Líderes europeos hablan por teléfono con el presidente estadounidense Trump en Tirana.

Líderes europeos hablan por teléfono con el presidente estadounidense Trump en Tirana. Reuters 4y2y6u

EEUU

Trump aseguró a los socios europeos que Putin no quiere la paz, se abrió a nuevas sanciones a Rusia y luego se echó atrás 1g3219

El presidente norteamericano, como revela el Wall Street Journal, pasó de aceptar la necesidad de presionar más al Kremlin a proponer una reunión entre Rusia y Ucrania en el Vaticano. 3k1sr

Más información: Portnov, el 'cardenal gris' del Kremlin artífice de la represión de 2014: huyó de Kiev con ayuda de un alto cargo de Zelenski 3d3s4h

R. J. P.
Publicada

Donald Trump ofreció el lunes a los líderes europeos una versión de Vladímir Putin más cercana a la que ellos llevan tiempo defendiendo. La de un presidente ruso convencido de que está ganando la guerra en Ucrania y que no tiene intención alguna de firmar una tregua. Esto le transmitió el presidente estadounidense una videollamada con los líderes de Francia, Alemania, Italia y Ucrania, como publica The Wall Street Journal citando tres fuentes de alto nivel.

Es la primera vez que reconoce, al menos en privado, la falta de voluntad de Moscú para negociar un acuerdo de paz. Porque el mensaje que traslada públicamente es el contrario. El análisis de la situación, en cualquier caso, no se ha traducido en más presión sobre Rusia.

Trump, antes de la llamada de la semana pasada con Putin, insinuó a sus aliados que estaba pensando en endurecer las sanciones a Rusia si el Kremlin no aceptaba un alto el fuego.

Incluso mencionó la posibilidad de atacar las exportaciones petroleras rusas y restringir sus operaciones financieras. Pero reculó.

Se negó a adoptar nuevas medidas punitivas y volvió a la idea de avanzar con "conversaciones preliminares" entre Moscú y Kiev en un escenario neutral, como el Vaticano. Podrían darse a mediados de junio.

"El tono de la conversación fue excelente", escribió Trump en su red Truth Social tras hablar con Putin durante dos horas. "Si no lo hubiera sido, también lo diría".

Para los líderes europeos, la llamada con Trump fue el punto culminante de una ofensiva diplomática iniciada diez días antes, cuando el nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, asumió el cargo con una línea más contundente hacia Moscú que la de su antecesor, Olaf Scholz.

Junto con Emmanuel Macron, Keir Starmer y Donald Tusk, Merz viajó a Kyiv el pasado 10 de mayo para respaldar a Zelenski y la propuesta de un alto el fuego "incondicional" de 30 días. Ese mismo día usaron el teléfono del presidente francés para hablar con Trump desde la residencia oficial del presidente ucraniano.

Putin respondió con una oferta para iniciar negociaciones directas con Ucrania por primera vez en tres años. Trump se mostró receptivo, e incluso barajó acudir en persona a Turquía para participar. Zelenski aceptó. Quien no apareció fue Putin, lo que llevó a los europeos a redoblar la presión sobre Trump.

Algunos Estados aprobaron sanciones adicionales de alcance limitado mientras avanzan en un nuevo paquete más ambicioso.

La falta de compromiso del presidente estadounidense dejó a los socios con la sensación de que deberán asumir más protagonismo en el apoyo militar y financiero a Ucrania. En privado, los Gobiernos del continente esperan que Trump, al menos, mantengan las exportaciones de armas estadounidenses, siempre que Europa o Ucrania las financien.

Durante las conversaciones, Trump insistió en desmarcarse del conflicto: "Esta no es mi guerra". En un tono más desenfadado, elogió el inglés con acento alemán del canciller y criticó la política migratoria europea, lo que llevó a Macron a interrumpirle: "No puedes insultar a nuestras naciones, Donald".

Los ministros de Finanzas del G7 reunidos en Canadá, entre tanto, preparan un comunicado conjunto en apoyo a Ucrania. Incluso un nuevo paquete de sanciones si Rusia no se sienta a negociar de forma "seria".

La presidencia canadiense se encargará de definir la redacción final. Para Europa, el margen de maniobra diplomático se estrecha. Para Trump, también.