
El autor Jorge Díaz, que forma parte de Carmen Mola junto con Agustín Martínez y Antonio Mercero, firma en solitario la novela 'El espía'. Foto: Javier Ocaña / Planeta 1h4h5
Jorge Díaz (Carmen Mola) publica la novela 'El Espía': "Escribir en solitario ha sido un alivio" 2if1q
Ambientada en la Almería de 1952, el nuevo libro del escritor narra la historia de un espía judío que colaboró con los nazis y desapareció. 2p566r
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"Quise escribir esta historia desde hace años", confiesa el escritor Jorge Díaz, uno de los autores del trío Carmen Mola. Y lo ha hecho, por fin, en solitario. El espía no es solo una novela histórica ambientada en la Almería de 1952, es también una "indagación sobre la identidad", la traición y los fantasmas del siglo XX. Inspirada en un personaje real, el llamado barón Von Rolland, la novela mezcla con precisión documental y vuelo narrativo una vida de espionaje, seducción y lealtades cambiantes.
"Era un personaje que traicionó a todo y a todos. Incluso a Dios", dice Jorge Díaz sobre Isaac Ezratty, más conocido como barón Von Rolland. Judío sefardí nacido en Salónica, se sintió más alemán que judío y trabajó para el Imperio Alemán, para los nazis, para Franco... y desapareció misteriosamente. Su historia obsesionó a Díaz desde que investigaba para otra novela: "Pensé que merecía una ficción que hiciera justicia a su complejidad moral".
Díaz convierte esa fascinación en un thriller histórico lleno de ambigüedades y tensión narrativa. El hallazgo de un cadáver mutilado en la playa de Mojácar activa la trama. El cabo Bermejo, un guardia civil destinado a no resolver el caso, acaba desenterrando la historia de un personaje poliédrico, seductor, escurridizo. "La clave era construir a un malo muy atractivo, que cayera bien, pero del que el lector entendiera al final que merecía su destino", explica el autor.
El espía también es una declaración de principios sobre la ficción histórica. "Yo no estaba dispuesto a permitir que la realidad me estropeara un buen reportaje", dice, citando una de sus máximas literarias. "Me interesa ficcionar lo que pudo haber sido y no fue. Rellenar los huecos de la historia con verosimilitud narrativa". Así, inventa desde cero una base secreta de avituallamiento de submarinos nazis en Mojácar y recrea operaciones encubiertas que nunca ocurrieron, pero podrían haber ocurrido.
La novela es también un retrato de una España sombría, donde la corrupción, la impunidad y las venganzas entre servicios secretos fluyen bajo la superficie. En ese contexto, Díaz despliega un estilo heredado de su experiencia como parte de Carmen Mola: "He aprendido a no conformarme con la primera idea. A dar una vuelta más. A escribir con más rigor".

Sergio Díaz presentando el libro en Madrid. Foto: Gabriel Lavao
Volver a escribir en solitario ha sido, dice, un alivio y un reencuentro con su voz. "Aunque he echado de menos el trabajo en equipo, necesitaba tomar todas las decisiones". Aún así, reconoce que la manera de matar personajes en El espía "debe mucho a Carmen Mola: ya no mato de cualquier forma; ahora cuido hasta eso".
Ambientada entre Salónica, Berlín, Barcelona, Buenos Aires y una Almería casi mítica, la novela está llena de contrastes: "Siempre me ha interesado ese momento en el que el pasado no ha muerto y el presente no ha nacido. Ahí se cruzan ideales decimonónicos con realismos del siglo XX".
Protagonistas elusivos 1o4e7
"Yo no quería un superpolicía, sino un tipo al que mandan para que no descubra nada", dice Jorge Díaz sobre el cabo Bermejo, encargado de investigar el crimen que da inicio a El espía. Con él, el autor reivindica una figura de antihéroe obstinado, enfrentado a una verdad que nadie quiere ver. "Le envían para cubrir el expediente, pero él no se resigna. Esa tensión entre el deber y el deseo de justicia me parecía literariamente fértil".
La ambientación no es un simple telón de fondo. Mojácar, donde aparece el cadáver, es casi un personaje más. "Estaba en ese pueblo para una presentación y pensé: este es el segundo sitio más bonito del mundo. El primero también lo tengo fichado, pero este necesitaba una novela", bromea el escritor. De ahí nació la idea de situar una ficticia base secreta de submarinos alemanes en plena costa almeriense, una licencia que refuerza la sensación de extrañamiento histórico del libro.
Uno de los retos fue manejar la figura de Von Rolland sin caer en la fascinación acrítica. "Era un seductor, brillante, políglota... te caía bien. Pero yo tenía que conseguir que, al final, el lector supiera que merecía su destino", afirma. "Me gustan los malos que no son de cartón piedra. Los que, incluso sabiendo lo que hacen, siguen caminando hacia el abismo".
Díaz sueña con que la novela se adapte al cine, pero no piensa participar en el guión: "No quiero que me consulten nada. Iré al estreno, lo veré y diré: 'Qué horror', pero no me meteré".
Con El espía, Jorge Díaz confirma su pulso narrativo y su capacidad para convertir una vida oscura y real en literatura. "Yo escribo libros para que los lean, no para que los adapten. Pero si pasa, mejor. Sobre todo si cobro", bromea.