Reportajes CRISIS MIGRATORIA

"Saltaron antes de tiempo": la trágica muerte en la orilla de cuatro mujeres y tres niñas tras 2.000 kilómetros en cayuco 41m67

La embarcación, procedente de Guinea y primera en arribar a la costa herreña en dos semanas, había sido escoltada y auxiliada por Salvamento Marítimo. 5q1y60

Más información: Al menos 7 muertos, 4 mujeres y 3 niñas, tras volcar un cayuco con 160 personas en El Hierro: hay un bebé desaparecido. 92qr

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Después de días en alta mar, de cruzar el Atlántico en un cayuco de madera sin sombra ni agua suficiente, estaban a punto de lograrlo. Faltaban apenas cinco metros. El puerto de La Restinga, en el sur de El Hierro, ya se dibujaba claro frente a ellos, y la salvación —o al menos su promesa— parecía por fin alcanzable. Pero cuando varios de los migrantes se pusieron de pie e intentaron saltar desde la embarcación hacia la salvamar Diphda que les esperaba atracada, el equilibrio se rompió por completo. 8z28

El cayuco, que era el primero en arribar a la pequeña isla canaria en dos semanas, volcó. El océano, que los había sostenido durante más de 2.000 kilómetros desde Guinea Conakry, se tragó este miércoles en segundos y delante de todos los demás las vidas de siete personas. Cuatro mujeres y tres niñas. Una de ellas tenía cinco años. Otra, tres. La tercera, dieciséis.

Las cámaras de la delegación isleña de Radio Televisión Canaria grabaron el rescate en directo. Las imágenes no dejaron espacio a la duda: el viaje había terminado justo cuando parecía culminar. Un salto "antes de tiempo", como lo define uno de los rescatistas, consultado por EL ESPAÑOL. Un gesto de desesperación, de urgencia, de alivio. Y después, el caos.

Agentes de Policía Nacional rescatan a uno de los migrantes que viajaba en el cayuco que ha volcado a su llegada al puerto de La Restinga.

Agentes de Policía Nacional rescatan a uno de los migrantes que viajaba en el cayuco que ha volcado a su llegada al puerto de La Restinga. Europa Press Canarias.

La ruta canaria, mortal 2l412m

En un primer momento, fuentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional presentes afirmaron que el cayuco partió de Senegal hace varios días. Sin embargo, Caminando Fronteras confirmó que, según sus datos recabados, la embarcación siniestrada había salido el pasado día 18 desde Guinea Conakry. Lo que equivale a más de 2.000 kilómetros de travesía en exactamente 10 días.

La embarcación iba sobrecargada, como casi todos los que alcanzan Canarias. A bordo, alrededor de 160 personas, entre ellas varios bebés. En este tipo de embarcaciones precarias es habitual que durante la travesía mujeres y niños sean colocados en el centro de la barquilla. Un gesto de protección que, paradójicamente, les condenó cuando el barco se dio la vuelta en la orilla herreña.

El suceso se produjo a escasos metros de tierra firme, en un lugar del puerto donde el agua no supera los tres metros de profundidad. El vuelco atrapó a muchos de los ocupantes en el interior, algunos se salvaron gracias a que la embarcación hizo una especie de bolsa de aire, otros, sin saber nadar, no corrieron la misma suerte. Los equipos de emergencia rescataron cuerpos, asistieron a niños en parada respiratoria e improvisaron zonas de reanimación en la propia explanada del puerto.

A consecuencia de los hechos, un niño de tres años y una niña de cinco fueron evacuados de urgencia en helicóptero al Hospital Universitario de La Candelaria, en Tenerife. Otros menores fueron ingresados con síntomas de ahogamiento en el hospital de Valverde. Allí murió la joven de 16 años.

