Donald Trump, el martes, a su paso por Qatar.

Donald Trump, el martes, a su paso por Qatar. Brian Snyder Reuters 5xx6o

Oriente Próximo

Bloqueas el programa nuclear y te quito sanciones: por qué Trump quiere el acuerdo con Irán que rompió en 2018 262q4r

El principal incentivo es el temor a una guerra entre Tel Aviv y Teherán, y sus líderes están deseosos de evitar cualquier ataque militar israelí contra Irán que pudiera desestabilizar aún más la región. 1s2b4e

Más información: Irán vuelve a la mesa de negociación con Trump para discutir un nuevo acuerdo nuclear siete años después 2x6w1k

Estambul
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Mucho ha cambiado en Oriente Medio en los últimos meses para que estemos escribiendo sobre el levantamiento de sanciones contra Irán en la gira de un presidente de EEUU, Donald Trump, que evita reunirse con su homólogo israelí.

Según explica el politólogo Ali Vaez, del International Crisis Group, a este diario, el contexto actual ofrece una ventana de oportunidad única: “Irán realmente necesita un acuerdo y Trump realmente quiere un acuerdo. Esa combinación genera la voluntad política suficiente para alcanzarlo. El hecho de que la alternativa sea horrible para ambas partes también ayuda”. Teherán necesita oxígeno económico y Trump quiere evitar una guerra costosa en Oriente Medio. Para Vaez, si las partes logran superar una lógica puramente transaccional, podrían incluso alcanzar un entendimiento transformador.

El nuevo mapa regional también favorece este escenario: “Ahora las dinámicas regionales permiten un arreglo de suma no cero entre Irán y sus vecinos del Golfo”, sostiene. Y añade una observación clave sobre el perfil del presidente estadounidense: “Trump puede ofrecer un alivio real de sanciones de una forma que Obama nunca pudo y que Biden nunca quiso. Esto abre la posibilidad de un acuerdo más ambicioso, en el que ambas partes hagan concesiones significativas también en temas no nucleares, como los misiles o el papel de actores armados no estatales”.

Pero el margen para un acuerdo transformador sigue siendo limitado. Como advierte a EL ESPAÑOL el analista y activista Kaveh Nematipour, el cambio real dependería de una improbable rectificación desde lo más alto del régimen: “El ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, no es el tipo de líder que abandona sus principios. Con 85 años, preferiría morir antes que dar marcha atrás”.

En el nuevo equilibrio regional, Emiratos y Arabia Saudí han optado por una diplomacia de contención estratégica con Irán para evitar una escalada entre Teherán y un Israel que mantiene su ofensiva contra enemigos reales o percibidos. Ambos países del Golfo ya no apuestan por la confrontación directa con el llamado “Eje de Resistencia”, sino por rebajar tensiones con un Irán debilitado tras más de un año de ataques israelíes que han dejado fuera de juego a Hamás y Hezbolá. Trump negocia también directamente con Hamás.

Desde principios de 2024, Israel ha intensificado sus operaciones contra objetivos iraníes dentro y fuera del país. Destacan el bombardeo del consulado en Damasco, ataques con drones cerca de Isfahán y la operación “Días de Expiación” contra infraestructuras militares en varias provincias. También ha saboteado gasoductos y bombardeado posiciones de Hezbolá en Siria y Líbano. Esta estrategia consiguió mermar la capacidad de disuasión iraní antes de cualquier acuerdo nuclear.

Hoy, a diferencia de hace ocho años, los líderes del Golfo han entrado en una nueva era de diplomacia pragmática y desescalada, en especial con Irán”, ha explicado la analista Sanam Vakil, de Chatham House, en una entrevista con CNN. Los estados del Golfo -añade esta experta- han comenzado a ver las negociaciones nucleares como una herramienta para frenar la expansión iraní sin recurrir al conflicto armado”.

El principal incentivo es el temor a una guerra entre Israel e Irán. Sus líderes están deseosos de evitar cualquier ataque militar israelí contra Irán que pudiera desestabilizar aún más la región, agrega Vakil.

El presidente Trump dio esta semana un giro copernicano en sus relaciones con Siria al reunirse con su nuevo presidente, el exterrorista de Al-Qaeda Ahmad al-Sharaa, y levantar las sanciones económicas que pesaban sobre el depauperado país, escenario de una guerra civil de más de trece años en la que el régimen iraní y el ruso se aliaron con el derrocado presidente Bashar al-Asad.

Irán interpreta el acercamiento a Siria como una señal: si EEUU se atreve con Al-Sharaa, podrá hacerlo también con Teherán. “Eso le está indicando a Irán hasta dónde está dispuesto a llegar Trump”, interpreta Mohammad Ali Shabani, editor de Amwaj Media.

En este nuevo tablero, el líder israelí Benjamín Netanyahu queda aislado y sin aliados sólidos en el Golfo ni en Washington para torpedear directamente el proceso diplomático. “Netanyahu quiere una guerra hoy mismo. Y Trump no está de acuerdo: él prefiere una tregua negociada”, explica Nematipour.

