Ons Jabeur, en un entrenamiento en Roland Garros

Ons Jabeur, en un entrenamiento en Roland Garros EFE 2z4p6s

Tenis

Lo que no se ve de Roland Garros: así se encuerdan más de 6.000 raquetas y la ingeniería que hay dentro de sus pelotas 1g616p

Wilson es el socio oficial del 'major' parisino, que utiliza aproximadamente 65.000 bolas a lo largo de las dos semanas de torneo. 2z3s1l

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Pocos torneos a lo largo del planeta desprenden un aura como el de Roland Garros. El certamen de la Copa de los Mosqueteros está en la élite del deporte, y basta para comprobarlo el homenaje realizado días atrás a Rafa Nadal.

El aficionado al tenis suele quedar prendado de la mística de la Philippe Chatrier —la pista central parisina—, el trofeo o la estatua de acero de la leyenda manacorí que mide tres metros y da la bienvenida al complejo. Sin embargo, la magia también sucede entre bastidores.

En los pasillos se respira tanto esfuerzo como en la pista central. Detrás de cada saque, cada revés y cada momento estelar, existe una logística tan silenciosa como imprescindible.

A simple vista, los focos apuntan a las raquetas de los tenistas, al murmullo de la grada y a la perfección en el golpeo. Pero la verdadera maquinaria del torneo se esconde en tareas invisibles que, sin ellas, el espectáculo simplemente no podría celebrarse.

Una de las figuras menos conocidas pero fundamentales es la del socio oficial. Desde la edición de 2020, Wilson ostenta este rol. Su misión va más allá de suministrar las pelotas oficiales: dispone de un equipo internacional de más de veinte encordadores que trabajan a destajo para atender las peticiones de los competidores.

El trabajo de encordado en Roland Garros

El trabajo de encordado en Roland Garros FFT

En la edición de 2024, se encordaron más de 6.000 raquetas en apenas tres semanas, un volumen equiparable a la producción industrial de un pequeño taller mecánico.

La coordinación de ese grupo de especialistas está supervisada por la dirección técnica de Wilson, que sincroniza la llegada de los tres turnos de trabajo, el stock de distintos calibres de cordaje y las preferencias de cada jugador.

Todo ello, bajo la mirada atenta de los encargados de pista, que repasan el material antes de cada partido para garantizar que la raqueta de Badosa, por ejemplo, llegue en condiciones óptimas a la Philippe Chatrier.

Por su parte, la Federación sa de Tenis, organizadora del torneo, colabora estrechamente con Wilson para coordinar actividades paralelas: clínicas para aficionados, tests de nuevas tecnologías y talleres divulgativos.

Entre ellos, destaca la iniciativa de reciclaje de pelotas gastadas, bautizada como Balle Jaune, que recoge miles de unidades al día para enviar aquellas más deterioradas a plantas de reprocesado y redistribuir las que aún conservan cierta presión en clubes y centros de entrenamiento.

Otro de los grandes retos logísticos es el recuento y distribución de pelotas nuevas. En cada sesión diurna y nocturna, los recogepelotas depositan en bandejas decenas de pelotas perfectamente redondas y presurizadas.

Solo en 2024 se utilizaron aproximadamente 65.000 unidades a lo largo de las dos semanas, diseñadas específicamente para tierra batida.

El desarrollo tecnológico de las herramientas de juego también ha avanzado. El último modelo de raqueta de Wilson, la Roland Garros Shift 99 V1 Session de Soirée, incorpora sistemas de Inteligencia Artificial en su diseño, optimizados para maximizar la estabilidad, el confort y la transferencia de energía.

Detalle de la Roland Garros Shift 99 V1 Session de Soirée

Detalle de la Roland Garros Shift 99 V1 Session de Soirée

Gracias al análisis de millones de datos de impactos reales, la estructura de la raqueta consigue mejorar la sensación de control y potencia en cada golpe. 

La ingeniería de la pelota 66556z

Para entender mejor el procedimiento aplicado a las pelotas, hay que conocer dos componentes esenciales: el fieltro y el núcleo.

El primero está tratado con un textil especial que reduce la adherencia de partículas de arcilla triturada —el material que compone la superficie de la pista— y contiene un aditivo hidrófugo para mantener el peso constante aun en presencia de humedad ambiental.

Pelotas de Roland Garros

Pelotas de Roland Garros Reuters

En cuanto al núcleo, está fabricado con caucho 100 % natural de alta densidad, ligeramente más duro que el de las pelotas de pista dura. Esta composición le confiere una mayor durabilidad, esencial para soportar los intercambios largos y cargados de efectos característicos de los partidos en la famosa arcilla roja de París.

Chloe Lee, ingeniera de materiales avanzados de Wilson, y Joanne Thomas-Kemp, directora global de la línea de productos de pelotas de tenis de Wilson, hablan en el siguiente vídeo de la investigación, la ingeniería y las exhaustivas pruebas que se realizan para crear la mejor pelota para tierra batida.

La labor de distribución no termina en el estadio. Tras concluida la jornada, un equipo interno del Centro Nacional de Entrenamiento revisa el estado de cada pelota usada, clasificándolas por presión y desgaste.

Las mejores son redepositadas en estantes de la Grand Boutique oficial, donde los aficionados pueden comprarlas durante todo el año, mientras que las que han perdido rendimiento se reciclan bajo el paraguas de Balle Jaune.

Sabalenka, en el Roland Garros 2025

Sabalenka, en el Roland Garros 2025 EFE

El engranaje humano tras estas acciones lo completa el personal de estadística y coordinación de pistas. Se contabilizan 885 partidos en 16 pistas y 20 cuadros diferentes, desde individuales hasta dobles mixtos y tenis en silla de ruedas.

La directora del torneo, Amélie Mauresmo, y su equipo planifican cada jornada para evitar solapamientos y garantizar que las raquetas encordadas y las pelotas lleguen siempre a tiempo.

El resultado de tantas horas de trabajo invisible se traduce en una experiencia impecable para los jugadores y el público: más de 675.080 aficionados presenciaron los encuentros en 2024, con un promedio diario de 40.000 asistentes, mientras que otros 42 millones siguieron la transmisión por Télévisions.

En definitiva, Roland Garros no solo brilla por sus estrellas y su mítica pista central, sino también por la compleja ingeniería y el esfuerzo humano que sostienen cada pelota que cruza la red y cada raqueta que vibra en la mano de los tenistas. Sin ellos, el torneo perdería la otra mitad de su magia.