El s-81 Isaac Peral, en plena maniobra OTAN en los últimos días en la Bahía de Cádiz.

El s-81 Isaac Peral, en plena maniobra OTAN en los últimos días en la Bahía de Cádiz. Cedida 5m35s

España FUERZAS ARMADAS

El submarino Isaac Peral, la joya de la Armada, brilla en su primer ejercicio OTAN: "Con él, nos infiltramos hasta la cocina" 363v4o

Los tripulantes del sumergible desvelan a EL ESPAÑOL los detalles de la participación del S-81 en su primera maniobra con la Alianza Atlántica. 5k573e

Más información: 4.000 militares, 30 buques, 2 submarinos: España lidera en Cádiz durante 10 días el mayor ejercicio naval de la OTAN 4a6x21

Publicada
Actualizada

El periscopio de un sumergible emerge en las aguas de la bahía de Cádiz como la aleta de una orca. El sigiloso batiscafo sale de las profundidades, cuando ya ha amainado el temporal. El submarino S-81 Isaac Peral acaba de terminar una larga navegación, y varios días de ejercicio en sus primeras maniobras de la OTAN en aguas de Andalucía.

"Con él, podríamos hacer una infiltración en entorno hostil sin ser detectados. Practicamente, hasta la cocina del enemigo".

Quien habla es Guillermo Gilabert Gamboa, teniente de navío, oficial de armas a bordo y también oficial de información pública. Está satisfecho y orgulloso. Se le hincha el pecho cuando habla de este discreta embarcación, la joya de la corona de la Armada. Y más después de que estas fueran las primeras maniobras de este submarino en un ejercicio de la OTAN.

"Ha sido un salto espectacular, una experiencia muy motivadora. Hemos puesto a prueba los sistemas y la plataforma del submarino y hemos realizado ejercicios operativos", explica. Gilabert, radiante tras 10 exitosos días junto a otros buques de la Alianza Atlántica, insiste: "Hemos empezado a hacer realmente lo que nos gusta hacer". 

Hace dos años y medio que él y el resto de la tripulación comenzaron a navegar esta arma submarina, tras un gigantesco proyecto abanderado por Navantia que culminó con su botadura en 2021. Dos años después sería finalmente entregado a la Armada. 

Desde entonces y hasta ahora, Guillermo y el resto de la tripulación siempre habían participado en pruebas concretas, con las que certificar y testar aspectos puntuales de la navegabilidad del S-81, siempre en aguas de Cartagena. Pero durante el último mes han salido por fin del nido para surcar durante semanas las aguas del Atlántico.

"Lo conocemos muy bien, pero era un concepto de navegación diferente. Estas maniobras nos han permitido trabajar y operar el submarino desde un punto de vista distinto, centrado en la operativa y la táctica", cuenta. 

El Isaac Peral, en las maniobras en Cádiz.

El Isaac Peral, en las maniobras en Cádiz. Armada

Primero pusieron rumbo a Ferrol. Y desde allí a la bahía de Cádiz, para unirse a las tropas aliadas. Ahí, el S-81 engarzaría con el resto de la flota desplegada por la Armada en el marco de las maniobras Dynamic Mariner/Flotex-25, los mayores ejercicios navales de la OTAN en 2025. 

En él han participado durante 10 días unos 4.000 militares, 30 buques, 2 submarinos, unidades anfibias y medios aéreos de nueve países aliados (Alemania, Croacia, España, EE.UU., Francia, Grecia, Italia, Portugal y Turquía). Además, se ha puesto a prueba la integración de nuevas tecnologías en las operaciones navales, incluyendo medios no tripulados.

El Isaac Peral ha triunfado poniéndose por primera vez a prueba en un ejercicio internacional, recreando situaciones reales de combate junto a más de 30 buques de guerra. Este submarino de 80 metros de eslora, una plataforma estratégica ideal para misiones de disuasión, ataque e inteligencia, sitúa a nuestras Fuerzas Armadas en un selecto elenco: el de los 11 países en todo el mundo que pueden diseñar y construir sus propios sumergibles.