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Una isla que no da más 3h3q6r

"El Hierro no está preparado para esto", denuncian desde hace semanas diferentes entidades humanitarias. Lo saben los médicos de la isla, preocupados, y lo dicen los vecinos. Las carpas blancas instaladas en el puerto de La Restinga no bastan para dar cobijo a los migrantes ni para acoger el aumento de llegadas que se prevé con la llegada del buen tiempo, que es también cuando más población turística gana la isla. Lo que sostienen es que no hay un sistema sanitario que pueda absorber una emergencia de este calibre.

Modesto Martínez, el único médico forense de la isla, fue el encargado de levantar los cadáveres, como ya ha hecho tantas otras veces. Tiene 69 años y en su currículum pesan más tragedias de las que cualquier especialista de su categoría debería enfrentar solo. "Aquí, cuando hay una muerte, me llaman a mí. Cuando hay siete, también", se lamenta en privado.

Agentes de Policía Nacional y Guardia Civil llevan en la camilla a rescatan a uno de los migrantes que viajaban en el cayuco que ha volcado a su llegada al puerto de La Restinga.

Agentes de Policía Nacional y Guardia Civil llevan en la camilla a rescatan a uno de los migrantes que viajaban en el cayuco que ha volcado a su llegada al puerto de La Restinga. Europa Press Canarias.

Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, Martínez fue autorizado por la jueza de la isla para realizar los levantamientos desde primera hora. En el último naufragio ocurrido cerca de la costa, el médico forense fue especialmente crítico con la clase política: "Es un circo y un verdadero disparate, parece que compiten por ver quién dice el disparate mayor". En su despacho hay tantas carencias, denuncia, que ni siquiera tiene a una impresora de color.

"No es solo la tragedia de hoy. Es todo lo que viene después", dice a este periódico un miembro de Cruz Roja bajo condición de anonimato. Tanto él como otras fuentes policiales y judiciales vienen alertando a este periódico en las últimas semanas del colapso que puede sufrir la isla este verano, cuando se espera una gran afluencia de cayucos, si no mejoran los recursos de acogida.

Voluntarios que lloran 6y1y6c

Otras fuentes sanitarias describen lo ocurrido en La Restinga como "una escena de guerra". En un hospital improvisado, comenzaron a reanimar niños inconscientes mientras varios buceadores voluntarios —la pedanía es especialmente popular por su fondo marino y por ello hay varios centros dedicados al submarinismo cerca del puerto— trataban de hallar cuerpos bajo el mar.

"No queremos imaginar si en lugar de siete hubieran sido cien las víctimas", dice una enfermera del Servicio Canario de Salud. El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que se encontraba ese mismo día en la isla por un acto institucional, se trasladó de inmediato al puerto. "La impotencia es grande", escribió en redes. Luego, ante los medios, criticó que desde los despachos en Madrid "no se entienda lo que pasa aquí, a 80 kilómetros de África".

Las cámaras mostraron a Clavijo visiblemente afectado, acompañado por el consejero Narvay Quintero. Mientras, Manuel Domínguez, vicepresidente del ejecutivo regional, exigió "que se haga todo lo posible y lo imposible, que no se escatime en medios humanos y materiales para evitar que sigan saliendo cayucos de África".

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, en el Puerto de la Restinga, después de que volcara el cayuco.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, en el Puerto de la Restinga, después de que volcara el cayuco. Europa Press Canarias.

En paralelo, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, también se encontraba en El Hierro. Venía, según su agenda, a conocer el funcionamiento de los centros de menores migrantes. Pero se encontró con una escena que ningún informe podría anticipar. "Solo cuando ves a una niña intubada entiendes lo que pasa en Canarias", dijo Clavijo.

La ministra suspendió parte de sus actividades programadas para acudir al lugar del siniestro. En el puerto, había cuerpos tapados con sábanas, voluntarios con la ropa empapada y familiares que no sabían a quién llorar aún. El presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, habló de "un antes y un después". Y aunque sus palabras no fueron nuevas —en realidad se pronuncian tras cada tragedia—, esta vez la isla entera pareció hacerlas suyas.