Hacia la rehabilitación económica 4k4by

Irán atraviesa una crisis económica estructural. Este mes, el Consejo de Conveniencia de Irán aprobó la Convención de Palermo contra el crimen organizado transnacional y anunció que estudiará la adhesión a la ley CFT del FMI contra el blanqueo de dinero y financiación del terrorismo, en línea con los requisitos del Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF/GAFI), que mantiene a Irán en su lista negra desde 2020. El presidente Masoud Pezeshkian reconoció a Reuters que “Teherán no tiene más opción que arreglar estos temas”.

A la vez, el régimen ha dejado ver su disposición a pactar límites nucleares. “Estamos dispuestos a firmar si se cumple esta condición: levantar todas las sanciones económicas”, declaró Ali Shamkhani, alto asesor del líder supremo, a NBC News.

Si Irán logra avances concretos con la FATF, podría aspirar a salir de la lista negra y reactivar el a inversiones y transferencias internacionales. La medida busca reforzar su posición en las negociaciones con EEUU, sin ceder del todo en el enriquecimiento de uranio.

Qué ganan y qué pierden h196

Donald Trump, con una política exterior errática y apoyo electoral menguante, ganaría capital como negociador que evita la guerra. “Estamos muy cerca de lograr un acuerdo… prefiero no tomar el camino de la violencia”, ha señalado. Exhibiría su capacidad de resolver un problema allí donde los presidentes demócratas Barak Obama y Joe Biden fracasaron.

Pero también enfrentaría resistencia interna: 52 senadores republicanos exigen en una carta que “el régimen iraní renuncie permanentemente a toda capacidad de enriquecimiento”. Y podría ser visto como blando frente a un régimen vinculado al terrorismo y la represión.

Irán obtendría alivio parcial de sanciones y validación internacional sin abandonar su programa civil. “Irán se comprometerá a no fabricar armas nucleares y a eliminar su uranio altamente enriquecido”, recordó Shamkhani. Y lograr electricidad nuclear sería una victoria clave.

Generar electricidad con energía nuclear justificaría el coste de esta tecnología y es incluso un incentivo mayor que las sanciones”, explica Nematipour. “Una planta en funcionamiento se vuelve intocable. Nadie puede bombardearla. Pero no creo que EEUU esté dispuesto a ofrecer eso”.

El régimen de los ayatolás también afrontaría límites. “A menos que Irán resuelva sus tensiones con Israel, es difícil imaginar que se levanten todas las sanciones”, apunta Nematipour. En el mejor escenario, se permitiría vender petróleo con mayor facilidad, pero el levantamiento total es improbable, subraya.

Los sectores radicales miran con recelo cualquier concesión. “Cada amenaza de Trump moviliza a las fuerzas antiacuerdo”, advierte Shabani. Irán deberá reducir sus reservas de uranio enriquecido. “Enriquecer uranio es una línea roja”, ha dicho el ministro de Exteriores, Ali Abbas Araghchi, “pero podríamos ajustar la cantidad o el nivel para generar confianza”.

Un Oriente Medio más estable 2k4838

La principal consecuencia sería una mayor estabilidad regional y el rol del Golfo como mediador. Irán se distancia de sus aliados tradicionales. “Se está alejando de Hamás y de los hutíes. Ese dinero ahora va a la corrupción y a mantener la economía”, asegura Nematipour.

La reintegración de Siria en la arquitectura regional debilita aún más la influencia militar iraní. El precio del petróleo ha bajado por las expectativas de exportaciones iraníes. Europa podría reactivar sus relaciones si Irán sale de la lista negra de la FATF.

Aunque ya vende petróleo de forma encubierta a China y Rusia mediante descuentos y trueques, Teherán busca mejorar lo justo su economía para sostener la supervivencia del régimen.

Israel queda al margen de las negociaciones y teme perder peso. “Si EEUU elimina el efecto Bibi, podrá firmarse el acuerdo con facilidad”, afirma Shamkhani.

Europa, por su parte, mantiene un rol secundario, pero espera reactivar inversiones si hay avances. Es muy probable que las sanciones por derechos humanos seguirán vigentes.

Recordemos que la Guardia Revolucionaria iraní (IRGC) ha sido vinculada a complots y atentados en Europa, incluido el intento de asesinato del político español Alejo Vidal-Quadras en 2023, por su apoyo a la oposición iraní. También se ha señalado el clima de incitación generado por Irán tras el ataque contra Salman Rushdie en 2022.

La IRGC supone un obstáculo estructural desde el punto de vista económico, ya que controla un 60% de la economía.

Según Nematipour, ambas partes podrían limitarse a ganar tiempo con un pacto provisional. “Trump no parece comprender del todo la complejidad del problema iraní y sus asesores están aún menos informados. Nadie en Washington quiere ser responsable del fracaso, porque podría significar una guerra contra Irán”, sentencia. Solo están ganando tiempo para evitar la escalada.