
Dominique McShain, paciente joven de cáncer de colon.
Me diagnosticaron cáncer de colon incurable cuando tenía 21 años: los síntomas en España que no debes dejar pasar
Aunque es más habitual en personas mayores, las estadísticas demuestran la importancia de que los jóvenes también estén atentos a cualquier señal.
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El cáncer de colon es, a día de hoy, el tumor con mayor incidencia en España si se considera a la población general. Según datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en 2024 se diagnosticaron 41.167 nuevos casos de cáncer colorrectal. De ellos, 25.039 correspondieron a varones -solo por detrás del cáncer de próstata- y 16.129 a mujeres -tras el de mama-. En conjunto, representa casi el 15% de todas las neoplasias detectadas ese año.
Además de ser el más frecuente, es también una de las principales causas de mortalidad. En 2024 provocó 15.401 fallecimientos, lo que lo sitúa como la segunda causa de muerte por cáncer en nuestro país, solo superada por el de pulmón en hombres y el de mama en mujeres.
Aunque la mayoría de los casos se diagnostican en personas mayores de 50 años —la edad media ronda los 70—, los expertos alertan de un incremento sostenido entre la población más joven. Este cambio de tendencia hace aún más urgente reforzar las estrategias de detección precoz y fomentar estilos de vida saludables como vía de prevención.
En este contexto, testimonios como el de Dominique McShain cobran un sentido especial. Esta joven de 21 años de Nueva Zelanda soñaba con ser psicóloga y acompañar a otros jóvenes en situaciones difíciles. Pero en abril de 2024 su vida dio un vuelco: fue diagnosticada con un cáncer de colon incurable que ya se había extendido a su hígado. En un principio le dieron entre uno y cinco años de vida, aunque la enfermedad avanzó con tal rapidez que ese margen se redujo drásticamente.
Fruto de ello, Dominique compartió en su cuenta de Instagram el que, según afirmó, sería su último mensaje en redes sociales: "Quiero ser directa con todos: esta será mi última actualización sobre mi lucha contra el cáncer hasta que haya fallecido", escribió. Explicó que, apenas unos días atrás, los médicos le habían dado un nuevo pronóstico, mucho más corto: "Me dijeron que solo me quedan unos pocos días o algunas semanas de vida".
El relato de Dominique evidencia con claridad la agresividad con la que puede actuar este tipo de cáncer, incluso en personas jóvenes y sin factores de riesgo aparentes. También pone el foco en la importancia de escuchar al cuerpo y no ignorar señales como el sangrado en las heces o el dolor abdominal persistente, que a menudo se atribuyen erróneamente a causas menores.
Cuidado y atención
La triste realidad de esta joven de 21 años no es una excepción. Es una advertencia. Los datos muestran cómo esta enfermedad ataca cada vez más a los jóvenes, lo que obliga a revisar los criterios de cribado y a reforzar la sensibilización sobre sus factores de riesgo.
Según la AECC, muchos de estos factores están relacionados con el estilo de vida y, por tanto, son modificables. El sobrepeso, la obesidad, el consumo habitual de alcohol, el tabaco, una dieta pobre en fibra y rica en carnes rojas, así como el sedentarismo, se asocian directamente con un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Adoptar una alimentación equilibrada, mantener una vida activa y evitar sustancias nocivas no solo mejora la salud general, sino que también reduce significativamente la probabilidad de aparición de este tumor.
Existen, además, factores no modificables que también aumentan el riesgo. La edad sigue siendo el principal, aunque ya no exclusivo, dado el aumento de casos en menores de 50 años. Otros elementos de riesgo son los antecedentes personales de pólipos o de cáncer colorrectal, las enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, la diabetes tipo 2 y ciertos síndromes hereditarios, como la polipodio adenomatosa familiar o el síndrome de Lynch.
Afortunadamente, el cáncer de colon es uno de los pocos que puede detectarse antes de que aparezcan síntomas. El test de sangre oculta en heces (TSOH) es una prueba sencilla, no invasiva y eficaz que permite detectar lesiones premalignas. Si el resultado es positivo, se realiza una colonoscopia para confirmar o descartar la presencia de un tumor. En la población general, este cribado comienza a partir de los 50 años, pero en personas con antecedentes familiares u otros factores de riesgo, puede iniciarse antes.