
La nueva propiedad privada a favor de las mujeres. iStock 151q3
¿Puede una criptomoneda romper con las barreras de género de la propiedad privada? Así trabaja Bitcoin l1t1i
Allí donde se prohíbe que estas sean propietarias por ley, la criptomoneda abre una puerta revolucionaria hacia una nueva forma de poseer patrimonio. 263n
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Si algo nos ha enseñado Bitcoin es que el a este activo digital no entiende de fronteras geográficas, ni de sexos.
Un dato desolador y real: según el Informe de la Mujer, la Empresa y el Derecho 2024 del Banco Mundial, el 40 % de los países del mundo todavía restringen los derechos de propiedad privada de las mujeres, ya sea mediante leyes o prácticas consuetudinarias.
Estas restricciones abarcan desde limitaciones en la propiedad de bienes inmuebles y tierras hasta desigualdades en los derechos de herencia y istración de activos durante el matrimonio. En más de 90 países, las mujeres carecen de los mismos derechos que los hombres respecto a la propiedad.
Por ejemplo, en Tonga, las mujeres no pueden ser propietarias de tierras, solo arrendarlas. En Afganistán, las leyes restringen el a la propiedad y limitan su capacidad para poseer, heredar o istrar bienes.
Estas desigualdades en los derechos de propiedad tienen implicaciones significativas para la autonomía de las mujeres y su capacidad económica para contribuir plenamente al desarrollo de sus comunidades.
Si nos preguntamos de qué depende la propiedad privada en la sociedad actual, la respuesta es clara: depende del Estado, de sus leyes, de los registros.
Pero existe una revolución que puede ayudar mucho a las mujeres en esta situación —y a los ciudadanos en general—: la aparición de Bitcoin. ¿Por qué? Porque no depende de un Estado.
Propiedad 'Bitcoin' o1851
Con la aparición de Bitcoin nace una nueva forma de propiedad privada no conocida hasta el momento. Solo necesitas a internet, un smartphone y una clave.
La contraseña es un conjunto de palabras, también conocida como semilla. Como dice Andreas M. Antonopoulos: "Not your keys, not your coins".

Mujer joven saudí que podría disfrutar de su propiedad privada a través de Bitcoin.
La propiedad que crea Bitcoin no depende de un tercero. Crea un registro de propiedad distribuido, global. Se puede acceder sin discriminación geográfica o de sexo. La revolución es que te permite almacenar riqueza sin que nadie lo conozca y, además, puedes transmitirla a otra persona en otro lugar del mundo sin restricciones ni censuras. Por tanto, se convierte en una forma de propiedad privada inconfiscable.
Imaginemos que una mujer de Arabia Saudí pudiera acumular riqueza sin que nadie pudiese quitársela o privarla de ella. Es decir, puede tener una forma de propiedad privada que no necesita el consentimiento de ninguna persona, de ningún Estado. En definitiva, puede ser propietaria de un activo digital sin necesidad de leyes ni de intermediarios.
Bitcoin también cambia otra de las instituciones conocidas: la herencia. Como hemos mencionado, para acceder a Bitcoin solamente hace falta tener el conocimiento de las palabras. Por tanto, si a los herederos se les transmiten esas palabras, tendrán a los activos digitales.
Imaginemos la verdadera revolución que puede suponer esto en países donde las leyes privan a las mujeres de heredar o les asignan una porción menor en comparación con los hijos, por el simple hecho de ser mujeres. Bitcoin podría cambiar la situación.
Un padre podría dar unas palabras a un hijo y otras palabras a una hija, sin que entre los hijos supieran qué parte ha heredado quién. Sin que el Estado pudiera impedirlo. (Léase La Filosofía de Bitcoin, de Álvaro D. María).

Padre compartiendo tiempo con su hijo e hija.
Si has llegado hasta aquí, puede que reflexiones sobre tus creencias acerca de la propiedad respaldada por un Estado. Como decía Ortega y Gasset: "Las ideas las tenemos, en las creencias estamos".
Seguramente, si estás leyendo este artículo, tengas a un banco y a servicios bancarios. Pero el Banco Mundial estima que aproximadamente 1.700 millones de personas no están bancarizadas, aunque al menos dos tercios de ellas sí tienen a internet y a un smartphone.
Muchas de ellas son mujeres. Y Bitcoin puede ser un complemento al sistema monetario fiduciario que conocemos.
Para mí, la verdadera magia es poder compartir la información. Porque si estás leyendo esto, ya sabes que puedes ser propietaria de un activo sin depender de nadie.
Podemos dejar una herencia a las mujeres de todo el mundo: el conocimiento y el poder de unas palabras.