Diego Solier (Valencia, 1980) es, junto con Nora Junco, uno de los dos eurodiputados que acompañaron a Alvise Pérez hasta el Parlamento Europeo en las elecciones de junio de 2024. Bajo la agrupación de electores de Se Acabó La Fiesta (SALF) los tres desembarcaron en el corazón de la política europea y en pocos meses todo saltó por los aires. Como número dos, fue objeto de todas las iras del creador de contenido, influencer y político.
Ingeniero informático, Solier viene del sector privado. De hecho, está en excedencia. "Yo ganaba más dinero con mi trabajo", como director de tecnología global para la multinacional Attindas, con sedes en Estados Unidos y Suecia, además de España.
Por ello, "yo no me he metido aquí por dinero. Me metí para luchar contra la corrupción y para que mis hijos tengan futuro. Yo trabajé fuera y volví. Y ellos el día de mañana, si salen de España para trabajar, quiero que lo hagan por opción y no por obligación. Si es que yo veo ahora menos a mi mujer y a mis hijos, no me hacía falta esto. Yo soy de los que no tengo ataduras, y puedo volver a lo mío, no como otros".
Solier atiende a EL ESPAÑOL tras una frenética semana de trabajo en la que ha visitado la isla de El Hierro como acompañante de la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo. Instantes antes de embarcar para abandonar la isla, recibieron el aviso de que había un cayuco a 7 millas de tierra. El mismo que volcó nada más llegar a puerto.
Tras lamentar profundamente la tragedia, Solier valora que "lo que nos hemos dado cuenta, hablando con alcaldes, el cabildo, etcétera, es que las istraciones no se ponen de acuerdo. Las locales son socialistas; la comunidad, de Coalición Canaria y el PP; y el Gobierno de España, socialista. Lo que hemos visto es que, para que fuéramos nosotros, han hecho un enjuague con las instalaciones que no ha sido normal".

Diego Solier, posando para EL ESPAÑOL.
Sobre cómo se embarcó en SALF, Solier suspira: "Yo conocí a Alvise en persona el 15 de mayo de 2024. Fui a Madrid, era San Isidro, para conocerle, aunque ya habíamos hablado por teléfono. Yo había mandado antes mi currículum y una carta de presentación".
Sobre sus motivos para dar el paso con la agrupación de electores, advierte que fue "porque crees lo que lees y lo que escuchas. Porque yo lo que quería era luchar contra la corrupción y recuperar unos valores que creo que España ha perdido. Dentro de esos valores a los que alude, indica, "no tolero que alguien me mienta.Y decidieron ponerme de número 2".
Lo de mentir, reitera, "es una línea. Si me mientes, a partir de entonces no pierdo ni un minuto". Por eso alude a que el líder de SALF "me acusó de que no hablaba con él. Claro. Si es que me mintió varias veces. Es un mentiroso compulsivo".
El valenciano indica que nada más aterrizar en el europarlamento "los tres nos dimos cuenta de que era vital entrar en un grupo. Era una necesidad", porque sueltos "no éramos nadie. Sin grupo no te enteras de nada".
Porque, incide, "SALF no existe. [Los tres eurodiputados] somos sociedad civil. Es que te tienes que integrar en algún grupo". ¿El elegido? El de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés) que lidera Giorgia Meloni. "Ese fue nuestro objetivo".
Comenzaron así a cerrar reuniones con los distintos subgrupos que lo componen. "Nos reunimos con todos. Varias veces. Excepto con el de Bélgica, porque no hizo ni falta".
Pregunta.– ¿Y Alvise?
Respuesta.– Vino a solo a dos. Y cuando vimos el percal de lo del maletín, Nora y yo pisamos el acelerador.
Cuenta que la explicación que les dio fue la misma que difundió luego. "Nos dijo que [lo coger el maletín] era para pagar la campaña. Pero qué campaña, si la campaña de SALF no costó más de 45.000 euros y ya estaba todo pagado con donaciones".

