
El epidemiólogo y catedrático de Salud Pública Miguel Ángel Martínez-González David Morales EL ESPAÑOL 1n6n44
El médico de Harvard que busca a 10.000 bebedores de vino en España: "Se hacen afirmaciones sobre el alcohol sin evidencias" 3w2y3q
El ensayo UNATI, con hasta 10.000 participantes, trata de aportar evidencias científicas a debates como el de la inclusión del vino en la dieta mediterránea. 5u1bw
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El estudio PREDIMED (PREvención con Deta MEDiterránea) marcó un antes y un después para la consideración de la alimentación dentro de la salud pública y la epidemiología. Con más de 7.500 participantes, los datos del mayor ensayo controlado y aleatorizado en Europa abrieron las puertas de Harvard a la dieta mediterránea. Poder contar con información rigurosa obtenida de una cohorte amplia, coordinada desde la Universidad de La Rioja, ha permitido aseverar científicamente los beneficios del aceite de oliva virgen extra para el corazón o, por el contrario, el riesgo que suponen los carbohidratos refinados.
PREDIMED ha permitido así avalar con metodología científica el valor de determinados alimentos tradicionales frente a la denominada 'Dieta Occidental', caracterizada por los ultraprocesados ricos en grasas y aditivos que se han relacionado con el auge de enfermedades como la obesidad, la diabetes e incluso el cáncer. Pero hay una gran laguna pendiente: ¿es el consumo moderado de alcohol -una copa de vino en la comida, por ejemplo- necesariamente nocivo o puede ser considerado como parte de un patrón dietético saludable, como recientemente recogía la propia Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard?
La realidad es que aunque los estudios centrados en efectos particulares del alcohol y la salud son legión, no hay un gran ensayo de cohorte que aporte evidencia científica, denuncia Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra y uno de los líderes internacionales de PREDIMED. "Es escandaloso que se hayan gastado millones de euros en ensayos de miles de pacientes para fármacos que serán usados por menos del 1 % de la población y, en cambio, el mayor ensayo aleatorizado disponible sobre los efectos del alcohol solo haya incluido a 224 voluntarios durante 2 años".

Martínez-González, que también es catedrático adjunto de Nutrición en Harvard, espera ahora arrojar luz con el ensayo UNATI (University of Navarra Trialists Initiative). Con fondos del European Research Council (ERC), el ensayo ya ha reclutado a la mitad de los 10.000 participantes que busca -hombres entre 50 y 70 años, y mujeres entre 55 y 75 años- que consuman habitualmente más de tres bebidas alcohólicas a la semana pero menos de 40. Durante cuatro años, los voluntarios recibirán dos tipos de intervenciones: la primera promoverá la abstención y la segunda, la moderación en el consumo alcohólico.
El objetivo consistirá en observar cuál de estos enfoques es más fácilmente aceptado por los participantes, teniendo en cuenta que las intervenciones serán por videoconferencia y no coercitivas. Dicho de otro modo, serán ellos quienes decidan si siguen los consejos o no. Además, se les ofrecerá una revisión completa anual para revisar los posibles cambios que puedan observarse tanto en el grupo en el que se promueve la abstención como en el de la moderación. En ningún caso, subrayan, se promoverá aumentar el consumo; por el mismo motivo, se excluyen candidatos que no sean ya bebedores.
"Estamos creciendo muy rápidamente, y todavía tenemos abiertas las inscripciones", celebra el catedrático, animando a cualquiera con el perfil a apuntarse. "No le vamos a decir a nadie: 'Mire, de primeras, quítese el alcohol'. No, lo que primero vamos a evaluar son cuestiones de adhesión a la dieta mediterránea, actividad física, control del peso, calidad del sueño, función de la memoria, estado afectivo... Cada participante va a recibir un plus de asistencia sanitaria único. Y a partir de ahí, les daremos consejos que pueden seguir en su estilo de vida para que reduzcan el consumo de alcohol, o lo repartan en forma de una copa de vino en la comida".

El epidemiólogo y catedrático de Salud Pública Miguel Ángel Martínez-González EL ESPAÑOL
La mención al vino tinto se debe a que forma parte de los elementos tradicionales de la dieta mediterránea, "al contrario que la cerveza o el alcohol destilado", precisa. Y se debe evidenciar si retirarlo afecta al resto de efectos saludables, como la protección cardiovascular y contra la diabetes. La afirmación de que el "consumo moderado de alcohol no existe" debe ponerse entre interrogaciones, insiste, hasta tener la evidencia. "Se han hecho declaraciones muy categóricas sobre el alcohol sin que existieran los ensayos clínicos pertinentes".
Por qué hay contradicciones 156n19
El drama del alcohol en países como España, sostiene Martínez-González, se centra en los jóvenes, que tienden a "consumir destilados y en atracón". A partir de los 40, sin embargo, llegan los matices. Aunque se ha visto que los bebedores moderados tienden a tener mayor longevidad que los abstemios, los estudios han sido observacionales y no revelan el motivo. Se sabe que muchas personas que no tocan el alcohol en la mediana edad, por ejemplo, lo hacen porque han sido alcohólicas en su juventud. El hecho de sufrir una enfermedad crónica es otro factor tanto de abstención como de menor longevidad.
"Más del 70% de los españoles consume alcohol, y todo lo que tenemos son estudios observacionales", lamenta Martínez-González. En ese sentido, el objetivo del ensayo UNATI pasa por comprobar si el patrón de consumo de alcohol según la dieta mediterránea -una copa de vino en la comida, nunca como 'atracón' de fin de semana- empata con el mismo estilo de vida en versión abstemia. "Es pragmático", explica. "Se trata de encontrar lo que aporte los máximos beneficios pero resultando al mismo tiempo fácil de seguir para el paciente". Y emplaza a finales de 2028 para publicar los primeros resultados
El catedrático niega que se trate de "indultar" al alcohol en la dieta. "No aceptaremos ni un solo céntimo de la industria del alcohol, trabajamos con financiación pública del Consejo Europeo de Investigación". Y subraya que se trata de dar con la mejor intervención para personas de mediana edad que ya beben. "A una persona menor de 35 años, incluso si solo toma una copa de vino, le diría que lo dejase. Ellos no necesitan prevenir su riesgo cardiovascular o coronario, y sin embargo se están exponiendo a enfermedades mentales, a dañar su hígado o a conductas de riesgo como los accidentes de tráfico".