La colección 'Cruise 2026', presentada el 15 de mayo en Florencia.

La colección 'Cruise 2026', presentada el 15 de mayo en Florencia. Cuenta oficial de Gucci en Instagram 4c3u4v

Moda

Plumas, gafas XXL y... ¿pitillo? El desfile de Gucci revoluciona la moda con una oda al exceso nostálgico desde Florencia 6ns1r

La firma presenta una declaración de intenciones estilística protagonizada por diseños que juegan con la silueta y celebran la combinación de texturas. 5t3m2e

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Llevaban meses advirtiéndolo, pero ahora ya es oficial: los pantalones de bajo ajustado vienen para quedarse. Así, al menos, lo dicta la colección Cruise 2026 que Gucci presentó este 15 de mayo en Florencia, con el Archivo de la Casa en el Palazzo Settimanni como testigo. Un escenario que remite a un pasado no tan reciente como el que la firma italiana ha emulado esta vez, a través de un desfile de patrones, tejidos y tendencias que no dejan a nadie indiferente.

Entre columnas renacentistas y frescos centenarios, los modelos desfilaban con prendas que parecían rendir homenaje, desde la contemporaneidad, al espíritu rebelde de la marca en los años 60 y a la sofisticación setentera. La pasarela, trazada en los salones del Palazzo Settimanni y continuada sobre el empedrado de la vía delle Caldaie, ha sido un viaje estético a través del tiempo.

Vestidos mini de silueta mod, blusas con mangas abullonadas y una explosión de plumas y lentejuelas que evocaban noches de Studio 54 animaron la velada, aunque, si hubo una gran protagonista, esa fue precisamente una silueta que muchos daban por enterrada: el pantalón pitillo. De cuero o en clave denim, la prenda se presentó como un nuevo símbolo de actitud, combinada con blazers oversize, blusas de gasa translúcida o tops de estampados florales, entre otros.

Desfile de la colección presentada en el Palazzo Settimanni.

Desfile de la colección presentada en el Palazzo Settimanni. Cuenta oficial de Gucci en Instagram

Cruise 2026 es una colección que no solo reinterpreta el archivo, sino que lo agita y lo resignifica. No teme al contraste: en sus diseños conviven lo clásico y lo punk, lo artesanal y lo urbano, el maximalismo más hedonista y la sobriedad en tonos tierra al más puro estilo italiano. Con ellos, Gucci se reafirma como una marca que no busca complacer, sino evocar y provocar.

Junto a los jeans, destacaron las gabardinas en clave maximalista, las medias print a juego con tacón modesto y los trajes de pinza fluidos. Las transparencias volvieron a estar presentes en cuerpos y blusas que dejaban entrever el cuerpo, mientras que las lentejuelas, aplicadas sobre vestidos y faldas lápiz, marcaron el tono festivo de la propuesta.

Las gafas 'maxi' se convirtieron en el rio estrella.

Las gafas 'maxi' se convirtieron en el rio estrella. Cuenta oficial de Gucci en Instagram

El color se movió entre neutros empolvados y estallidos de violeta, verde o azul eléctrico. Los estampados florales, lejos de la dulzura naïf, se mostraron en clave psicodélica, en tops y vestidos a media pierna que recordaban a la estética de los años 60. El rio estrella: las gafas XXL con cristales opacos y los bolsos, también de gran tamaño y con asas metalizadas en muchos casos.

Un escenario simbólico 291yx

No es casual que la colección se presente en el Palazzo Settimanni. Ubicado en el barrio del Oltrarno, corazón artesanal de Florencia, el edificio fue adquirido por la firma en 1953 y alberga hoy el Archivo Gucci, un espacio donde conviven pasado, presente y futuro. Restaurado minuciosamente, no es solo hogar de la historia visual de la casa, sino un símbolo vivo del espíritu de innovación que la define.

“Regresar a Florencia —y específicamente al Palazzo Settimanni— es tanto un homenaje como una declaración de intenciones”, señaló Stefano Cantino, CEO de la firma. Con esta elección, no solo rinde tributo a sus orígenes —Guccio Gucci fundó la marca en esta misma ciudad en 1921— sino que renueva su compromiso con el territorio.

Archivo de la casa Gucci.

Archivo de la casa Gucci. Cedida

La alcaldesa de la ciudad, Sara Funaro, calificó el desfile como un “regreso a casa” y recordó que, pese al éxito internacional de la firma, Gucci nunca se ha desvinculado del tejido productivo y cultural de la región. “Es un escenario cargado de historia y significado, arraigado en la parte de la ciudad donde más profundamente se vive la tradición artesanal”, expresó.

Florencia no es solo un telón de fondo para esta nueva etapa de la marca: es su musa y su interlocutora. Como señalan los concejales Jacopo Vicini y Giovanni Bettarini, “este desfile refleja el impulso instintivo de Florencia por crear y irradiar belleza”. Una belleza que esta vez se viste de cuero brillante, lentejuelas y pantalones ceñidos. Porque si algo ha dejado claro Gucci es que la herencia no está para ser venerada, sino para ser remezclada con descaro.