizado la segunda realizadora candidata a la Palma de Oro después de que Isabel Coixet participara con Mapa de los sonidos de Tokio en 2009.

Memoria histórica y personal 2z1i2x

Su intención ha sido retratar a esa generación perdida, muerta por sobredosis, enfermedades vinculadas al síndrome de inmunodeficiencia y en accidentes, y borrada con una manta de olvido por sus propias familias por vergüenza: “Mis abuelos lo experimentaron con negatividad y como tantos otros, no quisieron hablar de ello. Pensé que era importante desenterrar esa memoria y empatizar con ellos. No era solo mi historia personal y la de mis padres, sino que había mucha tristeza”.

La productora de la cinta, María Zamora, Premio Nacional de Cinematografía 2024, ha incidido en la tradición española de cultivar un unido núcleo familiar, “pero esta historia específica tiene que ver con el tabú que supuso esta enfermedad, con los estragos que supuso para toda una generación y unas secuelas tan fuertes que se convirtieron en secretos fuera de los que esconden habitualmente las familias”.

La guionista y realizadora ha hecho referencia a la reciente puesta en marcha de varios proyectos, libros y películas, que están poniendo a las víctimas de aquella época en su contexto. Sin ir más lejos, otra de las directoras a concurso en esta edición, Julia Ducournau, lo hace a modo de alegoría en su distopía Alpha.

El elenco está integrado por actores profesionales y no profesionales, veteranos, como Tristán Ulloa, y debutantes, caso de los dos protagonistas, Llúcia García y Mitch.

La trama arranca con el viaje a Galicia de una joven adoptada de niña para obtener un documento civil con el que aspira a una beca para cursar estudios de cine. En esa estancia en la costa atlántica conoce a todo el clan familiar de su padre y al revivir su recuerdo, remueve los secretos, los silencios y los pudores de esta familia.

El diario de su madre s1p6

Simón reconstruye la historia de sus padres en esta autoficción que nace de la frustración al intentar forjar su propia identidad a través del testimonio de terceros. Muchas veces, contradictorios. “Me ha hecho pensar mucho sobre cómo funciona la memoria. Es fascinante, un juego, muestra que adaptamos lo que sucedió en el pasado para sobrevivir. Cuando pregunto sobre mis padres, me cuentan diferentes cosas. Es un ejercicio complicado contra la historia, porque a veces me doy cuenta de que lo que me han relatado no es lo que sucedió.”

Carla tiene pocas fotos de sus progenitores. El cine le ha servido para contrarrestar esas imágenes a las que no tiene . En esa recreación ha dispuesto del diario de su madre, de cartas que envió a amigos y de escritos. “Para mí fue poético, así podía escucharla. Sus palabras me ayudaron a acercarme a una época distinta y darle movimiento”.

Un reencuentro familiar 82xd

La cineasta ha recibido el elogio de una periodista radiofónica que ha alabado la capacidad de Romería para crear vida a partir de la muerte. A lo que ella ha respondido: “Para mí siempre ha sido importante contar lo sucedido de una forma positiva. Podríamos haber creado a una protagonista muy enfadada con la familia, que les hubiera reprochado la falta de amor, pero lo que la mueve es una cuestión de curiosidad. No tiene un conflicto con el pasado, sino que vive un viaje de descubrimiento en profundidad”.

En el encuentro con los medios ha compartido que su clan gallego es más grande del que se muestra en la película, y que algunos de los personajes son ficticios, puestos al servicio del funcionamiento de la historia.

Junto a los de su equipo buscó un tono que rehuyera tanto la romantización como el dramatismo. En ese reto terminó incorporando partículas de ensoñación al resultado final. Para su alegría, el público que asistió anoche al estreno tuvo una reacción positiva a esa dimensión inédita en su filmografía.

Romería es, de hecho, una obra muy ficticia, al margen de la vida personal de su autora, quien asegura que esa mirada al ayer le ha servido como reparación para hacer las paces con su propia historia.