Adiós a La Romareda con la ilusión de un futuro (de nuevo) brillante: “Ojalá volver a sentir el olor de esas noches tan bonitas” 1w3r2z

El zaragocismo despedirá este domingo La Romareda con más de una lágrima, pero con la ilusión de que abra la puerta a una nueva etapa muy diferente a la de los últimos 12 años en Segunda División. Todavía habrá que esperar hasta 2027 para estrenar el nuevo estadio y antes habrá que jugar dos años en el campo portátil del Parking Norte, pero la afición ya mira con esperanzas un futuro más parecido a lo que fue el Real Zaragoza en el pasado.

A nadie se le escapa que la vetusta Romareda necesitaba una urgente mejora después de 68 años de vida. “Zaragoza, como club y ciudad, necesitaba un escenario mucho más acorde a la realidad, que pueda acoger eventos de máximo nivel, como finales de Copa del Rey y conciertos, pero el estadio, al fin y al cabo, seguirá manteniendo la esencia”, reconoce Xavi Aguado, eterno capitán con 473 partidos a sus espaldas.

Lo que no va a cambiar será el ambiente que se viva en las gradas ni la afición que acuda cada dos semanas. “Se necesita un cambio en el estadio y su fisionomía. Cuando viajas, ves la modernización que había en el resto de equipos de Primera División, y aquí no pasaba nada. Toca cambiarla”, afirma César Láinez, exportero con tres títulos en su vitrina.

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Veteranos y jóvenes dirán adiós este domingo al estadio con cierto dolor por no poder despedirlo en el lugar en el que más tiempo ha estado, en Primera División, pero sin dudar de que pronto volverá a donde merece. “Zaragoza se merece repetir lo que se vivió antes, y yo estoy seguro de que poco a poco lo volverá a vivir”, sueña Marcos Cuenca, canterano del club.

Cuenca ya sabe lo que es debutar con el primer equipo, a las órdenes de una leyenda como Víctor Fernández, pero su sueño es vestir la zamarra blanquilla cuando se inaugure el nuevo estadio. “Ojalá poder seguir aquí y estrenar La Nueva Romareda en el Real Zaragoza y ojalá sea en Primera División”, afirma emocionado.

Un retorno a la máxima categoría que sigue en el deseo de todos los zaragocistas, aunque sea en un estadio portátil a seis kilómetros de su histórica ubicación. “Ojalá sea en el modular y sea cuanto antes, pero todos queremos que La Nueva Romareda vuelva a sentir el olor de la Primera División y de las noches tan bonitas que se han vivido aquí”, dice Láinez.

Para ello, Manolo Nieves, que defendió la Puerta del Carmen durante 14 temporadas, tiene claro el camino a seguir. “El nuevo estadio donde vamos a jugar va a ser un hándicap importante. Es cuestión de que el club sepa hacer un buen equipo competitivo, mantener un bloque e ir adaptándolo con gente de Segunda, que trabaje y corra. Eso de jugar bien ya lo dejaremos para cuando estemos en condiciones de hacerlo”, destaca.

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Serán dos años en el ‘exilio’ portátil antes de recibir la nueva casa, y después será tarea del zaragocismo ir llenándola de símbolos. “Cuando pasen los años y esperemos ya en Primera, empezará un nuevo idilio con sus aficionados. Seremos propietarios de un nuevo estadio moderno y acorde un poco a lo que es el club y la ciudad”, añade Aguado.

Porque, como bien insiste Nieves, sea con sus históricas gradas o con un moderno videomarcador, La Romareda siempre será La Romareda, y su esencia seguirá latiendo en miles de zaragocistas.