El nutricionista Pablo Ojeda.

El nutricionista Pablo Ojeda.

Nutrición

Pablo Ojeda, nutricionista, advierte a España: "El kéfir es más potente para tu microbiota que el yogur"

Este experto señala que el kéfir es superior porque contiene hasta 30 tipos de microorganismos, mientras que el yogur solo tiene entre dos y cinco tipos.

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J. Rodríguez
Publicada

Si hay un alimento que echamos todas las semanas en nuestro carrito de la compra, ese es el yogur. Es uno de los alimentos ancestrales de la dieta mediterránea, pero el interés por él ha resurgido en los últimos años. Durante décadas, hemos preferido los yogures de sabores o los que tienen trozos de frutas, cereales o frutos secos. Sin embargo, los expertos han alertado contra ellos: tienen un alto contenido de azúcar y no resultan saludables.

Lo que ha resurgido, por tanto, es la vuelta a los yogures más tradicionales: los naturales y de leche entera. Son estos, los de toda la vida y con su sabor ácido, los que son realmente útiles para mejorar nuestra microbiota intestinal. Eso sí, a pesar de que se suele hablar del yogur como un producto casi mágico, los expertos advierten que solo resulta efectivo si tenemos una dieta saludable la mayor parte del tiempo, como la mediterránea.

El yogur es uno de los alimentos probióticos más famosos, es decir, contiene bacterias vivas que son capaces de instalarse en nuestra microbiota intestinal. Aunque ya sabíamos que esta comunidad de microorganismos nos ayudaba a digerir mejor, en los últimos años se ha encontrado que tiene relación con aspectos diferentes de la salud. La microbiota es capaz de evitar la entrada de infecciones y también se ha relacionado con la salud mental.

Pero, ¿y si el yogur no fuera el lácteo más potente que podemos tomar para reforzar la microbiota? El nutricionista Pablo Ojeda tiene claro que "el kéfir es más potente para tu microbiota que el yogur", tal y como ha explicado en un reciente vídeo para su perfil de Instagram. La diferencia parece estar en la variedad de microbios: "El kéfir contiene hasta 30 tipos de microorganismos beneficiosos, mientras que el yogur tiene entre dos y cinco".

De esta manera, el experto asegura que "las bacterias del kéfir colonizan mejor el intestino y permanecen más tiempo, ayudando así a equilibrar la flora intestinal, mientras que las del yogur pasan por el tracto digestivo y solo tienen efectos mientras se consumen". A pesar de que sus ingredientes son muy similares, el yogur y el kéfir son productos diferentes. De hecho, mientras que nuestra ley reconoce el yogur, el kéfir se considera una leche fermentada.

Mientras que el yogur es la leche coagulada que surge de la fermentación con las bacterias Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, el kéfir contiene una bacteria, la Lactobacillus acidophilus y una levadura, que es un hongo. Pero, además, la fermentación de ambas es diferente: la del yogur es ácido-láctica y la del kéfir, ácido-alcohólica. Es decir, que el kéfir tiene concentración de alcohol, aunque es ínfima.

Ojeda explica que, entre las ventajas del kéfir, se encuentra que es "más digestivo porque las bacterias y levaduras han digerido parte de la lactosa, lo que lo hace más tolerable para personas con sensibilidad" a este azúcar de la leche. Pero, además, el kéfir "también tiene un efecto más potente en la reducción de la inflamación intestinal y en el fortalecimiento del sistema inmune debido a su riqueza en levaduras beneficiosas y péptidos bioactivos".

Eso sí, si por lo general el yogur natural te suele parecer ácido, el kéfir lo supera. "En comparación, el kéfir es más líquido y tiene un sabor ligeramente más ácido, mientras que el yogur es más denso y tiene un sabor más suave", resume Ojeda. Es posible que a estas alturas te estés replanteando cuál de los dos deberías convertir en tu compra habitual. Sin embargo, esta decisión depende completamente del consumidor.

"El kéfir es superior al yogur debido a su mayor diversidad y capacidad de colonización. No obstante, si sólo buscas una opción probiótica ligera y fácil de incluir en la dieta, el yogur sigue siendo una opción excelente", destaca Ojeda. El experto, además, ofrece un consejo: "Alterna ambos para obtener lo mejor de los dos mundos". Es decir, que no tenemos por qué elegir. Si la cosa va de variedad de bacterias, combinar ambos productos puede ser muy beneficioso.