
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, estrecha la mano del canciller alemán Friedrich Merz, en Kyiv, Ucrania, el 10 de mayo de 2025. Gleb Garanich Reuters 512x45
Misiles alemanes para destruir los arsenales de Rusia: Zelenski espera cerrar hoy en Berlín un acuerdo decisivo para Ucrania s3e32
El nuevo canciller Friedrich Merz no descarta la posibilidad de enviar a Kyiv sus misiles Taurus, pero antes tendrá que convencer a sus socios del SPD. 1l4y40
Más información: Europa desata las manos a Ucrania para atacar cualquier posición militar dentro de Rusia con sus misiles de largo alcance 21m3
Es la hora de Friedrich Merz. Es el momento de que el nuevo canciller alemán demuestre si todo aquello que dijo antes de ser canciller alemán —sobre los Estados Unidos de Donald Trump, sobre los peligros que representa para la alianza transatlántica, sobre la amenaza rusa, sobre sus planes para el futuro de Europa o sobre su apoyo decidido a Ucrania— era cierto o si, por el contrario, se trataba de una concatenación de boutades.
El líder democristiano tendrá la oportunidad de marcar la hoja de ruta de los aliados después de recibir este miércoles a Volodímir Zelenski en Berlín. El 10 de mayo, el recién estrenado canciller viajó a Kyiv en compañía del presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, líderes de la denominada coalición de los voluntarios, con el objetivo de enviar un mensaje de unidad a Moscú. Un desplazamiento de carácter simbólico que el primer ministro polaco, Donald Tusk, tampoco quiso perderse.
A mediados de abril, antes de tomar posesión, Merz no descartó la posibilidad de enviar misiles Taurus a Ucrania. Un paso que su predecesor, Olaf Scholz, nunca se atrevió a dar por temor a provocar una escalada del conflicto por parte del Kremlin. El líder democristiano puntualizó, sin embargo, que sólo lo haría “en coordinación con sus socios europeos”.
Merz argumentaba que varios países ya estaban proporcionando misiles de crucero a Ucrania, y que Alemania no podía ser menos. “Los británicos lo están haciendo, los ses lo están haciendo, y los estadounidenses lo están haciendo, en cualquier caso”, afirmó. “Alemania debe participar”.
A finales del pasado año, Reino Unido envió a las fuerzas ucranianas sus misiles Storm Shadow y Francia, sus Scalp. Cada uno con un alcance aproximado de 250 kilómetros. Además, Londres y París permitieron a los de Zelenski atacar por primera vez en territorio ruso. En noviembre, de hecho, el ejército ucraniano estrenó los misiles de largo alcance occidentales contra objetivos militares dentro de las regiones rusas de Briansk y Kursk, próximas a la frontera.
Con características similares a los Storm Shadow de fabricación franco-británica, los Taurus alemanes cuentan sin embargo con un alcance de 500 kilómetros, y también tienen un sistema de ojiva inteligente con capacidad de dañar puentes y búnkeres, entre otras infraestructuras. Por eso, la declaración de intenciones de Merz levantó los ánimos en Kyiv, pero no sentó nada bien en Moscú.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió de que la decisión de proporcionar los misiles Taurus a las tropas ucranianas supondría una “escalada inevitable” del conflicto. Con este tipo de acciones, denunciaba, los países europeos estaban “inclinados a seguir provocando la continuación de la guerra”.
Hasta la fecha, sin embargo, Alemania no ha proporcionado a Kyiv armas con alcance superior a los 70 kilómetros. Merz, de todos modos, anunció este lunes que Alemania, Francia y Reino Unido habían decidido levantar las restricciones sobre el alcance de los ataques ucranianos. “Ya no existen restricciones de alcance para las armas entregadas a Ucrania; ni por parte de los británicos, ni de los ses, ni de nosotros, ni de los estadounidenses”, declaró desde Berlín.
“Esto significa que ahora Ucrania puede defenderse, por ejemplo, atacando posiciones militares en Rusia”, deslizó el nuevo canciller alemán durante un foro organizado por la emisora pública WDR. “Hasta hace poco, con muy pocas excepciones, no lo hacía. Ahora puede hacerlo. En términos técnicos, a esto lo llamamos fuego de largo alcance”.