El eurodiputado, durante su charla con EL ESPAÑOL.
La noticia les llegó como al resto: a través de los medios de comunicación."Flipamos. Nora le preguntó si había algo más por salir y nos dijo que no. Al día siguiente salieron más cosas".
Eso fue antes de lo de integrarse en ECR. Las noticias de las causas judiciales de Alvise llegaban a Estrasburgo, claro. "Nora y yo continuamos con nuestras reuniones, explicábamos quiénes éramos, qué queríamos, que lo que queríamos era lo que fuera mejor para España... pero es que allí se daban cuenta perfectamente de que si publicas cosas que no son ciertas... la gente del Parlamento no te quiere", indica, en alusión a las publicaciones realizadas por Alvise dentro de las causas judiciales por presuntas vulneraciones al honor que tiene abiertas.
Las votaciones 11145n
Cuando llegó la hora de la votación de los 80 diputados que componen ECR, en diciembre, "a Nora y a mí nos eligen por unanimidad. Y Alvise, también por unanimidad, fue rechazado". El líder de SALF, pese a ello, los felicitó públicamente. "Muy felices de que SALF esté ya en la gran familia europea de Giorgia Meloni", publicó en sus redes sociales.
Tanto para Nora como para él, "entrar en ECR fue un hito. Tuvimos que demostrar nuestro trabajo y conocimientos. Lo hicimos en solo 4 meses", advierte. En el grupo, que aglutina el 10% de los votos europarlamentarios, se sienten "muy integrados. Por afinidad, y porque el Mediterráneo tira mucho, tenemos mucha afinidad con los italianos".
P.– El siguiente punto de desencuentro con Alvise fue la votación del rearme.
R.– Lo primero que hay que decir es que no se votó que Von der Leyen crease un ejército, sino facultar a los gobiernos para poder endeudarse y llevar, mediante inversiones en Defensa, a donde no han llegado en los últimos años.

Con 45 años, este ingeniero informático ha pedido una excedencia en su empresa para ser eurodiputado.
Porque, explica, "hay países como Polonia que sí han invertido y otros como España que no lo están haciendo bien. Y nosotros somos frontera sur. Los grandes periodos de paz coinciden siempre con el momento en el que se está fuerte en Defensa".
P.– Pero Alvise votó también a favor. Incluso se le vio aplaudiendo cuando salió aprobada la iniciativa, ¿no?
R.– Él votó a favor porque siguió la disciplina de voto de ECR. Nosotros antes le dijimos lo que íbamos a votar, de acuerdo a toda la información que nos había pasado nuestro grupo, que acumula meses de trabajo. Porque eso es así: es imposible tener al dedillo todo lo que se vota si no estás en un grupo. Y lo que él hizo fue seguir a ECR.
Luego modificó su voto, porque Alvise Pérez fue muy criticado en redes sociales porque aumentar el gasto en Defensa no iba en el programa electoral de la agrupación de electores. A continuación, les pidió a Solier y a Junco que lo modificaran también. No lo hicieron, e inició un furibundo ataque en sus redes sociales. Fue mucho más duro contra Diego Solier que contra Nora Junco.

