
El presidente de Vox, Santiago Abascal, hablando ante los medios de comunicación presentes en la manifestación a las puertas de la Moncloa. Laura Mateo. 50n3
Abascal se suma a unos pocos cientos de radicales en la protesta frente a la Moncloa convocada por grupos ultra to5s
El líder de Vox ha asistido a la protesta convocada a las puertas de la Moncloa, en la que los manifestantes han proferido insultos contra la prensa y la Policía. 2s263u
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A las ocho y media de la tarde, Santiago Abascal ha irrumpido entre aplausos y teléfonos móviles alzados en la pequeña plaza frente a la Facultad de Estudios Estadísticos de la Universidad Complutense de Madrid. Vestido con una guayabera azul clara, el líder de Vox ha dado por respaldada con su presencia una protesta convocada por su partido y varias organizaciones de ultraderecha, entre ellas Hazte Oír, a escasos metros del Palacio de la Moncloa.
"Estamos aquí porque nunca hemos abandonado la calle", ha dicho con tono firme. "Porque este gobierno es corrupto y criminal. Y porque nos estamos jugando la democracia, el Estado de derecho y la propia existencia de España". Unas 350 personas, según la Delegación del Gobierno, han respondido a la convocatoria, lanzada a través de redes sociales y canales de mensajería.
Han sido muchos menos de los esperados. Aun así, durante algo más de una hora, han coreado consignas como "Pedro Sánchez, hijo de puta", "Sánchez dimisión", "Golppsoe de Estado" o "Pedro Sánchez a prisión", entre banderas rojigualdas —varias de ellas con el águila de San Juan—, cruces de Borgoña y símbolos de los Tercios de Flandes.

Un grupo de manifestantes sostienen pancartas en contra de Pedro Sánchez frente al cordón policial en Moncloa.
Algunas pancartas acusaban al presidente del Gobierno de "vender España", otras apelaban directamente al Ejército y a la Guardia Civil como "únicos garantes de la patria". El acto, que comenzó con tono disperso y escasa coordinación entre los manifestantes, fue ganando intensidad con la llegada de los dirigentes.
Además de Abascal, también asistió Ignacio Arsuaga, presidente de Hazte Oír, que acusó al Ejecutivo de "intentar destruir la UCO" de la Guardia Civil y de "aplastar el sistema judicial" para garantizar su impunidad. "Queremos un país libre, sin un Gobierno que persigue a jueces y fiscales por hacer su trabajo", dijo en declaraciones a medios afines, rodeado de militantes con camisetas que rezaban "Gobierno criminal, elecciones ya".
Antidisturbios preparados 60512
El dispositivo de seguridad fue mucho mayor que la propia protesta. La Policía Nacional desplegó unidades antidisturbios, cerró s a la zona inicial del acto —el aparcamiento de la facultad— y trasladó a los manifestantes a calles colindantes.
También se activaron helicópteros y drones de vigilancia, lo que acentuó la sensación de vigilancia aérea constante durante toda la concentración. Una línea de agentes de la UIP protegía el perímetro próximo a Moncloa, mientras efectivos uniformados custodiaban los s desde la calle Isaac Peral.

Uno de los asistentes a la manifestación, dando órdenes al resto, justo antes de la llegada de Santiago Abascal.
La intervención de Abascal, breve pero intensa, fue una enmienda a la estrategia del PP. El líder de Vox reclamó al presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, que rompa "todos sus pactos" con el PSOE, tanto en España como en Bruselas, donde ambos partidos apoyaron la candidatura de Ursula von der Leyen a la reelección como presidenta de la Comisión Europea.
"No se puede hablar de oposición mientras se sostienen los mismos acuerdos que dan fuerza a Pedro Sánchez", ha dicho. "Es el momento de presentar una moción de censura. Sin pedir permiso a los separatistas".
En ese sentido, Abascal volvió a criticar la tibieza del PP, que no respaldó ninguna de las mociones de censura presentadas por Vox esta legislatura. A ojos del partido ultra, la ofensiva contra el Gobierno debe ser frontal y constante.
"No es tiempo de actos partidistas —añadió—, sino de resistencia democrática. Nosotros no acudiremos a la manifestación del 8 de junio convocada por el PP. Pero sí apoyaremos las movilizaciones del 11, impulsadas por jueces y fiscales en todo el país".

En el momento en el que Santiago Abascal ha declarado ante los medios de comunicación varios manifestantes han comenzado a proferir insultos a la prensa.
Un ambiente tenso 5t6t34
El ambiente de la concentración, sin llegar a estallar, sí acumuló tensión progresiva. A medida que caía la tarde, varios grupos comenzaron a increpar a periodistas desplazados para cubrir el acto. Una reportera de Televisión Española fue insultada y rodeada mientras intentaba grabar con su cámara.
Otros profesionales de medios privados también sufrieron empujones, gritos e intentos de sabotaje. Algunos manifestantes tapaban con banderas los objetivos o les gritaban a centímetros del rostro. El ya habitual "¡prensa española, manipuladora!" resonó con más fuerza a partir de las nueve.
"No hay motivo para grabar esto, estáis mintiendo", espetó un hombre a una periodista que intentaba entrevistar a los asistentes. "Todos estáis vendidos". El clima de hostilidad hacia los medios no es nuevo en este tipo de convocatorias, pero en esta ocasión hubo más agresividad gestual que de costumbre.

Un asistente hace una peineta a la cámara durante una conexión en directo de Televisión Española.
Pese a ello, no se registraron incidentes graves, y la Policía, que también recibió insultos, mantuvo distancia para evitar enfrentamientos. "Ellos son los culpables de que no nos dejen entrar a quemarlo vivo", les profirió uno de los asistentes con un megáfono.
Conforme avanzaba la noche, el grupo se fue organizando en torno a los de Revuelta, el sindicato de Vox y uno de los colectivos más activos del entorno ultra en redes sociales. Sus integrantes tomaron la palabra con megáfono y reactivaron los cánticos con mayor agresividad. "¡Sánchez traidor, te espera el paredón!", gritó uno. Otro acusaba al presidente de "dictador comunista al servicio de una élite global".

Los manifestantes, al final de la jornada, cuando comenzaron a acercarse en dirección a la línea de control de la Policía Nacional en las cercanías del Palacio de la Moncloa.
Las proclamas se volvieron más conspirativas a medida que se acercaban las 21.30 horas, entre referencias a Soros, la Agenda 2030 y supuestas injerencias extranjeras. La concentración se disolvió sin incidentes graves antes de las diez de la noche. Pese al elevado dispositivo policial, no hubo cargas ni intervenciones. Sólo algunos gritos sueltos a la salida de Abascal y aplausos al paso de los organizadores.
La sensación general fue de decepción por la baja participación, aunque desde Vox se limitan a destacar la "determinación" de quienes asistieron. "No se trata de cuántos somos, sino de hasta dónde estamos dispuestos a llegar", decía una mujer de mediana edad, con una bandera al cuello, antes de marcharse.