Felipe González, carnicero del Mercado de El Val

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Valladolid

Felipe González, carnicero del Val: “La Semana Santa de Valladolid se vive en silencio, las saetas para los sevillanos” 41106j

El carismático profesional del Mercado desvela si durante estos días se come más o menos en carne en la ciudad.  5x28t

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Valladolid ya huele a Semana Santa. La ciudad se sumerge en un ambiente solemne y devoto durante estos días, en una de las celebraciones más emblemáticas de la ciudad.  Con sus imperiales procesiones y una atmósfera de recogimiento, la festividad impacta no solo a los fieles, sino también a los comerciantes.

La Semana Santa de Valladolid no solo transforma las calles con sus impresionantes desfiles procesionales, sino que también impacta la vida de los comerciantes locales. EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León quiere saber cómo vive estos días un carnicero, uno de los más reconocidos de la ciudad, como es Felipe González, que tiene su puesto en el Mercado del Val desde hace ya muchos años. Un céntrico lugar que es testigo de muchas procesiones y de pasos de cofradía.

Demostramos una vez más de cómo la devoción y el comercio pueden convivir en perfecta armonía en una ciudad con profundas raíces religiosas.

¿Cómo vive un carnicero la Semana Santa aquí en Valladolid?

“Pues bien, comiendo lechazo, que aunque no se debe a los viernes... bueno, no se debe, por poderse, se puede. Para mí es como un día más”, asegura aunque desde hace años no se pierde la procesión del Viernes Santo, la llamada General que pone a Valladolid en el centro de todas las miradas por su belleza en cuanto a las obras.

González asegura que a sus 61 años, “ya he visto muchas procesiones”, pero en el caso de la del Viernes Santo procura “no faltar”. “Creo que es el día más bonito porque es donde ves los pasos más importantes y ves auténtico arte”. En su caso no entra a iglesias porque “las tiene muy vistas”.

Pero le encanta ver el “gran ambiente” que hay en las calles del centro de Valladolid durante estos días. Por supuesto no falta tomarse luego unas cañas con los amigos y hacer “un poco de vida social”.

Olor a rosquilla de anís 165u8

Recuerda que cuando era un niño perteneció la cofradía del Cristo del Perdón y era el más pequeño de todos e iba tirando del estandarte. “Estuve muchos años pidiendo perdón y ahora ya tengo todos los pecados perdonados”, afirma con su tradicional humor. Además, y evocando también a su infancia, la Semana Santa le huele a rosquilla de anís, “cuando íbamos los cofrades a comerlas a iglesia de La Magdalena”.

La tradición cristina dice, como bien recuerda nuestro protagonista, que en tiempo de Semana de Santa no se debe comer carne. Aunque es cierto que cada vez se cumple menos. “Hay clientes que son muy creyentes y sí me lo dicen, que ese día no comen carne, pero la verdad es que ya cada vez menos”.

¿Se nota un bajón de ventas en Semana Santa? González lo tiene claro: “Quizás un poco de cara al Viernes Santo, pero lo compensas el sábado que vendes el doble”, apunta, por lo que algunos clientes siguen comprando carne para los días posteriores, así que no es un parón total.

Lo que Felipe tiene muy claro es que todas las procesiones y los recorridos de la Semana Santa vallisoletana se tienen que vivir “en silencio”. En los últimos años se ha puesto de moda lo de cantar saetas o incluso hacer comentarios en alto, algo que él rechaza.

“Esto se vive en silencio. El cante para los sevillanos. Las sevillanas, las saetas y las chirigotas son de otra zona”.

Felipe González apuesta por la Semana Santa de Valladolid “por ser la más bonita” y aunque le han recomendado la de Medina de Rioseco, él no se mueve de la capital. “Hombre, está bien, pero lo que tenemos en Valladolid no lo tiene nadie”, afirma.

Para terminar, Felipe nos da una exclusiva. Su hijo, del mismo nombre, se 'independiza' y está preparando una nueva tienda en el barrio de Parquesol. "Dice que ya no me aguanta", bromea.