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Del Shambala al ring ‘Blink Pink’: la DJ Innmir arrasa en Desalia con su imparable montaña rusa musical 6d6j51
La DJ valenciana nos abre las puertas a un día de vértigo, beats y energía, demostrando por qué es una de las artistas más explosivas de la escena electrónica. 1y4g4r
Innmir es una de esas DJs que brillan no solo por el sonido, sino por la energía magnética que arrastra desde que pisa el escenario. Detrás del alias está Míriam Boluda, valenciana, maestra de día, reina del bakalao de noche, con un pie en la música desde los cinco años, cuando empezó con clases de instrumento en Alzira.
Su conexión con la electrónica viene de lejos: de la tradición valenciana, de la cultura de club, de las raves que definieron una época. Y no es casualidad que lleve orgullosa una camiseta cropped con la palabra BAKALAO estampada en el pecho.
La seguimos en Port Aventura, en el Desalia 2025, el festival de Ron Barceló que cada verano da el pistoletazo de salida a la temporada. Allí, entre montañas rusas y escenarios de neón, Innmir se prepara para abrir la segunda noche del festival con una fiesta llamada Blink Pink: bailarines, plumas, luces estroboscópicas, billetes volando y un ring de boxeo rosa peluche donde ella manda.

Inmir en Desalia.
—Estoy nerviosa, pero también más segura de mí misma que nunca. Hoy toca disfrutar —dice mientras se abanica con uno de los billetes que hace un segundo volaban sobre el público.
La sesión arranca con una intro personalizada: “Ella manda en las cabinas, ella tiene esa luz, ella es Innmir”. La voz que lo anuncia es la de Kuve, su amiga y cómplice, que la ha acompañado todo el día entre atracciones, risas y nervios previos al show.

Inmir en Desalia.
La noche estalla con temas como Abracadabra de Lady Gaga, Mis Amigos de Amaral remixado a golpe de bajos, hits de Karol G y Bad Gyal, y un momento cumbre con ACIIID de Moguai, un homenaje al acid house noventero. El público vibra. La pista arde.
Cuando baja del escenario, nos regala una sonrisa cómplice: “¿La gente lo ha gozado?”. Le decimos que sí. “Pues ya está”, responde, y desaparece entre la multitud. Porque Innmir no solo brilla arriba; también sabe disfrutar abajo.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en la música y qué te llevó a decidirte por ser DJ?
Empecé muy pequeña, con instrumentos y teoría musical. Siempre he tenido una relación intensa con la música, pero fue la noche la que me atrapó del todo. Junto a una amiga decidimos lanzarnos a las cabinas porque sentíamos que ahí podíamos expresar algo más que notas: energía pura, conexión con la gente.
¿Cómo definirías tu estilo musical y qué buscas transmitir a quienes te escuchan?
Mi show es un cóctel de energía, emoción y técnica. Diría que es un 70% energía y un 30% música. Puedo pinchar temas que nadie conozca, pero si transmites bien esa energía, la gente lo siente. No paro de saltar, de moverme: el reloj a veces me marca que he hecho 15.000 pasos en una noche (ríe). Para mí, lo importante es contagiar amor, alegría y fuerza. La pista es un lugar sagrado donde todos nos conectamos.
En cuanto a las redes sociales, ¿cómo han influido en tu carrera?
Son fundamentales, pero no lo son todo. Está bien tener seguidores, claro, pero lo más importante es el trabajo constante detrás: producir, crear contenido, cuidar a tu equipo. Yo tengo muchos oyentes en Spotify, que es mi comunidad más fiel, pero también las agencias con las que trabajo, como Golden Beat y Banana Records, han sido esenciales para crecer. Y festivales como Desalia ayudan muchísimo: mezclan música, influencers, marca... y eso multiplica la visibilidad. La primera vez que estuve aquí fue un antes y un después.
¿Has sentido alguna vez que por ser mujer la exigencia es mayor o has sufrido condescendencias en la industria?
Sin duda. Me he sentido observada, analizada, como si tuviera que demostrar el doble que un DJ hombre para que reconozcan mi talento. He tenido compañeros mirándome cada movimiento mientras pinchaba, lo que genera inseguridad, claro. Lo más absurdo fue en un evento donde la seguridad no creía que yo fuera la DJ y no me dejaban entrar a preparar mi set. Tuve que llamar a los organizadores para que me dejaran pasar. Son cosas que deberían quedar atrás, pero que evidencian que aún queda mucho por hacer.
¿Qué consejo darías a una chica joven que quiere empezar en el mundo de la música electrónica?
Que confíe en su estilo y en sí misma, aunque su música sea alternativa o poco comercial. La autenticidad es clave para conectar con el público. No te rindas si no encajas en ciertos moldes. Si te gusta el reggaetón, la electrónica, el rock... hazlo con pasión y fuerza. Ser constante es esencial porque esta carrera requiere mucho trabajo y dedicación, pero también puede abrirte puertas increíbles.
Cuando se apagan las luces y queda solo el eco lejano de los últimos beats, Innmir se funde con el público. Porque más allá del escenario y el show, lo que queda es esa energía imparable que hace que cada fiesta sea una experiencia inolvidable. Y si alguna vez alguien dudó de quién manda en las cabinas, basta recordar aquella noche en Desalia 2025 para saber que, si Barbie fuera DJ, sería Innmir.