
David Hockney, 'Que florezca en la calzada romana', 2009. Foto: David Hockney / Richard Schmidt 2s4r14
David Hockney celebra una fiesta en la piscina de la Fundación Louis Vuitton de París 6j5w2q
Nos tiramos del trampolín a su celebrada retrospectiva de los últimos veinticinco años de trabajo. Dibujos en iPad y paisajes coloristas, sus grandes temas. 36l2c
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El brillo y la oscilación de las imágenes en esta exposición en París traza un recorrido profundo por la trayectoria de David Hockney (Bradford, Reino Unido, 1937), intensamente activo incluso ahora, a punto de celebrar su 88 aniversario. El título, David Hockney 25, es una síntesis de su deseo de mostrar sus últimos 25 años de actividad. Distribuida por los cuatro pisos de la Fundación Louis Vuitton, está articulada en 11 secciones que nos permiten apreciar sus viajes e itinerarios, interiores y exteriores.
La primera sección, “De Bradford a Londres”, traza su recorrido entre 1955 y 1963, desde la ciudad donde nació a Londres, donde se instala a finales de los años 50 para estudiar en el Royal College of Art. En su inicio se sitúa el retrato de su padre, una imagen figurativa de 1955. Vemos un conjunto de pinturas, con una acentuada intensidad de colores, que se articulan entre el expresionismo y la figuración. Llaman la atención las palabras escritas en ellas, que son expresión o eco de sus títulos.
La segunda sección, “Londres-París-Los Ángeles (1964-1998)”, nos sitúa ante un nuevo desplazamiento, su traslado a Los Ángeles, después a París, y de nuevo a Los Ángeles, donde volvería en 1978. El ambiente del París artístico se mezcla con el de la California soleada. Vemos un impactante conjunto de paisajes, exteriores e interiores, y, al final, naturales, siempre con mucha intensidad y diálogo de colores. Llaman aquí la atención dos retratos dobles, de gran formato, realizados en 1968 y 1971.
La tercera sección, “Retorno a Yorkshire (1997-2013)”, tiene que ver con la decisión de trasladarse a finales de los años noventa a su región natal, sin dejar de tener estancias temporales en Los Ángeles. Se organiza con un conjunto de paisajes de esa región, situada en el norte de Inglaterra. Estamos ante pinturas de grandes dimensiones, en ocasiones ensambladas, donde podemos apreciar las fluctuaciones de los colores en las representaciones de los ambientes rurales. Hockney retorna a las técnicas tradicionales, utilizando acuarela, óleo y carboncillo, y, de modo decisivo, la realización de la pintura a cielo abierto. Simultáneamente recurre también a la fotografía y la informática. Destaca un conjunto de acuarelas dispuestas en mesas circulares.
La cuarta sección, “Retratos y flores (2000-2025)”, reúne un amplio conjunto de retratos figurativos, realizados con óleo o acrílico sobre lienzo, dibujos con carboncillo y lápiz de color, y también otro conjunto de dibujos de flores, retratos y autorretratos hechos con iPad, impresos sobre papel y montados sobre aluminio. Son obras creadas en California, Yorkshire, Normandía y Londres. Hockney sigue utilizando los pinceles, pero en 2008 comienza a usar el ordenador, y, después, el iPhone y el iPad desde su aparición.

David Hockney, 'A Bigger Splash', 1967. Foto: David Hockney / Tate
La quinta sección, “Cuatro años en Normandía (2019-2023)”, coincide con el período de confinamiento por la Covid, en el que se encierra en una casa que había comprado en Normandía. Allí desarrolla la serie 220 por 2020, Normandía sobre un iPad, con una gran variedad de temas. Vemos paisajes con árboles, casas rurales y flores, así como el ambiente nocturno, la luz sobre fondo azul y de modo continuo imágenes de la luna, en la serie Moon (2020).
En unión con lo anterior, la sección sexta, “Normandía”, reúne una serie de acrílicos con representaciones de los espacios donde se encontraba su vivienda. Vemos en ellas árboles, superficies con hierba, estanques y movimientos luminosos de las luces, así como imágenes blancas o grises de las nubes en el cielo, también exteriores de viviendas, así como un interior con libros sobre una mesa frente a una ventana. La sección séptima, “El gran patio (2019)”, nos lleva a una serie de 24 dibujos a tinta, con las vistas desde su casa en Normandía. Las imágenes se despliegan en continuidad a lo largo de 70 metros, y en ellas vemos árboles frutales o coches en el exterior de las casas.

David Hockney, 'After Blake. Less is Known that people think', 2024. Foto: David Hockney / Richard Schmidt
Tras todo ello se suceden las tres últimas secciones, en las que se llega al final de la muestra. La primera tiene dos componentes: “La gran pared (2000)”, donde, con un intenso planteamiento documental, se sintetiza la trayectoria de la pintura a lo largo de 500 años con 18 es compuestos con fotocopias láser en colores. En el segundo, “Diálogos con los pintores”, se presenta un conjunto de reproducciones artísticas referenciales para Hockney, entre las que destacan imágenes de Fra Angelico, Van Gogh, o Picasso y sus diálogos con ellas.
En la segunda: “Hockney pinta la ópera”, que tiene como referente su frase “Necesitamos más de la ópera, se nos muestra el apasionamiento continuo del pintor por la lírica, con una readaptación musical y visual de sus dibujos y decorados para los montajes de diferentes óperas.

David Hockney, 'Portrait of My Father', 1955. Foto: Richard Schmidt / Fundación David Hockney
La tercera sección, “Se sabe menos que lo que la gente piensa”, nos sitúa ante tres grandes pinturas que dan el tono y la relevancia de la situación actual de Hockney. La primera, Se sabe menos que lo que la gente piensa, dialoga con Edvard Munch a través de imágenes expresivas y palabras inscritas: el título, el pasado, el futuro, geografía, astronomía, e historia. La segunda, con el mismo título, dialoga con William Blake. Y, ya el desenlace, con otro autorretrato, Obra dentro de una obra dentro de una obra y yo con un cigarrillo (2024-25), que refleja cómo se ve hoy a sí mismo en el jardín de su casa fumando y pintando.
David Hockney –espejo profundo de la pintura, la naturaleza y las figuras humanas– reconoce que la pintura es la fuente de todo lo que hace; eso sí, utilizando a la vez soportes fotográficos y digitales. A través de su obra la pintura permanece viva y muy activa, abierta hacia los nuevos soportes y horizontes que marca el flujo de la vida y el tiempo.