
El etarra Narváez Goñi, en 2015, tras ser detenido en México. 3i221
El etarra 'Pajas' sólo tendrá que dormir en la cárcel: la consejera del PSE le da el tercer grado tras cumplir 10 de 460 años de pena i1v57
Las víctimas lamentan el "irrisorio" cumplimiento de las condenas por los 4 asesinatos de Narváez Goñi y piden a la Fiscalía que frene su semilibertad. 1s411h
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El histórico etarra Juan Jesús Narváez Goñi, conocido por el apodo de Pajas, tiene a sus espaldas un abultado historial criminal. Fue condenado en 2015 a 296 años de prisión por el atentado que acabó con la vida de dos de los Tedax (la unidad policial dedicada a la desactivación de explosivos).
En concreto, la Audiencia Nacional le impuso la pena de 28 años de prisión por cada muerte, que se suman a otros 23 años por cada uno de los diez asesinatos frustrados y a una pena por el delito de estragos terroristas.
Ese mismo año, Narváez Goñi fue sentenciado a otros 104 años de cárcel por el atentado de ETA contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Torremolinos. El ataque, ocurrido en 1991 y en el que se empleó un coche-bomba, causó heridas a cuatro personas y numerosos daños materiales.
Pajas, también en 2015, fue condenado a seis décadas de prisión por el asesinato de dos policías en diciembre de 1991. Acompañado de otro etarra, disparó a bocajarro contra un local de Barcelona.
En total, sus condenas suman 460 años de cárcel. Cerca de cinco siglos. Casi medio milenio. La legislación española limita el número de años de cumplimiento efectivo de las penas de prisión. Ahora bien, Narváez Goñi está ya cerca de obtener su semilibertad.
Tal y como denuncia en un comunicado la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), el Gobierno vasco le concedió el pasado martes el tercer grado. Por tanto, podrá salir de la cárcel, a la que sólo tendría que regresar para dormir.
La decisión la firma la consejera de Justicia y Derechos Humanos de Euskadi, María Jesús San José López, del PSE (la rama vasca del PSOE). Pero existe una esperanza para la AVT: que el fiscal de la Audiencia Nacional Carlos García Berro recurra este tercer grado, lo que frenaría la semilibertad y dejaría la decisión final en manos de un juez de Vigilancia Penitenciaria.
"Indultos encubiertos" 4x4a11
La orden de San José ha indignado, de nuevo, a las víctimas del terrorismo. Desde el 1 de octubre de 2021, el Gobierno regional ostenta las competencias penitenciarias, atribuidas hasta entonces al Estado central.
En estos tres años y medio, las concesiones de terceros grados se han disparado. Son varias casi cada mes. Según la AVT, ya disfrutan de esta condición el 30% de los presos etarras.
En su comunicado, la Asociación de Víctimas del Terrorismo lamenta esta decisión del Gobierno vasco. "Estamos claramente ante una sucesión imparable de indultos encubiertos", le afea la organización.
"Ya estamos en la última fase de esta ignominia. El cumplimiento de pena [de Narváez Goñi] es irrisorio. Un asesino que acabó con la vida de cuatro personas ha cumplido 10 años de prisión", expresa la AVT.
Hasta 2015, Pajas no fue juzgado por terrorismo. Por más de dos décadas, permaneció fugado de la Justicia. Fue localizado junto a su pareja, también miembro de ETA, en febrero de 2014 en Puerto Vallarta (México).
Allí vivían con sus dos hijos. Trabajaban como masajista y profesora de yoga, respectivamente. Si la Fiscalía no lo frena, a partir de ahora, el terrorista saldrá de prisión cada mañana y sólo regresará para dormir. En su comunicado, la AVT asegura que ninguna de las víctimas de sus crímenes ha recibido una petición de perdón por parte del etarra.