Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, en su puesto.

Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, en su puesto. Europa Press 2h5j3j

Política CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Armengol niega que obstaculice votaciones pero tiene 26 leyes del PP paradas, algunas con mayoría para prosperar 1h3db

La presidenta del Congreso asegura que el "congelador de Armengol" no existe y que se limita a "acompasar los tiempos". 9133j

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La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, aseguró este lunes que no existe eso que desde la oposición llaman el "congelador de Armengol". Dijo que ella no bloquea en la Cámara las iniciativas del PP, sino que estas no siguen su tramitación porque no hay apoyos para que se aprueben.

Sin embargo, en el Congreso hay actualmente 26 iniciativas del PP paradas, estancadas en la ampliación del plazo de enmiendas, un trámite que se prorroga sine die si así lo decide la Mesa, controlada por el PSOE y por el PP. Algunas de estas normas, en contra de lo que justifica Armengol, sí tienen mayoría suficiente para ser aprobadas.

La presidenta del Congreso participó este lunes en los desayunos del Ateneo de Madrid y respondió a una pregunta directa sobre si existe el llamado "congelador de Armengol". Dijo que no y que lo que hace es "acompasar los tiempos" a la posibilidad de que haya acuerdo.

"En la Mesa analizamos y debatimos y sabemos cuándo tenemos y cuándo no. Sabemos cuándo debemos ir aplazando los plazos a una ley o iniciativa", aseguró. Sin embargo, el argumento peligra si se observan las iniciativas con mayor detalle.

Un ejemplo. El PP registró el año pasado una proposición de ley sobre el lobo en España. Su punto más polémico es que, entre otras cosas, permitiría la caza del lobo al sacarlo del Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (Lespre). La iniciativa recibió su primera ampliación de plazo el 24 de mayo del año pasado y, desde entonces, se ha pospuesto 36 veces.

Durante ese tiempo, la norma no va al Pleno, no puede debatirse y, por ende, no tiene posibilidad de aprobarse. Así, se podría estar coartando la posibilidad de que la oposición contribuya a que el Legislativo desempeñe su función.

Y si el ejemplo del lobo es claro, es porque el PP consiguió aprobar la caza del animal a través de otra vía. Lo sacó adelante como enmienda a la ley de desperdicio alimentario y contó con el voto a favor de Vox, PNV y Junts, dos de ellos socios del Gobierno que estaban de acuerdo con la medida.

Es decir, la norma, o al menos parte de ella, sí contaba con una mayoría suficiente para aprobarse. Pero al quedarse en la recámara, ni siquiera se puede iniciar una tramitación en la que los distintos grupos puedan llegar a un acuerdo para adaptarla a algo que sí aprobarían.

Otro ejemplo son las leyes para que los funcionarios de prisiones sean considerados agentes de la autoridad. Al Congreso han llegado tres proposiciones de ley en este sentido: una del PSOE, dos del PP (una de ellas presentada por el grupo parlamentario y otra proveniente del Senado).

La única que ha prosperado en su tramitación ha sido la del PSOE. Las del PP, en cambio, siguen varadas en la ampliación del plazo de enmiendas. Y no responde a una cuestión temporal, ya que la del Senado llegó a la Cámara Baja antes de que el PSOE registrara la suya.

Además, la proposición de ley del PP fue votada por PSOE, Vox, PNV, UPN y Coalición Canaria para su toma en consideración, el primer trámite parlamentario. Por lo tanto, también podría contar con una mayoría absoluta para ser aprobada.

Estos son dos ejemplos, pero hay más. Lo mismo podría pasar con una ley del Senado contra la okupación, que en febrero cumplió un año bloqueada, y que cuenta con el apoyo del PP, Vox, Junts, PNV, UPN y Coalición Canaria. Obtendría 184 votos de tramitarse, pero sigue bloqueada.

Y hay leyes menos ideológicas que seguramente varios partidos podrían aprobar, como las que buscan ayudas a las personas con talidomida o la de protección del Patrimonio Histórico. Sin embargo, Armengol asegura que todos los bloqueos son por la falta de consenso.