Clase práctica de conducir.

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Motor

Soy profesor de autoescuela y así debes arrancar el coche en pendiente: "Sé generoso con el acelerador"

El profesor de autoescuela explica con claridad y paciencia cómo dominar el arranque en pendiente.

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En un vídeo que ya acumula miles de visualizaciones en Instagram, Manu, un profesor de autoescuela, ofrece una clase práctica sobre cómo realizar un correcto arranque en pendiente.

Lo hace desde el interior de un coche de autoescuela, acompañando a una alumna en una situación cotidiana para cualquier conductor novel. Su tono calmado y su explicación paso a paso han captado la atención de redes sociales, convirtiéndolo en un fenómeno viral.

"Arranque en rampa. Bueno. Muy bien. Tranquila, que te tengo que explicar varias cosas", comienza diciendo Manu, mientras su alumna mantiene los pies sobre los pedales.

Así arranca una lección que combina técnica, paciencia y pedagogía, y que sirve tanto para quien está aprendiendo a conducir como para aquellos que, ya con el carnet en la mano, siguen temiendo el momento de la cuesta.

Uno de los primeros conceptos que introduce es el de la ayuda al arranque en pendiente, un sistema que incorporan muchos coches modernos.

"El problema de arrancar en pendiente es que el coche tiende a caerse hacia atrás", explica.

Para demostrarlo, pide a su alumna que suelte el freno y cuente: "Uno, dos y tres segundos... y se cae el coche".

Durante esos tres segundos, el sistema mantiene el vehículo frenado, permitiendo que el conductor tenga tiempo para preparar los pies y coordinar los pedales.

Esta tecnología, cada vez más habitual en vehículos actuales, no sustituye la habilidad del conductor, pero sí ofrece un margen de maniobra crucial.

"Aunque tú sueltes el freno, el coche se queda tres segundos ahí frenado", señala Manu, mientras demuestra en directo cómo se activa y cuánto tiempo dura el efecto.

La explicación continúa con una lección detallada sobre el punto de fricción del embrague, ese momento clave en que el vehículo empieza a sentir la tracción, pero aún no se ha movido.

"Sube el embrague hasta el punto de fricción... un centímetro más arriba. Déjalo ahí, a ver qué pasa", indica con precisión.

Su método se basa en repetir, corregir con paciencia y no avanzar hasta que cada paso esté claro.

"Tienes que estar diez segundos ahí, con el pie firme", insiste, recalcando la importancia del control y la calma.

Sin embargo, no basta con mantener el embrague. Manu reconoce que este método puede resultar lento y poco práctico en situaciones reales de tráfico.

"Este método tiene un problema: el coche va muy lento. Como tengamos gente detrás, se van a impacientar", advierte. Por eso introduce una segunda fase de la técnica: combinar el punto de fricción con un toque al acelerador.

"Tu pie derecho se va al acelerador y le va a dar un toque bastante generoso para que el motor tenga algo más de fuerza", explica.

Así, mientras el coche se mantiene frenado automáticamente durante esos tres segundos, el conductor puede subir el embrague hasta el punto de fricción y, justo al soltar el freno, dar gas para evitar que el coche se cale o retroceda.

Como buen docente, Manu también advierte de los errores más frecuentes. El más habitual: impacientarse. "Si el embrague te chupa el pie hacia arriba, se va a calar", comenta.

Por eso insiste en movimientos suaves, firmes y en detectar el momento exacto en el que el coche empieza a avanzar. "Muy bien. Más generosa. Perfecto. Suéltalo todo. Ok. Muy bien", celebra al final de una maniobra bien ejecutada.

Más allá de lo técnico, el vídeo refleja una manera de enseñar: cercana, clara y basada en la confianza.

No hay gritos, ni órdenes tajantes, ni prisas. Manu guía, sugiere, corrige sin agobiar. Es, quizá, esa combinación de conocimiento técnico y humanidad lo que ha hecho que sus vídeos se compartan masivamente en redes sociales.

En una sociedad donde aprender a conducir suele ser fuente de ansiedad y presión, este tipo de contenidos no solo enseñan, sino que también desmitifican.

Porque a veces, como demuestra Manu, bastan tres segundos de calma para arrancar no solo el coche, sino también la confianza.