Laura Ramos. Foto: Ana Aparicio.

Laura Ramos. Foto: Ana Aparicio. 1n2m2

Poesía

Laura Ramos se consolida con 'Nonú' como una potente voz de la poesía contemporánea 4ze2s

La autora asturiana evoca su tierra en un libro que explora la relación entre lenguaje, la identidad y el territorio.  1om2o

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Nonú. ¿Nonú? La respuesta se encuentra en La verdad es que estoy sola y estoy ardiendo (2002), el primero de los libros de Laura Ramos (Avilés, 1996). Allí, quien se identifica como “la primera poeta de la tierra negra”, proclama: “Ya dijimos de su estructura gubernamental que no era / un imperio, ni un reino, ni una república ni nada / semejante. / Nonú era un lenguaje”. Complemento de esa información es que en una entrevista explicó que “el mundo de Nonú es metáfora de Asturias en mi poesía”.

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Laura Ramos

Bella Varsovia, 2025. 120 páginas. 12,90 €

Sin embargo, más relevante es esa concepción del espacio como un lenguaje, un lenguaje del que el lector no conoce previamente el código y habrá de ir descubriéndolo a medida que va leyendo los textos de la primera poeta de la tierra negra, unos poemas excelentes.

Nonú es, entonces, un nuevo informe que se une al antes mencionado libro de la poeta y a su Pasan cosas bellísimas (2024), en el que habla de las extrañas maravillas de ese espacio-lenguaje, “territorio, en el que era imposible entrar / siempre por el mismo lado / porque Nonú viraba como vira una brújula a la que acercas / un campo electromagnético”.

El libro se compone de dos poemas, “Igual que él yo era una negociadora de la noche” y “La verdadera historia de la niña de goma”. En el primero cada fragmento va precedido de una o más citas, Catulo, Horacio, Cicerón, etc., en latín y sus traducciones, todo con el intermediario, y así queda registrado en una nota de Nox, el extraordinario libro de Anne Carson escrito a la muerte de su hermano y en el que el poema CI de Catulo, un epitafio a la muerte de su hermano, es omnipresente.

Garcilaso, Maggie O’Farrell son otras de las lecturas que pasan a insertarse en el libro, y al decir esto no puedo sino acudir a uno de los textos: “Había leído mucho a lo largo de mi vida y por eso mi madre solía decirme / ratón de biblioteca”. Literatura reescrita, pero también se cita a Rigoberta Bandini o a Baiuca, cuyos trabajos de fusión del folclore con la música electrónica, ejemplo de tradición y contemporaneidad, una mezcla que se da también en la poesía de Ramos.

En los dos poemas de Nonú hay una voz lírica, y se podría decir que es una voz narradora que habla en un registro próximo al habla coloquial –coloquialismo en la poesía que es en último término imposible–, y no es lo de menos que tenga interlocutor, un habla con imágenes y figuras bellísimas, como la sinestesia: “Abre tus ojos verdes, amor, que quiero oír el mar”, o sorprendentes, como “Tus ojos / aceitunas maceradas entre ajos”. “Yo siempre he sido de goma”, así comienza el segundo de los poemas de Nonú, del que importa el subtítulo o advertencia preliminar: “Contaré una historia verdadera (que creo me he inventado) perdón”. Siendo de goma, será atracción circense y se rodeará de seres extraños como la bruja Tituba, el Gnomo Momo, entre otros, y se narrarán historias fabulosas.

Nonú habla del amor, de la maternidad, de la muerte y plantea una y otra vez la cuestión del lenguaje, de la ligazón de las palabras con las cosas. Así, se lee que “el lenguaje está roto”, pero se dice en un libro donde la escritura se presenta reconstruido, como una invención o poesía. Con sus tres libros publicados, Ramos no es una promesa, es mucho más, es ya una potente voz de la poesía contemporánea.