
Elena Martínez, en Serendipias, una de sus librerías en Tres Cantos. Sara Fernández 73cv
Elena Martínez, la librera que ha situado Tres Cantos en el mapa mundial: “Repartí libros en bici para pagar la hipoteca” 6p2b1k
Esta madrileña tiene una increíble historia de superación detrás y se ha convertido en un referente en el mundo de los festivales literarios. 5v1l15
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"Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual", esta es la definición de la palabra 'serendipia' y define a la perfección el negocio que regenta Elena Martínez Blanco. Ella es mucho más que una librera, oficio difícil ya de por sí. También es autora y en su afán por llevar la cultura a cada rincón organiza el Festival Internacional de Literatura Infantil y Juvenil de Tres Cantos desde 2014.
En sus dos tiendas, ubicadas en esa localidad madrileña, no solo se venden ejemplares, también se organizan charlas, talleres, encuentros... Son un punto de referencia para escritores y amantes de la lectura de todas las edades.
Nos encontramos con ella en una de sus librerías, que tiene como detalle de bienvenida un carrito con maletas y una lechuza en una jaula que los apasionados de Harry Potter reconocen al instante.
Su historia es curiosa, inspiradora y llena de anécdotas, que ella misma relata con una vitalidad contagiosa. Estudió Filología Hispánica, para enseñar Lengua y Literatura, y también fue agente literario. Pero se quedó en el paro y tomó impulso para cumplir este sueño que tenía desde niña y montar su propio negocio.
¿Fue fácil? Depende de cómo se mire, pero desde luego su tenacidad está detrás del éxito que ha conseguido después de nueve años como empresaria. Tuvo que aprender muchas cosas y una de las más importantes fue qué tipo de obras ofertar sin dejarse llevar a ciegas por las tendencias comerciales.
Lo que no encontraremos en Serendipias son muchos "libros de autoayuda, ni de economía, y respecto a los niños intento no tener títulos sobre las emociones y tampoco los 'libros para...' esos para quitar el chupete, cómo aprender a hacer pis… Tienen que divertirse leyendo, no hay que estar todo el tiempo enseñándoles algo".

Elena Martínez, con el carro de Harry Potter que da la bienvenida a su negocio.
Elena, ¿cómo empezó la historia de Serendipias?
Cuando perdí mi trabajo, pensé que era el momento de cumplir ese sueño que tenía porque si no acabaría arrepintiéndome. Así que abrí la primera tienda, pero de pronto llegó la pandemia. No tenía ahorros ni nada, y sí una hija pequeña y una hipoteca, porque me acababa de comprar una casa, así que busqué alternativas para salir adelante.
A través de mis redes sociales, enseñaba los libros que tenía y me ofrecía a llevárselos a casa a los clientes. También contaba un cuento todas las noches y luego los padres me hacían pedidos. A raíz de esto me hicieron una entrevista para contar mi historia y así empezó todo.
¿Ibas puerta a puerta vendiendo?
Sí, y encima se da la circunstancia de que se me había roto el coche, así que no me quedó más remedio que repartir en bicicleta por Tres Cantos, que es bastante grande. Yo en ese momento pesaba 125 kilos y no estaba acostumbrada a hacer deporte. ¡No he llorado más en mi vida! Fue muy duro, pero también muy satisfactorio.
Les llevabas una manera de salir de casa en ese encierro, porque con los libros al final vives en otros mundos, fantasías, aventuras y te puedes evadir de lo que estás viviendo. La acogida que tuvimos fue brutal y mi padre tuvo que ayudarme porque no dábamos abasto. Luego empezaron a hacerme pedidos de toda España. Gracias a aquello pude abrir mi segunda librería hace tres años.
Tu especialidad es la literatura infantil y juvenil, ¿leen más los niños o las niñas?
En los clubes de lectura que organizo suele haber más niñas. A partir de los 10 años muchos chicos no leen tanto, también porque creo que les da vergüenza decir que les gusta la lectura, están más 'pavos'.
Pero es muy importante que lo hagan. Hace poco una profesora me dijo que los chavales que acudían a mis encuentros literarios mejoraban mucho en comprensión lectora y ortografía. Además, les hace ilusión conocer a los autores que vienen a presentar sus obras y luego fardan con sus compañeros.
Yo les muestro libros con protagonistas masculinos y femeninos, porque los libros no tienen género. Me cuesta a veces 'pelear' con las abuelas cuando recomiendo un título, como por ejemplo sucedía con el boom de Las princesas dragón, de Pedro Mañas, porque me decían: "Eso es de niñas". Y precisamente lo leían muchos niños. Hay que romper esos estereotipos.
Pero lo cierto es que la literatura femenina es mayoritariamente consumida por mujeres…
Sí, así es, yo creo que muchos tienen ese prejuicio de que ellas no van a escribir bien. Las mujeres leemos de todo, pero los hombres eligen libros casi siempre escritos por hombres. Es algo incomprensible, porque hay magníficas escritoras a las que no se les da una oportunidad.
El festival de literatura infantil y juvenil que organizas es todo un éxito, con más de 3.000 asistentes en la última edición, ¿leen más los adolescentes de lo que creemos?
Pues mira, el Barómetro de Lectura de España dice precisamente que son las personas de 14 a 25 años las que más leen en España. La gente sigue pensando que no, pero los datos demuestran que los adolescentes sí lo hacen.
A eso contribuye que hay mucho fenómeno fan en la literatura juvenil. Además, los móviles y las redes no son necesariamente malos, porque les permite comunicarse con los autores, mandarles mensajes, etc. Y ellos contestan, ¿eh?
Otra cosa es que no vayan a las librerías y compren en plataformas online… Hay que venir a las tiendas, porque muchas veces tú no sabes qué libro te está esperando y los libreros recomendamos y aconsejamos.
Nuestra labor es fundamental, también para que los chavales opten por un contenido adecuado y no se metan en terrenos adultos. Yo lo advierto cuando creo que no es el óptimo para la edad, porque a veces te piden obras con historias tóxicas dentro de la literatura romántica que está muy en boga.

