El Chalé del Pozo cierra de nuevo tras un año convertido en centro de refugiados y casi 450 migrantes acogidos 251720

Ha pasado casi un año del 21 de junio de 2024, cuando el antiguo Chalé del Pozo de Villarrodrigo de las Regueras, en Villaquilambre (León) reabrió sus puertas para acoger a 445 subsaharianos solicitantes de asilo de 13 nacionalidades diferentes. Ahora, cierra sus puertas de nuevo tras finalizar el decreto de emergencia.

En sus instalaciones han estado albergados refugiados procedentes de Marruecos, Malí, Senegal, Ghana, Gambia, Guinea Conakry, Costa de Marfil, Guinea Bissau, Burkina Faso, República Centroafricana, Nigeria, Camerún y Mauritania.

El Chalé del Pozo se reabrió para dar respuesta a la situación de emergencia migratoria que provocó la llegada de miles de refugiados a las costas canarias y andaluzas que procedían de África.

Detienen en el Chalé del Pozo a un senegalés por ser el patrón de un cayuco en el que murió un bebé

En estos 11 meses, en el marco del Programa de Protección Internacional que San Juan de Dios de León tiene en marcha desde 2019, un equipo multidisciplinar de 39 personas formado por integradoras sociales, trabajadoras sociales, psicóloga, abogado, docentes, istración y orientación laboral han acompañado a estas personas.

Aprender el idioma desde cero ha sido una de las grandes barreras que han tenido que superar, impartiendo los profesores del Pozo más de 480 horas de clases de español durante cinco días a la semana.

Durante este periodo, se han resuelto positivamente 271 solicitudes de protección internacional y se ha desarrollado una labor de prospección, desde el área laboral del centro, con 80 empresas implicadas.

Una treintena de ellas han formalizado 78 contratos de trabajo, la gran mayoría en la ciudad de León y su provincia. Entre ellas están el Grupo Landazuri, Mulsa Trillos, Limpiezas Limecor, Restaurante Valderas, GraMaLeón y Talartos.

Uno de los migrantes que han logrado trabajo ha sido el maliense Carime Cissé, de 22 años, exresidente del Pozo que ha explicado que se ha sentido "muy bien" tratado tanto dentro como fuera de las instalaciones. "Aquí he aprendido español y aquí estoy aprendiendo un oficio", ha resaltado.

Por otro lado, han colaborado con 13 entidades y organizaciones como la plataforma de apoyo a personas refugiadas, Sierra Pambley, Asprona, la Escuela de Adultos, la Escuela Oficial de Idiomas, la Residencia Artadec, o la Asociación Senegalesa, entre otras.

De forma paralela, se han llevado a cabo 217 actividades con el objetivo de fomentar el conocimiento y la inserción en la sociedad de acogida, además de la creación de redes de apoyo en la misma y el ocio saludable.

Una de las más relevantes fue la celebración de una jornada de puertas abiertas, en la que siguió un magosto popular con olor a castañas asadas, para mostrar la labor de un recurso que en sus inicios se dio de bruces con la oposición de parte de los vecinos.