
El pueblo de Zaragoza donde mejor se come. 2u5z27
El pueblo de Zaragoza donde todo el mundo se desvía para comer: "Los canelones de jabalí te dejan sin palabras” 5f5j2m
Esta localidad en las Cinco Villas se ha convertido en un destino gastronómico imprescindible gracias a su cocina de caza y su ternasco asado de renombre. 2n6l13
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En la provincia de Zaragoza, hay un pequeño pueblo que ha logrado destacar en el mapa gastronómico de Aragón. Se trata de Biel, una localidad de apenas 167 habitantes situada en la comarca de las Cinco Villas, que ha captado la atención de los amantes de la buena mesa por su exquisita oferta culinaria.
Biel no solo es conocido por su imponente castillo medieval y su entorno natural privilegiado, sino también por ser el hogar de uno de los restaurantes más aclamados de la región: El Caserío de Biel. Este establecimiento ha ganado fama por su ternasco asado y sus innovadores canelones de jabalí, atrayendo a comensales de toda España que se desvían de su ruta solo para disfrutar de estos platos.
La combinación de tradición, producto local y creatividad en la cocina ha convertido a Biel en un destino gastronómico de referencia, donde la calidad y el sabor son los protagonistas.
El Caserío de Biel es un restaurante que ha sabido conjugar la cocina tradicional aragonesa con toques de innovación, utilizando siempre productos locales y de temporada. Su especialidad, el ternasco asado, es preparado siguiendo las técnicas ancestrales que resaltan el sabor y la textura de esta carne tan apreciada en Aragón.
Pero si hay un plato que ha puesto a El Caserío de Biel en el punto de mira de los gourmets es su canelón de jabalí. Esta creación ha sido galardonada como la mejor propuesta elaborada con trufa en Zaragoza, destacando por su relleno de carne desmechada de jabalí y su delicada salsa de trufa, que realza los sabores del monte
La carta del restaurante también incluye otras delicias como el ciervo estofado y las migas aragonesas, ofreciendo una experiencia culinaria completa que refleja la riqueza gastronómica de la región.
Más allá de su oferta gastronómica, Biel es un pueblo que enamora por su patrimonio histórico y su entorno natural. El castillo de Biel, una fortaleza medieval que domina el paisaje, es uno de los principales atractivos turísticos, junto con la iglesia de San Martín y las callejuelas empedradas que conservan el encanto de antaño.
Situado a los pies de la Sierra de Santo Domingo, Biel ofrece numerosas rutas de senderismo y ciclismo que permiten disfrutar de la naturaleza en estado puro. Los bosques que rodean el pueblo son hábitat de diversas especies de fauna, incluyendo el jabalí y el ciervo, protagonistas también de su cocina.
La combinación de historia, naturaleza y gastronomía convierte a Biel en un destino perfecto para una escapada que estimule todos los sentidos.
Biel se encuentra a aproximadamente una hora y veinte minutos en coche desde Zaragoza, tomando la A-124 y la A-1103. Desde Huesca, el trayecto es de una hora y diez minutos por la A-132 y la A-1202. El Caserío de Biel está ubicado en el número 20 de la calle Mayor, en pleno centro del pueblo. Dado su creciente reconocimiento, se recomienda reservar con antelación, especialmente los fines de semana y festivos.
Una visita a Biel es una oportunidad para descubrir la auténtica cocina aragonesa en un entorno que combina historia, naturaleza y hospitalidad. Ya sea por su famoso ternasco asado o por sus innovadores canelones de jabalí, este pequeño pueblo zaragozano ofrece una experiencia culinaria que bien merece el desvío.