La médica y especialista en Medicina del Sueño, Alba Aragón.
La doctora Alba Aragón advierte a España con rotundidad: "No tomes dormidina para el insomnio"
Hace que te levantes "con una sensación de embotamiento mental y de cansancio", advierte esta experta acreditada en medicina del sueño.
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Dormir bien y tener un buen descanso es un pilar fundamental para el bienestar físico y mental. Sin embargo, esta parece ser una de las asignaturas pendientes en España. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 48% de la población adulta española no tiene un sueño de calidad. En este contexto, el uso de medicamentos como la dormidina se ha disparado, pero no está exento de riesgos.
La dormidina es un medicamento que se puede adquirir sin receta en muchas farmacias. Su componente activo, la Doxilamina, pertenece al grupo de los antihistamínicos con efecto sedante.
"Esto es así porque bloquea los receptores de Histamina. Al bloquearla, obtenemos un efecto sedante que hace que la conciliación del sueño sea más fácil", explica Alba García Aragón, médico especialista en Medicina del Sueño acreditada por la ESRS.
Este aparente beneficio tiene una cara menos amable. "Lo que ocurre, es que por supuesto tiene efectos secundarios. Por una parte, su vida media es muy larga, con lo cual vamos a levantarnos con una sensación de embotamiento mental y de cansancio o de somnolencia al día siguiente", señala.
Según la experta, este fármaco no respeta los ciclos naturales del sueño. "Si bien decíamos que facilitaba la conciliación del sueño, no mantiene la estructura natural del mismo porque reduce el sueño profundo. En este caso sobre todo del sueño REM".
Los efectos negativos no se limitan al descanso nocturno. "Por otra parte, es súper importante los efectos anticolinérgicos: boca seca, visión borrosa, estreñimiento...", enumera la doctora García Aragón.
Su consejo final es claro y directo: "Entonces antes de tomártelo para dormir piensa si sabiendo todo esto deberías hacerlo".
Sueño REM: por qué es importante
El sueño REM es una de las fases más importantes del descanso nocturno. Su nombre proviene del inglés "Rapid Eye Movement" y se caracteriza por un movimiento ocular rápido y una intensa actividad cerebral.
Durante esta etapa, el cerebro procesa emociones, consolida recuerdos y reorganiza la información aprendida. Por eso, el sueño REM está directamente vinculado con la salud emocional y el rendimiento cognitivo.
A diferencia del sueño profundo, el REM ocurre en varios ciclos a lo largo de la noche. Su reducción o alteración afecta a la calidad del descanso y puede derivar en problemas de concentración, irritabilidad o fallos de memoria.
Por eso, mantener un sueño REM adecuado es fundamental para el equilibrio mental y el aprendizaje. Fármacos que lo suprimen, como algunos antihistamínicos, pueden comprometer estas funciones clave del cerebro.
Dormir mejor sin fármacos
Frente al uso de medicamentos como la dormidina, los expertos recomiendan comenzar por cambios en los hábitos de vida. La higiene del sueño es clave: acostarse y levantarse a la misma hora, evitar pantallas antes de dormir y reducir el consumo de cafeína por la tarde.
Según la Sociedad Española del Sueño, también pueden ser útiles las infusiones relajantes como la valeriana, la pasiflora o la melisa. Estas plantas han demostrado efectos beneficiosos en la conciliación del sueño sin alterar su estructura.
Infusión de Melisa. iStock
Otra opción cada vez más estudiada es la melatonina, una hormona que regula el ciclo vigilia-sueño. Su uso está indicado en casos puntuales y siempre bajo supervisión médica.
Por último, técnicas de relajación como la respiración diafragmática o la meditación guiada pueden ser efectivas para reducir la activación mental que impide dormir bien. Integrarlas en la rutina diaria potencia un descanso reparador sin necesidad de recurrir a fármacos.
