
Una vecina carga a su gato entre los restos de una casa atacada por drones rusos en Kyiv. Valentyn Ogirenko Reuters 1d3i
Ucrania advierte que recuperar los aranceles europeos a sus productos golpeará duro a su economía y la fe en la UE 1h6y4w
Kyiv calcula que la vuelta a los cupos comerciales anteriores a la guerra podría costar más de 3.000 millones de euros al año, una pérdida equivalente al 70% del crecimiento previsto para 2025. 37s55
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La decisión de la Unión Europea de restablecer a partir del 6 de junio los antiguos cupos arancelarios sobre productos agrícolas ucranianos ha desatado una fuerte reacción en Kyiv, que advierte de graves consecuencias económicas y políticas.
La medida, aprobada este jueves por una mayoría de Estados durante una reunión del comité pertinente en Bruselas, pone fin al régimen de comercio libre de aranceles del que ha disfrutado Ucrania desde 2022 en virtud de las denominadas Medidas Comerciales Autónomas (ATMs, por sus siglas en inglés), adoptadas tras la invasión rusa.
Balazs Ujvari, portavoz de la Comisión Europea en materia de agricultura, explicó que el cambio responde a la expiración del régimen excepcional y se enmarca como una transición hacia un acuerdo comercial a largo plazo. Mientras tanto, se aplicarán cupos proporcionales que cubrirán siete doceavas partes del volumen anual permitido, dada la entrada en vigor a mitad de año.
Sin embargo, para Ucrania, estos límites suponen un duro golpe. Dmytro Natalukha, presidente del Comité de Asuntos Económicos del Parlamento ucraniano, se desplazó esta semana a Bruselas junto a una delegación de once diputados para pedir una solución estructural y urgente.
"La importancia simbólica es clara: es la primera vez que celebramos una sesión parlamentaria fuera del país", declaró a Politico. "El comercio con la UE es vital para nuestra supervivencia económica".
Los cálculos del Gobierno ucraniano, citados por Natalukha a Euractiv, estiman que el fin del régimen sin aranceles podría suponer una pérdida de hasta 3.000 millones de euros anuales en ingresos por exportaciones, lo que representaría cerca del 70% del crecimiento económico proyectado para 2025. La Comisión Europea, no obstante, cuestiona esas cifras. Leon Delvaux, alto funcionario de la Dirección General de Comercio, indica que la pérdida real se acercaría más a los 1.500 millones de euros.
Natalukha subraya que, más allá del impacto económico, el coste político podría ser aún mayor. "Si no se ofrece una solución de continuidad ni se cumplen las promesas hechas, el mensaje es devastador: en momentos difíciles, la UE se repliega sobre sí misma", afirmó en declaraciones a Politico.
En su opinión, esta percepción debilita la confianza de la ciudadanía ucraniana en el proyecto europeo y nutre la narrativa del Kremlin.
Bruselas justifica la medida como un paso necesario para retomar el marco establecido por el Acuerdo de Asociación de Libre Comercio Profundo y Completo (DCFTA, por sus siglas en inglés), firmado en 2017. La revisión de dicho tratado —afirman desde la Comisión— está en marcha con el objetivo de alcanzar "una solución equilibrada y sostenible". Kyiv denuncia que, hasta ahora, no se han abierto negociaciones formales. "Desgraciadamente, esa promesa no se ha cumplido y ni siquiera parece que haya movimiento alguno", declaró Natalukha a Euractiv.
La presión política interna en varios Estados complica aún más el contexto. En países como Polonia y Francia, la llegada masiva de productos agrícolas ucranianos ha provocado protestas del sector agrario. El primer ministro polaco, Donald Tusk, reconoció esta semana en el Parlamento que había abogado por poner fin a los beneficios comerciales para Ucrania tras asumir el cargo.
Natalukha reconoce la sensibilidad de ciertos productos, como el maíz, la carne de ave o el azúcar, y se muestra dispuesto a negociar una liberalización comercial gradual que tenga en cuenta estas inquietudes. "Entendemos el problema. Por eso proponemos definir con claridad qué bienes son sensibles y establecer un plan de liberalización previsible", declaró a Euractiv.
La situación se vuelve aún más crítica al considerar el estado actual de la economía ucrania. Con la minería de Pokrovsk —clave para la industria metalúrgica— paralizada por los combates, el país se sostiene casi exclusivamente sobre su sector agroalimentario. "Si perdemos Pokrovsk, la metalurgia desaparece, y solo nos queda la agricultura. Socavar eso sería catastrófico", advirtió en Politico.
Natalukha también señaló que las demoras en las negociaciones podrían dar alas a partidos euroescépticos dentro de Ucrania antes incluso de su adhesión formal. "Sí, esto duele. Los ucranianos están emocionalmente exhaustos. Y cuando ven este tipo de trato, se alimenta la narrativa de que Europa nunca los aceptará del todo".
Pese a todo, el parlamentario se mostró pragmático: "No estamos pidiendo nada excepcional", declaró. "Solo queremos comercio justo, previsible, y que se cumplan las promesas".
Desde la Comisión insisten en que el objetivo es que esta fase de transición sea breve. "Estamos trabajando con celeridad para alcanzar un acuerdo que proporcione estabilidad a los operadores de ambos lados", señaló un portavoz comunitario.