Una embarcación que posee la capacidad tecnológica más avanzada del mundo y que abre sus puertas a EL ESPAÑOL.

"Un arma fundamental" 1ro6v

Fernando Zumalacarregui es capitán de fragata de la Armada Española. Está destinado en el Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad (CGMAD). Ha formado parte estos días del Estado Mayor de la Armada que ha dirigido la maniobra, que ha recreado en Cádiz diversas situaciones reales de combate junto a distintos países aliados.

"Ha sido el más importante de los últimos años. Se trataba de un escenario ficticio con una situación de crisis en el que una fuerza de la OTAN tiene que actuar", dice.

Uno de los momentos de la maniobra, en la cubierta de uno de los buques de guerra.

Uno de los momentos de la maniobra, en la cubierta de uno de los buques de guerra. Armada

El planteamiento es que el escenario tiene lugar fuera del área de influencia de la Alianza. Cádiz ha servido de teatro de operaciones para simular una situación de combate en el golfo de Guinea.

"Nuestra misión era apoyar a un país que está desestabilizado. El país pide ayuda a la OTAN, porque se ve sobrepasado por fuerzas enemigas, y entonces montamos una gran operación en la que intervienen todos los mandos componentes", comenta.

En él, España ha certificado su capacidad para dirigir el Mando Componente Marítimo (MCC) de la Fuerza de Reacción Aliada (ARF) para el periodo 2025/2026, un paso fundamental en el proceso de preparación para la respuesta inmediata ante cualquier crisis que amenace la seguridad de la OTAN. Solo cinco países de la Alianza tienen esta capacidad. Uno de ellos es España.

La primera fase fueron 4 días de calentamiento en la que se desarrollaron todas las guerras principales. Misiones, submarinas, aéreas, de superficie, de ciberdefensa, en el espacio... Después vendría el despliegue total, una suerte de coreografía en la que todas las unidades intervinieron prácticamente de forma simultánea, cada una con una misión y un cometido, dentro del caos organizado que es una maniobra emulando una situación real de combate.  

"Hemos actuado coordinados con el resto de los mandos componentes, pero han estado bajo nuestro control táctico", señala Zumalacárregui. El S-81 Isaac Peral, que ha aportado un salto de calidad, exhibió en esa primera parte, a su juicio, la clase de poder que se esperaba de una tecnología de última generación como esta.

"Ha sido uno de los protagonistas, es un arma fundamental, de gran capacidad de disuasión. Si tienes un submarino en un área es complicado operar en ella. Deniegas el uso de esa zona al enemigo", comenta.

Este sumergible de última generación ha operado así con bastante margen de ventaja con respecto a las unidades. "Tiene más capacidades, mayor alcance, mayor sigilo... Estamos muy satisfechos", sentencia Zumalacarregui.

El S-81, en plena maniobra en la costa andaluza.

El S-81, en plena maniobra en la costa andaluza. Armada

Los de la Armada han podido acreditar su poderío. En la maniobra actuó en ambos bandos, en el de la OTAN y en el bando enemigo. "Es un detalle de calidad. Pueden disparar torpedos a la distancia suficiente como para realizar un ataque sin ser detectado".

Un salto sustancial 5z2mu

La capacidad tecnológica que tiene se percibe en gran medida en los puestos de guardia. El salto tecnológico es sustancial. Gilabert Gamboa destaca los tres sistemas integrados fabricados por Navantia. El primero de ellos es el sistema de combate. "Integra todos los sensores de detección, navegación y armamento para que puedan ser controlados desde pocos aparatos. Así, podemos explotar todos las capacidades desde una misma consola", señala el teniente de navío.

En segundo lugar, el sistema integrado de control de plataforma, que es desde donde se maneja la nave. "Es algo espectacular", remarca Gilabert Gamboa. "Permite el control y gestión de todos los equipos de máquinas del barco desde un mismo sistema".

