Pablo Gil, economista, alerta sobre las pensiones.

Pablo Gil, economista, alerta sobre las pensiones. 4s6255

Sociedad

Pablo Gil, economista: "Ya no hay dinero para las pensiones de nadie. No existe la hucha de las pensiones" 1t3819

El sistema de pensiones enfrenta una de sus etapas más delicadas bajo el escrutinio de la opinión pública. 1i4h3i

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La sostenibilidad del sistema público de pensiones es uno de los temas más sensibles y urgentes del debate económico actual.

En un contexto de envejecimiento de la población, baja natalidad y aumento de la esperanza de vida, el modelo tradicional basado en el reparto comienza a mostrar señales evidentes de agotamiento.

A pesar de que las pensiones siguen pagándose, crece la preocupación sobre cómo se mantendrán en el futuro sin comprometer el equilibrio financiero del Estado.

Una sentencia clara  5l3h6l

El economista y analista Pablo Gil ha abordado este asunto con especial claridad en su intervención en el pódcast 'ConPdePodcast', donde ofreció una visión directa y sin adornos sobre el estado real del sistema.

Desde su perspectiva, el problema no es algo a futuro, sino una realidad ya instalada que se mantiene únicamente mediante mecanismos artificiales, como el endeudamiento público.

Según Gil, la idea de que existe una "hucha de las pensiones" acumulada para garantizar las jubilaciones es un mito que se ha extendido a lo largo de los años. 

"La primera pregunta que todo el mundo te hace es si va a haber pensiones para cuando seas mayor. La respuesta es súper rápida, ya no hay dinero para las pensiones de nadie", afirma, dejando claro que el sistema ya no cuenta con fondos propios suficientes.

La financiación actual, según explica, se sostiene mediante una transferencia continua de recursos del Estado, sustentada por deuda pública: "No existe la hucha de las pensiones, lo que hay es una transferencia de riqueza por parte del Gobierno hacia una hucha que tiene que estar llena para poder pagar las pensiones".

Es decir, las pensiones se siguen pagando, pero no porque haya dinero reservado, sino porque el Estado recurre a préstamos y bonos para cubrir esos pagos. "Son uno de los gastos más grandes que acomete el Gobierno", sentencia. 

Este mecanismo, sin embargo, no es sostenible a largo plazo. Gil lo explica con claridad: "Se financia con otras partidas y con deuda. Se emite deuda, se emiten bonos, y ese dinero termina, de una forma u otra, en lo que conocemos como la hucha de las pensiones".

Por tanto, el pago de pensiones no está respaldado por recursos propios ni garantizado por una reserva financiera sólida, sino por una deuda que continúa acumulándose.

A pesar de ello, Gil no busca generar alarma, sino señalar una realidad que ya se está produciendo: "No tengas miedo de que no haya dinero, porque ya no lo hay y se siguen pagando las pensiones".

Este crecimiento, según advierte, no es solo económico, sino también demográfico. El cambio en la estructura poblacional hace cada vez más difícil sostener el sistema. "Donde antes tres jóvenes mantenían a un anciano, pronto será un joven quien mantenga a tres ancianos", señala. 

Una situación inviable 2e6h57

Este desfase entre cotizantes y pensionistas representa una presión insostenible para cualquier economía que dependa de este tipo de modelo de reparto.

Gil resume la situación con una frase tajante: "No es viable, así de sencillo". A su juicio, mantener el sistema tal y como está solo puede llevar a un colapso si no se toman medidas estructurales de forma urgente.

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Aunque en la entrevista no entra a detallar propuestas concretas, sus declaraciones dejan claro que el problema no se resolverá solo, y que el retraso en afrontarlo solo hará que las soluciones sean más dolorosas.

En definitiva, el mensaje de Pablo Gil no es tanto una predicción apocalíptica como un llamamiento a abrir los ojos: el sistema de pensiones necesita una reforma profunda, y cuanto más se demore, más costosa será.