La ABAO revive la intensidad de 'Otello' con las voces del canario Jorge de León y la albanesa Ermonela Jaho 216x2w

El compositor inauguraba aquí lo que podría denominarse un nuevo lenguaje, apreciable tanto en la estructura —un continuum exento de números por completo cerrados— como en el empleo de la orquesta, que posee vida propia y que sirve de base a una auténtica trama sinfónica de vívido colorido, o en el tratamiento dado a la voz —protagonista en cualquier caso, por supuesto—.

Indudablemente pueden seguirse, con mayor o menor claridad, rastros de las antiguas formas y estructuras cultivadas por el propio Verdi: el aria de salida (Esultate!), el dúo, la cabaletta (Ora e per sempre, dúo Otello-Iago del final del segundo acto), incluso aproximaciones al couplet (el brindis del primer acto, el coro interno del segundo acto); gran conjunto (el concertato del tercer acto)... y, también, evocaciones bastante fieles de tradicionales segmentos melódicos de breve duración, que guardan la simplicidad de la antigua forma lírica a-a'-b-a'' y que reconocemos en los coros del primer acto.

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El personaje de Otello necesita, evidentemente, por carácter, por autoridad, por tener que enfrentarse en la práctica con una orquesta muy amplia, un tenor di forza o heroico, es decir, dramático. Ha de poseer volumen e intensidad lumínica, verdadero squillo en la zona alta, que ha de ser por ello fácil y desahogada.

El peligro para las voces demasiado fornidas está en el dúo de amor del primer acto, en el que Verdi incluye multitud de indicaciones y matices, con diversos pasajes que exigen varias p (es decir, que hay que cantar en piano y pianissimo), y con un cierre en la bemol agudo anotado morendo.

"Ignacio García firma un 'Otello' cuidado y sobrio, de corte realista y vestuario colorido de Gabriela Salaverri"

No es fácil encontrar un tenor de esas características. El canario Jorge de León posee algunas de ellas: la voz es ancha, vigorosa, musculada, el agudo es restallante y febril, demoledor. Se maneja regular en los pianos y medias voces y acusa un vibrato a veces excesivo, pero da bien el tipo.

A su lado actuará en estas funciones la albanesa Ermonela Jaho, una soprano lírica de no mucho volumen, pero de timbre bien esmaltado, fraseo variado y generoso y entrega total. Completará el trío protagonista el barítono Claudio Sgura, un hombre de voz agreste, aplomada y oscura, de acusado vibrato.

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El reparto se completa con el Cassio de Mikeldi Atxalandabaso, la Emilia de Anna Tobella, el Roderigo de Vicenç Esteve, el Ludovico de Fernando Latorre y el Eraldo de José Manuel Díaz. En el foso, con la Sinfónica de Bilbao, se moverá un maestro seguro y formado, el italiano, antiguo discípulo de Giulini, sco Ivan Ciampa. Coro de la ABAO y Coro Infantil de la Sociedad Coral de Bilbao.

Para la ocasión se recupera la producción exhibida en 2015 firmada por Ignacio García, muy cuidada y sobria, de corte realista, con vestuario colorido del conocido diseñador Lorenzo Caprile, y que esta vez correrá a cuenta de Gabriela Salaverri.