La librera, en 2021, viajando y repartiendo libros en los colegios de La Palma. Cedidas
Además de este, también organizas otro en La Palma, el FestiLIJ Aridane, ¿cómo surgió esa iniciativa?
Fue hace cuatro años. Un librero de la localidad de Los Llanos de Aridane, en la isla, que siempre venía al festival de Tres Cantos, quería que hiciéramos algo similar en La Palma, aunque más pequeñito. Hablamos con la concejala y nos dijo que adelante, pero estalló el volcán y tuvimos que cancelarlo.
Organizar algo así cuesta muchísimo dinero y no era el momento de gastarlo en eso cuando había tanta gente que se había quedado sin casa. Entonces, se me ocurrió pedir a los autores que me mandaran sus libros dedicados para entregarlos a los niños. La respuesta fue brutal, ¡se me llenó la librería con 700 ejemplares!
Se enteró la editorial Penguin Random House de que iba a ir a llevarlos y donaron otros 2.000 que enviaron allí. Me cogí un avión con cinco maletas llenas de libros, en business para tener equipaje extra, pagado por ellos, por el gremio de libreros y con otras donaciones. También le dijimos a la gente que quería colaborar que compraran en la tienda del pueblo directamente para ayudar también económicamente al dueño.
Al final, nos juntamos con más de 3.000 para repartir en solo tres días, no solo entre los niños, también para los profesores de los colegios. Fue la experiencia más bonita de mi vida, nunca he llorado tanto. Cuando regresé a Madrid, me llamaron desde ese ayuntamiento para montar la primera edición del festival al año siguiente, en 2022, y ya vamos por el cuarto.
Como autora tienes varios títulos para niños y jóvenes, ¿cuáles son los temas que más te interesan?
Escribo sobre temas sociales que yo viví personalmente y también que experimenté como profesora, como el ciberacoso, que reflejo en El paraguas azul. En Serendipias, la trama sucede en mi librería antes de la pandemia, porque teníamos un taller de escritura y a través de lo que escriben los personajes se habla de temas tan diversos como el racismo, el odio al colectivo LGTB, las personas con altas capacidades, la violencia de género…
¿Sirve este tipo de libros para crear conciencia y visibilizar el problema?
Sí, muchos de mis títulos se leen en los institutos de toda España y cuando doy una charla siempre hay chavales que se sienten identificados. Como escritora, poder ayudar a alguien ya merece la pena.
¿Y los acosadores escolares también reaccionan?
Claro, los ves callados, agachando la cabeza, y sus compañeros mirándolos; se sabe quiénes son. En estos encuentros con los alumnos intento resaltar la importancia de no tener miedo a decir lo que ven e insisto en que ser testigo y callar también los hace culpables de que la persona siga sufriendo.

La escritora, con uno de sus títulos de literatura infantil.
¿Tienes más historias en proyecto?
Estoy acabando dos novelas juveniles y he empezado una de adultos que será biográfica. Tengo una vida un poco complicada, estuve casada con una persona de Pakistán y el libro habla de toda esa historia desde que fuimos novios hasta ahora y lo que me costó salir de ahí.
Es ficcionado, pero basado en lo que yo viví. Lo empecé a escribir por recomendación de mi psicóloga, aunque está siendo duro. Los libros son terapia.
Hablando de historias reales, ¿qué opinión te merece la polémica del libro sobre José Bretón?
Es un tema muy peliagudo, porque, por una parte, estaba, lógicamente, la libertad de expresión del autor, pero creo que no se gestionó bien por parte de la editorial. Creo que se hizo muy mal al no contar con la madre de los niños. Ha sido un error muy grande. Estoy segura de que ese libro se acabará publicando, porque al final es así como funcionan las cosas, pero creo que no es el momento.