Para los de la dotación, este es uno de los saltos diferenciales. Un total de cinco personas son las encargadas del control de la plataforma del S-81. Y otras cinco del control de los sensores y del sistema de combate. "En anteriores versiones de los sumergibles, se necesitaba a 65 militares para ponerlo en funcionamiento". Con una dotación de 40 ahora se bastan. No hace falta nada más.

En la maniobra se han producido diversas situaciones simulando un combate real.

En la maniobra se han producido diversas situaciones simulando un combate real. Armada

Lo mismo ocurre con el sistema integrado de comunicaciones, sofisticado y cuya tecnología permite que todo se maneje prácticamente desde el mismo ordenador.

La vida en el submarino 565m5g

Algo más de una treintena de personas conforman la tripulación de uno de los submarinos más modernos del mundo. Esta es una de sus grandes virtudes en comparación con sus predecesores. "El S-81 solo necesita una tripulación de 43 personas", dice Gilabert Gamboa. Es una de sus grandes ventajas con respecto a otros aparatos similares operados por otras potencias.

En total, cuentan con 46 camas, algunas de las cuales han mantenido ocupadas con ingenieros, personal de la Armada, pero que podrían servirles, por ejemplo, para alojar a un equipo de élite. "Es, de hecho, una de las misiónes específicas que tiene el submarino. Es la plataforma ideal para operar con operaciones especiales, debido a nuestra discreción. Podríamos hacer una infiltración en entorno hostil sin ser detectados".

Como otros de la tripulación del S-81, el teniente de navío Gilabert Gamboa estuvo embarcado en el Galerna y en el Tramontana durante su último año de servicio, dos de los veteranos y envejecidos submarinos de la serie S-70. Él y el resto de los tripulantes están acostumbrados a la quietud y el silencio de las profundidades de los océanos, a los espacios angostos y los pasillos estrechos.

Hay una diferencia notable con respecto a los anteriores. "Compartes con cinco compañeros, pero tienes tu cama, tu taquilla y tu lavado. La habitabilidad, con lo que es un submarino, es muy satisfactoria. La gran diferencia es la comodidad".

La tecnología del Isaac Peral es la más avanzada del mundo en materia de sumergibles.

La tecnología del Isaac Peral es la más avanzada del mundo en materia de sumergibles. Armada

"Con la tecnología de los anteriores submarinos, la mitad de la dotación dormía en la cámara de torpedos, porque no había habitaciones suficientes. Ahora lo recuerdo con cariño y nostalgia pero esto es otra cosa, es otro nivel", rememora.

Cuando la Armada conformó la tripulación un requisito indispensable era que la constituyeran militares con experiencia previa en sumergibles. La mayoría de ellos había pasado por el Mistral, aunque con el paso del tiempo hay ya bastante renovación de personal.

Unas pocas decenas de personas en un pasillo y poco más para vivir. Hay poca intimidad, lo que obliga a que el reine el buen ambiente en el sumergible casi, como dice Gamboa, "por imperativo legal". "No nos podemos permitir que haya rencillas y malos rollos. El ambiente es más familiar y cercano. Aquí el trato que tiene un comandante con un marinero no es el mismo que tendrían en una fragata". 

Los análisis que están elaborando tras el ejercicio arrojan conclusiones muy positivas sobre el trabajo del S-81. "Hemos sentido que conseguíamos cumplir con la msión. Pasamos indetectados de las unidades de superficie donde perpetrar ataques efectivos".

En junio, el Isaac Peral tendrá su siguiente gran ejercicio, donde pondrá a prueba el primer lanzamiento de un torpedo con munición real. El teniente de navío se reserva la potencia real de esta clase de proyectiles, por razones de seguridad. "Sí te puedo decir", apunta, "que el alcance de los torpedos es muy superior al que se va a realizar en el lanzamiento. Ahí comprobaremos la capacidad destructiva del arma".

El S-81 navega en la costa de Cádiz junto al resto de la flota del ejercicio OTAN.

El S-81 navega en la costa de Cádiz junto al resto de la flota del ejercicio OTAN. Armada