Diego Solier, en Valencia, de donde es oriundo.
"Yo no sé si han comprado a un eurodiputado mío", dijo Alvise en alusión a Solier durante una charla en Mallorca. Citó a los lobbies de Defensa, que son "muy fuertes".
"¿Sabéis lo fácil que es que te compren?", continuó. "Basta que un lobby armamentístico te deje un maletín al lado -y por eso ha habido tantos eurodiputados detenidos- y se levante y tú te lo llevas". Y añadió: "Si yo hubiera votado a favor, me tendríais que reventar la cabeza".
Al margen de esas acusaciones, en las que incluso invitó a sus seguidores a que les increparan por la calle, difundió muchos datos personales, como ya contó este periódico, "en Telegram, Instagram, etcétera. Sus teléfonos móviles, sus correos del Parlamento y personales, dónde viven...", aseguró una fuente de toda solvencia.
"Si lo que quería era gente sumisa, se equivocó", advierte Solier. "En el momento que pasó aquello, los servicios del Parlamento se pusieron a nuestra disposición. Y sí, es verdad que yo fui objeto de un ataque mucho más furibundo. El Parlamento me recomendó que tal y como llegase a España interpusiese una denuncia, y así lo hice. Primero ante la Guardia Civil. Luego también [una demanda] a través de abogados. Nora la puso poco después".
La situación fue la que fue. "Yo no entiendo ni quiero entender. Lo que sí sé es que una cosa así no se puede dejar pasar: nos lanzó al acoso de sus seguidores, recibimos amenazas..." Y en el Parlamento "nos pusieron una persona de seguridad que nos vigila para que no nos ocurra nada."
P.– ¿Lo veis por allí?
R.– Si es que no está. Va, vota, y luego se hace vídeos. Tampoco estamos cerca ya sentados. Nosotros estamos con ECR. De vez en cuando, pues te lo cruzas por un pasillo, como mucho.
La situación ha sido dura. "Nosotros nos consideramos defraudados y engañados por este personaje. Nora sí lo conoció más, porque hizo toda la campaña con él en el coche. Crees conocer a una persona y resulta que es un personaje con muchas caras. Entiendo entonces que ella se desengañó más. Y hemos recibido mucho apoyo de gente que votó a SALF, también defraudada, que nos ha animado a seguir. Hemos recibido muchísimos ánimos por la calle".
La experiencia 52p3o
Solier pertenece a la Comisión de Industria, Investigación y Energía (ITRE). "Mucha gente en España no entiende el trabajo ni la política europea. No es consciente de su importancia. Siempre digo que deberíamos mejorar el marketing. Lo que se hace en el europarlamento tiene muchísimo impacto, y hay muchísimo trabajo detrás".

Solier, experto en estrategia tecnológica, pertenece a la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo.
Jornadas maratonianas. Reuniones. "Muchísimas reuniones, muchos kilómetros y muchas horas", aunque tanto él como su compañera Nora lo llevan bien. "Venimos de la privada los dos, donde no se escatima esfuerzo para aprender. Aquí el que quiere trabajar, tiene trabajo. Nosotros estamos muy contentos".
P.– Lo cierto es que es raro llegar al europarlamento sin experiencia política previa.
R.– (Risas) Una de las cosas que nos dicen es que hemos entrado de primeras en la champion league de la política.
Por eso ha sido, en parte, un año de aprendizaje. "Primero ha habido una fase de entender cómo funcionaba todo. Luego una segunda, que es entrar en la actividad". Ahora, los compañeros "nos dicen hasta que echemos el freno". En este tiempo, Solier destaca varios hitos políticos.
Destaca, sobre todo, uno que quiso poner en marcha a raíz de las riadas de Valencia, y que "se lo ofrecimos al gobierno de Carlos Mazón y aun estamos esperando respuesta". Se trata de una plataforma digital para localizar a los desaparecidos en catástrofes, para que la gente pueda ubicar a los desaparecidos a través de los móviles.
"Se trata de conectar la plataforma a una API, y que ésta se conecte a las operadoras de telefonía de cada país. La inversión es de unos 150.000 euros y en junio nos responderán para implantarla en la UE cuando sea necesario".
También destaca "las votaciones de la semana pasada, muy importantes para España". Porque en ECR "somos los únicos dos españoles" y lograron que los 80 europarlamentarios votaran en contra de la Ley de Amnistía, "dentro de unos resultados que fueron bastante ajustados".
P.– Una de las visitas últimas de europarlamentarios a España ha sido para sondear los motivos por los que España es el único país que sigue aplicando el 5% del porcentaje del voto para lograr representación en el europarlamento. La medida afectaría, sobre todo, a partidos minoritarios.
R.– Nosotros sacamos un 4 por ciento y algo. Habríamos entrado. Yo sí estoy de acuerdo con aplicar ese porcentaje que beneficia sobre todo a partidos independentistas. De hecho, en España también debería aplicarse.
Ahora, sostiene, "nos quedan cuatro años de trabajo", y pese a la ruptura con Alvise Pérez "que no nos ha permitido centrarnos bien, ahora sí".
P.– ¿Le gustaría volver a presentarse a las europeas?
R.– Cuatro años son muchos años. En la privada, mis proyectos son a 5, más tiempo si me motivan. En el Parlamento europeo hay mucho dinamismo. Yo si siento que aporto, no me importaría con un proyecto que ayude a España.