
Paco Martín, adiestrador, y Lidia Nicuesa, psicopedagoga de la Asociación Dulces Detectores Imagen cedida 2mix
Perros salvavidas para personas con epilepsia y diabetes: "Cambia radicalmente la vida de las familias" 2t50a
Desde la Asociación Dulces Detectores han adiestrado a más de 280 perros de atención médica durante 12 años en más de 13 países. 5c6t5s
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El perro es el mejor amigo del hombre. Además de convertirse en muchas ocasiones en uno más de la familia, estos animales se han convertido en la pareja indispensable de personas diagnosticadas con epilepsia y diabetes. En el caso de la diabetes afecta casi a 100.000 aragoneses, según los datos de 2023, 98.700 personas conviven con esta enfermedad. Por su parte, la epilepsia tiene una menor presencia, pero ya llega a alrededor de 10.000 aragoneses.
Este tipo de enfermedades "silenciosas" acarrean crisis que provocan el desvanecimiento y pérdida de conocimiento de los pacientes, lo que puede llegar a suponer graves caídas o problemas a largo plazo. Para ganar en calidad de vida, los perros adiestrados CANEM de la Asociación Dulces Detectores se convierten en los ángeles de la guarda de estos pacientes.
"El perro te avisa con uno o dos minutos de antelación, tiempo suficiente, para prevenir la caída tumbándote en el suelo o en el sofá si te diera tiempo", explica Lidia Nicuesa, psicopedagoga de la entidad.
De esta forma, señala que desde la asociación se hace todo el acompañamiento y adiestramiento del perro "adaptado a las circunstancias de cada uno". Para ello, valoran el caso particular para concluir si el caso es apto o no para un perro de asistencia médica.

Perros de asistencia médica adiestrados por la Asociación Dulces Detectores
En el caso de que así sea y la persona tenga un perro ya en la familia, se realiza una nueva valoración del animal para ver si es apto: "Si el perro es válido, hacemos el adiestramiento específico con él, independientemente de la raza que sea", recalca. Aunque sí matizan que no debe tratarse de un perro potencialmente peligroso.
Aunque el caso que más reciben es el de familias sin perro: "En ese caso lo que hacemos es ayudar en la búsqueda de un cachorro que se adecue bien a las necesidades de la persona", recalca.
De esta manera, el adiestramiento a manos de Paco Martín, el adiestrador de la asociación, se alarga durante tres meses donde se trabaja en el olfato y la adaptación del animal al entorno: "Detectan, en el caso de la diabetes, isopreno y cuerpos cetónicos, mientras que en la epilepsia una liberación de neurohormonas que se produce antes de la crisis. Entonces, se enseña a los perros a detectar este olor y avisarnos".
La asociación no se limita a ofrecer sus servicios a Aragón, donde reconocen que trabajan "muy poquito", sino que reciben familias y entrenan perros de hasta 13 países. La gran mayoría cuenta que son de países de Latinoamérica. Para que esto sea posible, en Zaragoza cuentan con familias de acogida con las que los perros conviven tres meses. "Para los animales es como venir al colegio y las familias mantienen el o diariamente", explica.
Mayor autonomía 1m1y5i
La entrada en la vida de estos perros de atención médica en un inicio es un asombro para las familias por el desconocimiento de estos. Aunque como bien señala Lidia una vez que los conocen "la mayoría contratan el servicio". Desde la asociación son conscientes de que es un gasto económico elevado en un inicio, ya que el adiestramiento supone una inversión de 4.600 euros, pero que supone un gran avance en autonomía para las familias.

Perros de asistencia médica adiestrados por la Asociación Dulces Detectores
"No solo supone un cambio de vida para la persona que tiene diabetes o epilepsia, sino que cambia radicalmente a toda la familia", recalca la psicopedagoga. "Muchas veces se desconoce la carga mental de cuidar de la diabetes y la epilepsia, todo lo que pueda liberar el perro con ese aviso anticipado supone ganar autonomía, ya que no se requiere que estén todos atentos a la espera de que ocurra una crisis", explica.
La propia Lidia Nicuesa conforma su propia familia con su perra Cini. Ella sufre de diabetes tipo 1 desde los 5 años y lleva acompañada de su perra desde 2013. Por lo que reconoce de primera mano el cambio de vida que supone tener estos perros de asistencia médica a su lado en todo el camino.
Por todo ello, le resulta aún más emocionante cuando llegan familias y mantienen el o con ellas: "Hay historias muy bonitas. Intentamos mantener el o con todos, pero cada vez es más difícil porque hemos adiestrado a más de 280 en estos años". Tanto para Paco como para ella, si hay una época que resulta especial es Navidad: "Te llegan las felicitaciones con fotos donde incluye a su perro y emociona verlo", relata.