
El aeropuerto de Santiago de Compostela. EUROPA PRESS 4f1k62
La historia del aeropuerto de Galicia que fue construido por presos políticos y vecinos 623y6a
Nació como un pequeño aeródromo para intercambios comerciales y fue en la posguerra cuando Franco decidió convertirlo en el aeropuerto internacional que hoy conocemos 84i1h
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Operado por Aena, el aeropuerto de Santiago-Rosalía de Castro es el más importante de los tres aeropuertos gallegos en número de conexiones y pasajeros. Según datos del propio Rosalía de Castro, cerca de 5.000 toneladas de mercancías y más de 3.600.000 pasajeros pasaron por él en 2024.
En un inicio, fue construido para permitir el transporte aéreo dentro de la comunidad o con otras ciudades españolas, pero este ha pasado de ser una pequeña instalación a convertirse en un punto de conexión internacional clave.
Lo que muchos no saben es que detrás de sus enormes pistas de aterrizaje y entre los asientos de su terminal se esconde una trágica historia. Alrededor de 2.000 presos políticos y otros tantos vecinos de Lavacolla trabajaron forzosamente durante una década para hacer de este lugar lo que es hoy.
Desde el golpe militar franquista hasta finales de los años 60, once fueron los campos de concentración que se abrieron en Galicia. El de Lavacolla fue el que facilitó mano de obra para estas labores de construcción. Gran parte de las obras llevadas a cabo en la posguerra fueron hechas con presos políticos. De muchas se desconoce la autoría. Esta es una de ellas.
Los inicios del aeropuerto 6h3a3q
En octubre de 1932 un grupo de aficionados a la aeronáutica decidieron construir en Santiago un aeroclub. En diciembre de ese mismo año nombraron a la primera junta directiva, que dos años más tarde se encargó de elegir los terrenos para la construcción de un aeródromo en el municipio de Lavacolla.
La obras empezaron a principios de 1935. En ellas se construyen tres zonas de aterrizaje formando un triángulos de pistas. El 28 de julio de ese mismo año se inauguró, aunque de aeropuerto tenía más bien poco, pues seguía siendo un pequeño aeródromo.
Aunque todo se debió a una iniciativa promovida por aficionados, lo cierto es que la creación de este aeropuerto ya estaba prevista. El Real Decreto Ley con fecha del 19 de julio de 1927 apuntaba a la creación de ocho aeropuertos. Todos, excepto el de Santiago, tenían ubicación: Barcelona, Sevilla, Valencia, Málaga, Santander, Cádiz y Granada.
De aeródromo a aeropuerto internacional d3om
Con el inicio de la Guerra Civil el aeródromo empieza a utilizarse para asuntos militares, pero un Patronato del Aeropuerto creado en 1937 lucha por el establecimiento de líneas comerciales. Así, en septiembre de ese año empieza a funcionar de manera regular la línea Santiago-Salamanca-Valladolid-Zaragoza. Por aquel entonces el aeropuerto tan solo contaba con un simple barracón de madera para albergar a los pasajeros.
En 1939 Lavacolla fue cerrado por las autoridades franquistas. Sin embargo, Francisco Franco y los suyos veían en el aeródromo potencial para instalar una academia de aviación y un aeropuerto que operara más allá de las fronteras españolas.

Misa en la iglesia de Lavacolla.
Para ampliar la capacidad del aeropuerto el régimen franquista utilizó a los presos políticos del campo de concentración de Lavacolla como mano de obra. Todos los participantes fueron reconvertidos en de un Batallón de Trabajadores. Pero no solo los prisioneros trabajaron, muchos hombres de Santiago fueron obligados a trabajar también.
En 1945 el campo de concentración cerró, pero sus prisioneros tuvieron que quedarse trabajando forzosamente hasta 1950, cuando se acabó de construir la nueva pista de aterrizaje. Esta cumplía ya con los requisitos que se le exigían a un aeropuerto internacional.
La actualidad del aeropuerto m614p
En los últimos 45 años el aeropuerto de Santiago no ha dejado de crecer. En los 80 se construyó la terminal de carga, que posteriormente fue ampliada debido a la enorme demanda de mercancías de Santiago por aire.
Y en mayo de 2007 Aena presentó el proyecto de la nueva terminal de pasajeros, que entró en funcionamiento en octubre de 2011 y que tiene capacidad para atender a cuatro millones de pasajeros anuales. Con esta ampliación el aeropuerto pasó de 20 mostradores de facturación a 28, de 10 puertas de embarque a 15 y de tres cintas de recogida de equipajes a cinco. El edificio de la antigua terminal permanece cerrado.

El aeropuerto de Santiago de Compostela, en una foto de archivo.
Aunque uno de los cambios más especiales tuvo lugar en 2020, cuando el BOE publicó el cambio de nombre del aeropuerto, que pasó a llamarse Santiago-Rosalía de Castro. Esto fue un homenaje a la escritora gallega, ya que se entonces cumplía el 180 aniversario de su nacimiento.
En Lavacolla, muy cerca del aeropuerto, se encuentra un monolito de piedra en memoria de todos esos presos que fueron tratados como esclavos, siendo obligados a levantar un aeropuerto con sus propias manos. Gracias a ellos, Santiago es hoy puerta de entrada para turistas de distintas nacionalidades.