Dos jirafas interactuando.

Dos jirafas interactuando. Wikimedia 2c1913

Ciencia

Resuelta la histórica paradoja de Peto: los animales grandes no tienen menos probabilidad de cáncer que los pequeños 1s2p1

Una investigación descubre que las especies que han crecido más de lo esperado han desarrollado mecanismos contra el cáncer. 5b5u2j

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La ciencia es una disciplina en constante evolución. Las nuevas investigaciones aportan datos que refutan o ponen en duda afirmaciones anteriores. Incluso pueden suponer el inicio de nuevas vías de estudio en otros temas relacionados. Es lo que ha ocurrido ahora con la paradoja de Peto, una incógnita histórica en el estudio del cáncer.

Esta hipótesis surgió a finales de la década de los años 70 y mantenía que el tamaño de un animal y su riesgo de cáncer no estaban relacionados. De lo contrario, los animales más grandes, con más células en su cuerpo, sufrirían tasas enormes de la enfermedad. Sin embargo, un grupo de científicos sostiene que es un error.

Un estudio publicado en la revista The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) asegura que a mayor tamaño del animal, sí que existe más probabilidad de desarrollar un tumor, al menos en los vertebrados. Es decir, un león, un caballo o una cebra tienen más riesgo de sufrir cáncer que un conejo o una rana. 

Esto se debe a la división celular, el mecanismo que permite el crecimiento y la reparación de los tejidos, explica George Butler, autor principal de la investigación y científico en el Instituto Oncológico del University College London. Los errores durante este proceso pueden provocar mutaciones que se acumulan con el tiempo y que pueden favorecer la aparición de la enfermedad, agrega.

Si todos los animales están en igualdad de condiciones en este sentido, continúa el investigador, "se espera que las especies más grandes y longevas tengan una mayor prevalencia de cáncer en comparación con las especies más pequeñas y de vida más corta". Una hipótesis que han podido confirmar con la elaboración de este trabajo.

Para realizar su investigación, Butler y sus compañeros emplearon datos de 263 especies divididas en cuatro clases de vertebrados: 31 anfibios, 79 aves, 90 mamíferos y 63 reptiles escamosos (el grupo de los camaleones y las iguanas). 

En las cuatro clases de vertebrados, los autores vieron que los más grandes tenían una mayor prevalencia de neoplasia en comparación con los más pequeños. También ocurría con la malignidad, en los primeros era mayor que en los segundos. 

Amy Boddy, profesora asociada en la Universidad de California (EEUU) pone en valor la calidad del trabajo y de los resultados, pero reconoce que aún quedan incógnitas que resolver. Incluso si las especias más grandes sufren más neoplasias, habría que averiguar si ese riesgo o esa mayor prevalencia se traducen en un impacto en la mortalidad de estos animales, opina en declaraciones a Science Media Center (SMC).

Más tamaño y mayores defensas 383j5m

A pesar de la afirmación que hacen los autores, parece que también hay ciertas excepciones que pueden confirmar la regla. En este caso, es el elefante asiático, que, según este trabajo, tiene una prevalencia de malignidad menor de la que se esperaba. Este hallazgo no es algo nuevo, investigaciones anteriores ya habían visto que los individuos que tienen una baja prevalencia de cáncer, tienen 20 copias del gen supresor de tumores TP53.

Aunque un mayor tamaño implica un mayor riesgo de esta patología, algunas especies también han desarrollado una especie de mecanismo de defensa, cuentan en el texto. Según este equipo, algunas especies han crecido más de lo que se esperaba, "probablemente como resultado de mayores presiones selectivas". La parte positiva de esto es que puede haber favorecido el desarrollo de mecanismos anticancerígenos, desgrana Butler.

De confirmarse esa correlación positiva de la que hablan de Butler y sus compañeros, demostraría que la selección natural "ha favorecido unas defensas anticáncer superiores en las especies de cuerpo grande", opinan Frédéric Thomas y Antoine Dujon, biólogos evolutivos del Centro Nacional para la investigación Científica de Francia (CNRS) en la Universidad de Montpellier creen que, en declaraciones a SMC.

Lisa Abegglen, investigadora y profesora adjunta de la División de Hematología y Oncología Pediátricas del Departamento de Pediatría de la Universidad de Utah (EEUU), ha dicho también al organismo científico que estos hallazgos presentados en PNAS refuerzan el trabajo que científicos como ella tienen en curso para identificar y validar mecanismos mejorados de defensa contra el cáncer. El objetivo es poder "traducirlos a estrategias terapéuticas para mejorar los resultados de los pacientes humanos con esta enfermedad". 

Para Boddy, se debe ser cauteloso con la interpretación de los resultados, aunque le parecen llamativos, la científica reconoce que el tamaño de las muestras utilizadas es pequeño. "Algunas especies del conjunto de datos solo tienen 20 individuos por necropsia y la amplitud [cantidad de animales] se limita a lo que se alberga en una institución zoológica". Los siguientes estudios deberían incluir, a su juicio, más especies e individuos: "va a ser un próximo paso crítico".

Butler y sus compañeros esperan que esta investigación sea solo el principio de un camino que les permita descubrir los mecanismos de las neoplasias, no solo en animales, sino también en los humanos. "Al estudiar estas especies, esperamos comprender mejor cómo se desarrolla el cáncer y, potencialmente, descubrir nuevas formas de combatir la enfermedad".