
Jugadores del Dépor celebrando el ascenso.
El impresionante vídeo del día del ascenso del Dépor a Segunda que todavía pone los pelos de punta
Un año después, las imágenes de la afición aquel 12 de mayo del 2024 siguen dando la vuelta al mundo. Una ciudad volcada con su club, con su sentimiento, al que llevó en volandas hasta el fútbol profesional cuatro años después de recibir golpes temporada tras temporada
Te puede interesar: El Deportivo asciende a Segunda División tras cuatro años en el infierno
12 de mayo del 2024. Puede ser la fecha de nacimiento de muchos niños o niñas, ya no solo en A Coruña. La fecha de una boda, de una comunión, de una defunción incluso si cogemos ejemplos desde el punto de vista negativo. Pero para los deportivistas, es una fecha muy importante: la del regreso de su Real Club Deportivo al fútbol profesional.
Ese día, A Coruña dio toda una master-class de cómo comportarse, en lo bueno y en lo malo. Atrás quedaron los sinsabores de la promoción ante el Albacete en Riazor dos años antes, o incluso el golpe anímico del no ascenso en Mallorca cuando todas las playas de la ciudad combinaban el tradicional San Juan con un ascenso que parecía casi hecho y al que tres goles voltearon la balanza a favor de un Mallorca que no partía con el cartel de favorito tras el partido de ida.
Pero ese tan manido 12 de mayo del 2024 tiene varias lecturas. En clave propiamente de fútbol, que un "neno" de A Coruña como Lucas Pérez anotara el gol, con una acción a balón parado ejecutada de forma magistral, que sacara a su Dépor, al que vino a rescatar del infierno desde el cielo perdonando dinero. El sueño de todo niño coruñés exteriorizado en el siete, ídolo ya de toda una generación. Incluso, para los más supersticiosos, un pequeño incendio en la cubierta del autobús que trasladó a los jugadores emuló al incendio de la grada de Preferencia en aquel Deportivo - Murcia.
La imagen sin duda fue la de la afición. Miles y miles de deportivistas tomaron las calles, con su camiseta blanquiazul, o algunas de las segundas o terceras ediciones (especialmente la amarilla talismán), llevando el paseo marítimo para el mayor recibimiento que se recuerda. Desde la propia puerta de , hasta más allá de Plaza de Portugal, los deportivistas se colocaron a ambos lados de la calle para empujar a su equipo. Un jugador número 12 que, justamente, un día 12 consiguió romper el bucle infinito.