El chiringuito en mitad del bosque en Cecebre, en Cambre (A Coruña), al que llevar tu propia comida 482z3y

Siguiendo el paseo junto al río Mero, en medio de árboles y con el sonido del agua fluyendo tras pasar el molino, se llega al Chiringuito 1992, un rincón muy cerca del embalse de Cecebre que cuando se acerca la temporada estival abre de nuevo.

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Este particular chiringuito cuenta con sillas, mesas, barbacoas e incluso hamacas. Regentado por Esperanza —o 'Tita' como la conoce todo el mundo— las personas que acudan pueden hacerlo con su propia comida, con el único requisito de hacer consumición de bebidas en la barra.

Desde hace un año ofrecen también opciones como bocadillos, pizzas y hamburguesas para comer entre ameneiros y carballos porque "la gente estaba muy a gusto, pero tenía hambre y se tenía que ir".

Antes, estos cerca de 15.000 metros cuadrados eran una finca llena de maleza. "Tenemos la casa que da a la carretera y se me ocurrió que tenía que ser agradable hacer algo aquí. Ahora ya vamos por el tercer año", cuenta, reconociendo que "siempre intentamos mejorar, pero la idea es siempre la misma". Y, como chiringuitos hay muchos, el apellido 1992 es por el año de nacimiento de su hijo Brais.

Chiringuito 1992 en Cecebre. Carmen G. Mariñas

Aunque resulta difícil calcular cuánta gente puede acudir aquí, el año pasado por la celebración del San Xoán se llegaron a juntar cerca de 500 personas. Para este año será necesario avisar previamente.

Hasta aquí llegan familias con niños, que pueden disfrutar de un gran espacio verde en el que jugar, pero también ciclistas que recorren el paseo fluvial o grupos de amigos e incluso turistas. "Hay días en los que estoy aquí y no conozco a nadie", cuenta Tita divertida, que explica además que la clave para darse a conocer está en el boca a boca.

De lunes a domingo 415d1c

Este espacio abre de lunes a domingo, entre semana desde el mediodía y los fines de semana también por la mañana. De todas formas, la climatología limita sus aperturas, ya que dependen de ella y por ello centran su actividad entre los meses de mayo y septiembre.

En los meses de verano una pulpeira acude dos veces, proponiendo en este chiringuito un plan algo diferente. "Puedes traer igual tu comida con tu mesa y luego comprar el pulpo", explica.

Sea con actividades o no, este lugar funciona como un merendero a disposición de la gente. "A mí me gusta que los clientes se lo pasen bien", resume Tita.