Dos sanitarias en la atención a un paciente en un hospital público de la Comunitat Valenciana.

Dos sanitarias en la atención a un paciente en un hospital público de la Comunitat Valenciana. 4m674a

Salud

Choque de sanidad pública y privada en Alicante: "¿Por qué vienes para que miremos esto?" f4o5r

Un bulto que terminó siendo un linfoma llevó a J. G. del General a un centro concertado y a su vuelta tiene pendiente el seguimiento del cáncer. 135zu

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"Acabo de salir de la consulta del hospital. Tengo un linfoma que me tienen que quitar". Con ese mensaje J. G. avisó a su familia en Alicante de que pasaba a ser uno de los más de treinta mil casos de cáncer que se diagnostican cada año en la Comunitat Valenciana. Su tratamiento empezó en la pública, se derivó a la privada y volvió al primero. Por en medio, preguntas como "¿por qué vienes para que miremos esto?" mientras aún espera que haya seguimiento tras la extracción.

En septiembre de 2024 la familia de J.G. recibía el WhatsApp que ha trastocado sus vidas. Su madre acudía al hospital Doctor Balmis porque había notado dos bultos: uno en el brazo y otro en la espalda. Este último era el que más le preocupaba porque le dolía.

El camino en el tratamiento del cáncer es largo y con muchos pasos. El suyo había empezado en abril en la consulta de su centro de salud en San Blas. Su médico de cabecera, "un encanto", como define su hijo, la avisa de que esos bultos no eran normales y había que revisarlos.

A finales de junio ya le habían hecho la ecografía en el Doctor Balmis, pero "tardan tres meses en enviar los resultados al centro de salud", como denuncia su hijo. A finales de septiembre, de nuevo en el hospital es cuando le explican lo que muestra la ecografía: "El del brazo no es malo, pero el de la espalda, si duele sin que me toque ningún tejido nervioso, no es normal".

En ese momento le comunican que pasa a estar en lista de espera. Y como en cualquier paciente, el impacto de la noticia se abre a interpretación. Y ahí optaron por el optimismo: "Si no te han cogido ya es que no es una cosa urgente, es que va a ser benigno".

Pero pasan los meses y no hay ninguna notificación mientras el dolor de la espalda de lo que ya sabe que puede ser un linfoma sigue. Así que "como nadie del hospital llama para decir cómo va la lista de espera ni dan datos, mi madre se planta en el Hospital General", relata el hijo.

Y allí, según su versión, "le dicen es que la lista de espera es interminable, que está todo saturado y solamente atienden operaciones urgentes y necesarias". Ella protesta y le ofrecen como alternativa derivar su expediente a la privada.

Esa misma semana recibe la llamada de uno de los hospitales con que tiene acuerdos la Conselleria de Sanidad para reducir las listas de espera. "Recibimos todo por correo electrónico súper bien explicado", agradecen.

Cuando se presentan en la consulta para ver el caso, la cirujana que le atiende examina su historial. En él no se determina que sea un linfoma, aparece como un lipoma: un tumor benigno de tejido graso. Y le prometen: "Si usted se quiere operar, la operamos sin problema ninguno".

Así la citan para el 14 de marzo y en poco más de una hora le extraen el bulto de seis centímetros y a otros seis de profundidad bajo la piel y lo llevan a analizar para clarificar de qué se trata. Casi al momento le corroboran aquel diagnóstico inicial, era un linfoma.

El primer cuidado que le marcan es el de las curas diarias y en dos semanas recortar los hilos de los puntos además de comprobar que ha cicatrizado bien tanto por dentro como por fuera. Ahí deciden volver a su centro de salud de referencia para que les guíe en el proceso de cuidado posoperatorio.

Es en esa fase cuando se topa con la pregunta inesperada: "¿Por qué vienes aquí para que miremos esto en vez de a un privado?". La respuesta, sencilla y contundente: "Vengo a que me miren esto".

Ahora, como paciente oncológica sujeta a revisiones asegura que aún está pendiente de que le asignen la primera de los seis meses. "Estamos insistiendo mucho en que queremos una revisión para ver cómo va esto", concluye el hijo.