Los cambios de ciclo y liderazgo en los partidos políticos entran dentro de la normalidad, todos los hemos vivido y es bueno que así sea. Además, esos cambios de ciclo suelen suponer un revulsivo, y vienen acompañados de una nueva propuesta de proyecto político a desarrollar en el territorio, en este caso en nuestra Comunidad Autónoma. e414g
Por primera vez en nuestra historia reciente hemos asistido a un cambio de liderazgo en un partido político, el PSOE, que ha sido incapaz de presentar un proyecto para Aragón y para los aragoneses. No ha sido un error o un problema de comunicación. Ha sido una declaración clara intenciones de lo que a partir de ahora el PSOE de Aragón va a ofrecer a los aragoneses: nada.
Alegría no quiere contribuir a construir un Aragón mejor, Alegría tiene un único objetivo: poner al socialismo aragonés al servicio de Pedro Sánchez. Por eso, estos días la nueva secretaria general del PSOE-Aragón ha escenificado la conquista de una organización, ha finiquitado al PSOE socialdemócrata y constitucionalista para dar paso a un partido vasallo de los intereses del líder, vasallo del independentismo más exacerbado.
En apenas un fin de semana el socialismo aragonés se ha quedado sin voz, sin palabra y sin proyecto. Nada que pueda extrañar de quien es portavoz de Sánchez, portavoz de un gobierno basado en la mentira, en levantar muros entre españoles, todo para tapar su vacío y su incapacidad; porque ni a Alegría ni a Sánchez les interesa gobernar España, su interés es el poder de La Moncloa y su asiento en el Consejo de Ministros.
Pilar Alegría ha defendido la amnistía, los indultos, la rebaja de los delitos de malversación, la financiación privilegiada a Cataluña, una supuesta condonación de la deuda al dictado del independentismo, la corrupción en el entorno de la familia de Sánchez, del PSOE de Ábalos, Kodlo y Tito Berni. Ha defendido la cesión de las competencias migratorias al independentismo más radical y xenófobo y, en los últimos días, ha dado un paso más: ha defendido mercadear con los más vulnerables, con los menores migrantes que llegan a nuestro país, todo por el poder de Pedro Sánchez.
La gravedad de sus palabras solo es superada por la gravedad de sus silencios. No la hemos escuchado defender una financiación justa para Aragón, que tenga en cuenta parámetros como la despoblación o la orografía que tanto encarecen el coste de nuestros servicios.
Tampoco la hemos escuchado desde su sillón de La Moncloa exigir que se agilicen las obras pendientes en nuestra Comunidad Autónoma y que dependen de su gobierno; ni respaldar ninguno de los proyectos fundamentales para Aragón como el Plan Pirineos o las ayudas al funcionamiento para las empresas de la provincia de Teruel que su gobierno tiene limitadas hasta convertirlas en inservibles. Es más, la hemos escuchado igualar esas ayudas a la financiación privilegiada a Cataluña, palabras vergonzantes por las que, a día de hoy, sigue sin pedir perdón.
Pilar Alegría puede rendir ante Sánchez al socialismo aragonés, allá ella y su partido, pero no puede pretender rendir Aragón y a los aragoneses a los intereses de quienes quieren acabar con la igualdad y desgastar hasta la extenuación nuestro Estado Constitucional.
La nueva secretaria general del PSOE-Aragón ha demostrado que está fuera de la realidad de nuestra Comunidad Autónoma, y lo que es peor, no ha demostrado ningún interés por construir una alternativa política basada en la defensa de los intereses de los aragoneses.
Es triste y lamentable, pero lo único que han confirmado es que hoy por hoy Aragón y los aragoneses no pueden contar con un partido histórico, con un partido que ha gobernado nuestra tierra, para contribuir a construir un Aragón mejor, con más igualdad, más oportunidades y mejor futuro.