
Luis Fernando Martínez, en el centro de la imagen. Universidad de Málaga 3hnz
Luis Fernando Martínez, Medalla de honor de Teleco: "En tecnología, no hay tiempo para el regodeo" 1p1q50
El fundador de Cetecom, hoy Dekra, reflexiona en esta entrevista sobre su trayectoria como pionero de la Málaga tecnológica. 5d34x
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Es uno de los padres fundadores de la Málaga tecnológica. Luis Fernando Martínez fue el fundador y director general de Cetecom (Centro de Tecnología de las Comunicaciones), impulsada por la Junta de Andalucía y pionera en el parque tecnológico a principios de los noventa. La compañía luego se rebautizaría como AT4 Wireless y terminaría por venderse a la multinacional alemana Dekra por 45 millones de euros en 2015. Hoy es una de las compañías con más presencia en el Málaga TechPark, con más de 600 empleados. La Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de la Universidad de Málaga le acaba de conceder su Medalla de Honor por su trayectoria.
¿Qué supone esta medalla para ti? ¿cómo te sientes?
Ha sido muy emotivo. He estado muy vinculado a la escuela desde su creación, el seguimiento, en la contratación, trabajar con los primeros ingenieros... No sé ni lo que contesté el director cuando me lo dijo. Estoy súper emocionado. Más, si te digo que yo tengo una hija que es ingeniera de telecomunicación que se formó en esta escuela.
Tu relación con la escuela de Teleco de la Universidad de Málaga es incluso de sangre entonces.
No, pero eso ha sido posterior. Pero aparte, estuve cuatro años como vicepresidente del Consejo Social de la Universidad de Málaga. He estado colaborando en muchos temas: becarios, la creación de los premios fin de carrera, proyectos de investigación... Siempre he creído que cuando yo empecé aquí, con el CETECOM, que el futuro había que construirlo entre todos. Había una oportunidad con el PTA, un proyecto en el que muy pocos creían, solamente unos pocos visionarios. Y al comienzo de esta escuela, todo el mundo decía: "¡Uh, una escuela de telecomunicación!".
Yo creo que al habernos alineado los tres, hemos conseguido que realmente se haya creado aquí en Málaga un entorno de excelencia, que cada vez que salgo yo por España, compañeros me dicen que nos envidian. ¿Cómo lo habéis hecho? No sé, simplemente trabajando juntos.
En ese momento inicial en el que empieza a crearse el Málaga Tech Park y la escuela de Teleco, era todo un salto de fe.
Un salto al vacío totalmente. La gente me decía a mí que me había dejado engañar, que eso era una locura, que cómo me había metido en ese proyecto. Y yo a muchos les decía: "Mira, creo que tengo una responsabilidad, creo que puedo hacerlo, o por lo menos debo intentarlo. Y además, si mis hijos el día de mañana se quieren ir fuera de Málaga, que sea por su voluntad y no porque no tienen aquí un espacio". Ironía de la vida, he contribuido a crear ese entorno y mis hijos se han ido lejos afuera. Mi hija ha estado en Estados Unidos y mi hijo a Taiwán, pero bueno.
¿Cómo fue aquel momento en el que la Junta de Andalucía te llamó para poner en marcha Cetecom, un laboratorio de telecomunicaciones?
Me llamaron para eso porque yo había hecho el diseño del proyecto. Fue una contribución que me pidió Pepe Pérez Palmis y Felipe Romera. Lo hice por mi cuenta, de forma altruista. No tenía intención de incorporarme al proyecto, pero en un momento determinado me lo mandaron y me dijeron, mira, por favor, tienes que ponerlo en marcha.
También es cierto que me coincidió que en aquella época se acababa una época maravilosa en Fujitsu. Allí conseguimos crear un centro de I+D de excelencia. Muy poca gente en Málaga sabe que ese centro fue referente internacional. Empresas como Intel nos mandaban sus procesadores a nosotros para que los evaluáramos, para que le diéramos el visto bueno. Entonces, bueno, ahí se creó un equipo, una forma de trabajo, que yo creo que es lo que impregnó luego todas las actividades del parque, Cetecom, la Universidad... Eso ha creado esa posibilidad y esa afinidad por tener un objetivo común.
¿Cuáles han sido los mayores retos que has tenido que afrontar en todo este proceso, tanto personalmente como a nivel ecosistema?
No te los puedo contar con la grabadora encendida, ¡déjame contar solo lo positivo! Ha habido retos profesionales. Imagínate el día que has terminado, has montado todo el laboratorio, y dices, ¿ahora qué? Tengo que coger el maletín y salir a la actividad. En aquella época tomé una decisión que al final creo que ha dado su éxito. Aposté por ingenieros jóvenes, recién formados, para poder adaptarlos a una forma de pensar y de trabajar. Empecéis saliendo con ellos por el mundo, un par de viajes, y luego los lanzaba. Me decían que estaba loco, una vez más, pero la locura ha sido perfecta. Hoy esos ingenieros que salieron así el primer viaje conmigo, ahora son directivos de primer nivel en Dekra y en otras multinacionales. O sea, algo hicimos bien.
Desde la perspectiva que te da toda esta trayectoria y este reconocimiento, ¿cómo valoras el momento al que ha llegado la Málaga tecnológica?
En el mundo de la tecnología no da tiempo al regodeo. Tienes que seguir mirando para adelante. Ahora hay nuevas oportunidades, pero no te puedes dormir en los laureles. Siempre digo lo mismo: ¿los políticos van a poner el dinero que tienen que poner? Hasta que no vea el dinero encima de la mesa... lo siento, pero soy español y sé cómo funciona el país. Creo que esto no va solo de esta escuela. Hay que crear, por ejemplo, una facultad de Física; hay que ampliar la enseñanza. Todavía queda mucho trabajo por hacer.
Lo mejor es que hay una oportunidad. Cuando hay una oportunidad, no tienes que inventarte nada, simplemente tienes que ponerla en marcha. Pero para eso hay que invertir muchos millones, hay que invertir en capital humano y hay que orientarse a la cuenta de resultados. Se trata de poner grandes profesionales al frente, y contratar y formar a los profesionales que salgan de la universidad.
¿Y qué consejo le darías a los que están empezando ahora? ¿Qué te gustaría que te hubieran dicho a ti cuando empezaste?
Bueno, a mí no me dijeron nada. En la época que yo estudié, las carreras eran como una carrera de obstáculos. Más que lo que sabía técnicamente, se trataba de que sabía afrontar lo que pusieran por delante. Creo que ahora los jóvenes tienen una formación mucho mejor de la que yo tuve, salen con un nivel y una capacitación excelente.
Lo que les recomiendo es una actitud ante la sociedad menos individualista, comprometerse con el entorno y su desarrollo. Así, indirectamente se están comprometiendo con el futuro de sus futuros hijos y el futuro de la sociedad. Que se comprometan. En la etapa de estudiante te preocupa sacar nota y aprobar la asignatura, que está muy bien, hay que hacerlo. Pero una vez que termines, aprende, especialízate. Busca experiencia y comprometete con la sociedad.