Merz no sólo habló en nombre de Alemania, sino que lo hizo también en nombre de Francia y Reino Unido. Síntomas de liderazgo europeo que Scholz no mostró durante su etapa al frente del Gobierno.
Horas después del anuncio, el líder democristiano se reafirmó. “Haremos todo lo que esté en nuestras manos para seguir apoyando a Ucrania”, escribió en la red social X. Y volvió a hacerlo este miércoles durante un encuentro con los líderes de los países nórdicos en Finlandia. “Quien solo se defiende dentro de su propio territorio no puede defenderse lo suficiente”, subrayó.
Peskov no tardó en reaccionar. “Si estas decisiones realmente se han tomado, son totalmente contrarias a nuestras aspiraciones de una solución política”, indicó el portavoz del Kremlin en declaraciones recogidas por la agencia estatal TASS. “Son decisiones bastante peligrosas, si es que se han tomado”.
Rusia dice que considerará cualquier ataque ucraniano con misiles Taurus que golpee a su infraestructura de transporte como una “participación directa” de Alemania en la guerra. Por eso, Merz ha hecho saber que a partir de ahora no hará públicos los envíos de armas a Ucrania. Ambigüedad estratégica en detrimento de la política habitual de transparencia.
“Merz está dispuesto a apoyar más a Ucrania y ha creado expectativas que ahora tendrá que cumplir”, señala Andreas Umland, experto y analista alemán del Centro de Estudios de Europa del Este de Estocolmo, en conversación con EL ESPAÑOL. “Además, la situación financiera de Alemania es distinta, dado que las limitaciones sobre la deuda según la Constitución alemana se han reducido, y ahora existe más posibilidad para que el Gobierno aumente el gasto, incluso con fines militares, lo que beneficiaría directa o indirectamente a Ucrania”, añade.
División interna 385t6l
Que Merz sería mucho más favorable para los intereses de Ucrania que Scholz lo demostró, más allá de sus declaraciones en campaña electoral, con la elección de Johann Wadephul, un teniente coronel en la reserva, como ministro de Exteriores.
El diputado democristiano, antiguo asesor de Merz en materia de política exterior, declaró en una entrevista publicada en el Frankfurter Allgemeine Zeitung antes de su nombramiento que la guerra de Ucrania “no se trata de unos pocos kilómetros cuadrados, sino de la cuestión fundamental de si vamos a permitir una guerra de conquista clásica en Europa”.
La postura del nuevo jefe de la diplomacia alemana en este asunto es cristalina, pero no todos en el Gobierno de Merz parecen estar de acuerdo con permitir que Ucrania lance ataques en suelo ruso. El ministro socialdemócrata de Finanzas, Lars Klingbeil, negociador del acuerdo de coalición con los democristianos, aseguró este martes que “no hay ningún nuevo pacto que vaya más allá de lo que estableció el Gobierno anterior”.
“La cuestión de limitar el alcance de las armas desplegadas fue relevante hace algunos meses y años. Según tengo entendido —y como dije ayer—, los países que impusieron esas limitaciones de alcance ya abandonaron hace tiempo esas condiciones”, replicó Merz desde la ciudad finlandesa de Turku. “En ese sentido, ayer en Berlín describí algo que viene ocurriendo desde hace meses: que Ucrania tiene el derecho de usar las armas que recibe, incluso más allá de sus propias fronteras, contra objetivos militares en territorio ruso”, remató el canciller alemán.
“El Gobierno está dividido porque es un Gobierno de coalición, y los socialdemócratas, que son el partido minoritario, también están divididos”, explica Umland. “Los de Klingbeil tienen una ala pacifista que aún ejerce cierta influencia en el partido, representada, por ejemplo, por el secretario general Matthias Miersch”.
El politólogo alemán considera que Merz no tendrá fácil impulsar su agenda en Ucrania, pero cree que sus buenas intenciones hacia Kyiv son “genuinas”. “No creo que sea solo retórica; parece tener una simpatía real por Ucrania”, insiste, en este sentido, Umland. “Pero tendrá problemas con el SPD e incluso con sus socios de la CDU/CSU”.