
Silvia Llop, psicóloga del amor.
Silvia Llop, psicóloga del amor: "Trabajar con alguien por el que sientes algo es una 'putada' muy difícil de superar"
Cortar de raíz una relación sentimental con un compañero de trabajo es muy duro, pero no imposible, sobre todo, es el primer paso para abrir la puerta a lo que sí mereces.
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Sucede con más frecuencia de lo que se puede llegar a pensar: "sentir mariposas" por un compañero de trabajo es algo que no solo sucede en la trama de una película romántica. Aunque, más que un vivir un cuento, se trata de una auténtica trampa emocional de la que es muy complicado salir.
Pasáis muchas horas al día juntos, compartes bromas, cafés y largas jornadas en las que necesitas un compañero que se convierte en un auténtico aliado. De pronto, te das cuenta de que sientes algo. Mucho. Pero no es recíproco. O no puede ser. O simplemente no lleva a ningún lado. Y ahí es cuando empieza el verdadero reto: ¿cómo superas a alguien que sigues viendo todos los días?
La psicóloga del amor, Silvia Llop, autora de los libros Mándalo a la mierda, mereces algo mejor y Ahí no es, Mari Carmen, además de cocreadora del popular pódcast Bendita Terapia, es clara en su afirmación: superar a un "casi algo" del trabajo es uno de los procesos más duros que existen emocionalmente. Y, sin embargo, es posible, aunque cueste mucho.
La tortura emocional de coincidir a diario
En uno de los episodios más recientes de su pódcast, Silvia lanza una pregunta que muchos se hacen en silencio: "¿Cómo superar los "casi algos" del trabajo si lo tengo que ver a diario porque trabajamos juntos?"
En su respuesta no se anda con rodeos: "Igual lo quieres superar para estar bien, pero trabajar con él es una "putada". Cuando tienes que superar a alguien que ves todos los días es muy complicado, es difícil."
El gran obstáculo es la exposición constante. No puedes borrar a esa persona de tu vida como harías con un ex al que dejas de seguir en redes. No puedes bloquearle en WhatsApp ni fingir que no existe. Está ahí. Cada día. A tu lado. Y cualquier interacción, por mínima que sea, puede reavivar sentimientos que estás intentando apagar.
o cero emocional
Existe una estrategia que sí funciona, aunque es complicado de llevar a cabo. Silvia Llop, experta en relaciones sentimentales, sabe que pedir o cero en el entorno laboral es casi imposible. Por eso propone una alternativa realista, aunque exigente: el o cero emocional.
"Siempre hablo de hacer un o cero emocional. Obviamente, si trabajas codo con codo con esa persona y tienes que hablar de cosas laborales, no puedes no hablarle. Pero sí puedes poner una barrera y solo hablar de temas de trabajo. No hablar de nada personal, ni preguntarle qué tal el fin de semana, ni contarle tu vida, ni preguntarle por el perro."
Aquí está la clave: crear un muro emocional invisible, en el que solo pasen los temas profesionales. Nada de bromas privadas. Nada de confidencias. Nada de miradas cómplices. Porque aunque parezca inofensivo, una mínima conversación fuera del terreno laboral puede ser suficiente para reengancharte emocionalmente.
“Todo eso fomenta que la conexión siga creciendo y tú lo que necesitas es intentar no darle más munición a tu cerebro. Una mínima conversación puede hacer que el enganche siga manteniéndose y a ti te interesa romperlo.”
Un acto de autocuidado, no de frialdad
Cuando el corazón va por libre, la lógica se queda en segundo plano. Por eso muchas personas se sienten culpables por no poder "desenamorarse" aunque lo intenten con todas sus fuerzas. Pero Silvia lo explica desde la neurociencia: nuestro cerebro se alimenta de estímulos emocionales.
Cada gesto amable, cada sonrisa o palabra informal se convierte en “munición emocional”, como ella lo llama. Y aunque tú quieras cortar, tu mente sigue encontrando motivos para mantener viva la llama. Por eso el único camino posible es la distancia emocional radical.
Puede que al principio te sientas mal por cortar el buen rollo. Puedes pensar que estás siendo frío o borde. Pero, como recalca Llop, esto no va de castigar al otro ni de jugar a hacerle sentir mal. Va de protegerte a ti.
Poner límites firmes es un acto de amor propio. No se trata de montar una escena, ni de hacer que el otro se sienta incómodo. Basta con cambiar el tono, evitar comentarios personales y redirigir siempre la conversación hacia lo laboral. Es incómodo, sí. Pero es más incómodo vivir atrapado en un bucle emocional sin salida.
Lo difícil se supera con práctica
La buena noticia es que el o cero emocional funciona. Lo malo es que requiere mucha disciplina, constancia y paciencia. Es como desengancharse de una adicción emocional. Al principio duele, pero poco a poco se vuelve más fácil. Dejas de idealizar, empiezas a ver la realidad y, con el tiempo, recuperas tu equilibrio.
No necesitas cambiar de trabajo ni desaparecer del mapa. Solo necesitas priorizar tu bienestar emocional y poner en práctica este método. Porque tú mereces relaciones recíprocas, sanas y completas. No vivir a medias, esperando señales que no llegan.