La taberna O Porco y su propietaria, Andrea

La taberna O Porco y su propietaria, Andrea Treintayseis

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La histórica taberna del Casco Vello de Vigo donde se encuentran los mejores bocatas de jamón asado

Desde hace poco más de un año, Andrea se ha hecho cargo de esta taberna familiar que abrió su padre con un socio en la década de los 80

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Los años 80 destacan por una de las épocas de más efervescencia cultural en la ciudad de Vigo. Dicen que la noche confunde, pero las mejores ideas surgieron en aquellas esmorgas viguesas, desde el nombre Siniestro Total hasta uno de los mejores bocatas de jamón asado de la ciudad, el de la mítica taberna O Porco.

Manolo y Cándido son los fundadores de este local, que mantiene la esencia de la típica taberna gallega y sus productos tradicionales: lacón, oreja, jamón asado o caldo. “Cuando era la época buena del Casco Vello, ellos eran clientes de aquí, era una de sus paradas de su ‘ruta’ y un día vieron que se traspasaba”, relata la hija de Cándido, Andrea, que es ahora quien regenta el negocio familiar. Según explica, al principio iban a ser más, pero “fueron cayendo hasta que quedaron los dos”.

Originarios de O Couto, un pueblo cercano a A Cañiza (Pontevedra), ambos eran amigos de toda la vida. “No creo nadie que te hable mal de ninguno de ellos”, asegura Andrea, que desmiente que estuvieran enfadados: “Es un mito eso de que no se hablaban. Llevan mucho tiempo juntos, son como un matrimonio que no hace falta ni que se miren para entenderse”.

O Porco es un reflejo de sus fundadores: un local de gente trabajadora, humilde, leal y sencilla. Una identidad que, 40 años más tarde, quiere mantener a Andrea, ya que es una de las razones por las que el negocio ha sobrevivido incluso a las épocas más oscuras del Casco Vello, cuando la droga invadía las calles de la ciudad.

La “espinita” de trabajar en el negocio familiar

Andrea “tenía esa espinita de probar” a trabajar en O Porco: “Nunca me dejaron trabajar aquí”, dice. Y no lo hizo hasta noviembre de 2019, cuando presentó la dimisión de su trabajo como directora de estrategia en una agencia de publicidad en Madrid. Ese año, además, su padre lo pasó “un poco mal”, Manolo se jubiló y todo el peso del local recayó en su espalda.

La ayuda familiar era más necesaria que nunca y Andrea dio un paso adelante. Al poco tiempo, llegó la pandemia y Andrea fue un pilar fundamental para que O Porco se adaptara a los requerimientos sanitarios: “Me alegro mucho de haber estado aquí en esa época”, afirma. Así, poco a poco, fue asumiendo más funciones, incluyendo el diseño del nuevo logotipo, hasta que su padre decidió retirarse en diciembre de 2023.

Interior de la taberna O Porco, que destaca por su esencia tradicional y familiar

Interior de la taberna O Porco, que destaca por su esencia tradicional y familiar Treintayseis

Andrea volvió así a casa, a sus raíces. Y es que O Porco también es eso: “Hay muchos clientes que vienen y dicen: es como comer en casa de la abuela y eso me gusta mucho”, destaca la propietaria de esta taberna que mantiene su apariencia tradicional. De hecho, una de las peticiones que le hicieron al encargado de la obra que realizaron en 2022 fue renovar, pero “sin pasarse”. “No vamos a ir de modernos, porque no”, recalca Andrea.

“El primer mes lo pasamos un poco mal, pero somos chicas listas y nos adaptamos”, explica Andrea, que incide en que ahora mismo solo trabajan mujeres en el local. Fue casualidad, pero sí que es algo de lo que presumen en un ambiente siempre tan relacionado con lo masculino como una taberna tradicional.

Cuidar a los clientes de toda la vida

O Porco es un punto de referencia en el Casco Vello. Cualquier generación de vigueses conoce este local y los platos de referencia de su corta carta, como son el lacón y el bocata de jamón asado. “Formamos parte de las rutinas de mucha gente, hay gente que viene todas las semanas”, explica Andrea, que ha notado como en los últimos años ha habido cierta renovación de la clientela.

Carta de O Porco

Carta de O Porco Treintayseis

“No te exagero si cada semana no me dicen diez personas que venían y conocían a mi padre, o que venían con sus padres y me cuentan historias muy bonitas”, dice orgullosa la hija de Cándido. Asimismo, Andrea considera que una de las claves de la taberna es que la comida es sana, todos los platos son hechos con productos frescos y cocinados ese mismo día.

El objetivo de O Porco es mantener su esencia tradicional y familiar, y transmitir la humildad y fidelidad de Manolo y Cándido. Por eso, para mantener su legado, Andrea es reacia a que su local se convierta en un “punto de turistas”. “No es que no queramos que vengan nuevos clientes, queremos que no dejen de venir los de siempre”, afirma.

No es que no queramos que vengan nuevos clientes, queremos que no dejen de venir los de siempre

Andrea, propietaria de la taberna O Porco

Esta lealtad hacia “la gente de siempre” hace única a la taberna, que también trata de conservar unos precios al alcance de todos los públicos, para las personas humildes. Aun así, en los últimos años y con el auge de la Navidad viguesa, hay personas que no acuden a su local en determinados meses. “Hay mucha gente que a lo mejor nos dice en noviembre: ‘nos vemos el año que vienen, no bajaremos por las luces’”.