Instalaciones de Rio Tinto.

Instalaciones de Rio Tinto. Europa Press. 2w69n

Observatorio de la Energía

La salida sin explicaciones del CEO de Rio Tinto revive las dudas sobre la rapidez de la apuesta por el litio 615u2f

Expertos sostienen que el litio es una apuesta sólida a futuro, con proyectos en Galicia y Extremadura, aunque el otro referente, BHP, sigue esquivándolo. 4c6a4i

Publicada

La marcha de Jakob Stausholm como consejero delegado de Rio Tinto ha sacudido al sector minero. El directivo, que se incorporó en 2018 a la firma como director financiero y asumió el cargo de CEO en 2021, se marchará a finales de año sin que nadie sepa por qué.

Rio Tinto alude apenas a un proceso "natural" de sucesión que los analistas no se creen. "A nosotros no nos parece tan natural", apuntan desde Berenberg.

De hecho, remarcan que esperaban que Stausholm liderase la integración del negocio de litio, pilar básico de la compañía tras anunciar el año pasado la compra Arcadium Lithium por 6.700 millones de dólares. Fue la transacción de la década en el sector y marca personal de la estrategia del CEO; les convertía en el segundo productor mundial de este metal, esencial para baterías.

Por eso es raro que quien diseñó el camino se vaya ahora con tarea pendiente, concluyen los analistas, que levantan así las dudas alrededor de una velocísima apuesta que no se reduce a Arcadium Lithium.

Bajo el liderazgo de Stausholm, Rio Tinto había anunciado una inversión de 2.500 millones de dólares en una nueva mina de litio en Argentina, y este mismo lunes comunicó que destinarán 900 millones de dólares a un proyecto junto a Codelco en Chile.

Todo mientras el otro gran referente minero mundial, BHP, rehúsa meterse en el negocio. El CEO de BHP, Mike Henry, ha dicho en varias ocasiones que no ven la "oportunidad" en el litio y prefieren dirigirse hacia el cobre, esencial para la transición energética.

Rapidez 104c4v

¿Ha sido la apuesta del litio demasiado grande? "No hay dudas sobre el litio, lo que hay son dudas de que el ritmo de necesidades de litio sea tan creciente como se preveía", apunta a EL ESPAÑOL-Invertia Rafael Salgueira, economista especializado en minería.

Salgueiro remarca que esto se ha traducido en una bajada de precios. En los últimos dos años, el desplome del litio ha sido del 80%, afectado por una miscelánea de factores.

Por un lado, la desaceleración de la demanda de coches eléctricos; por otro, la llegada de las baterías de sodio, que son hasta un 25% más baratas que las de litio. También hay una sobreoferta que ha asustado al mercado.

Ahora bien, puntualiza Salgueiro, empresas como Rio Tinto acometen inversiones siempre a largo plazo, al menos a diez años vista, y es muy improbable que al menos la caída de precios haya hecho sucumbir a Stausholm.

Pero que se marche sin cerrar la integración de ese negocio, como remarcan los analistas de Berenberg, lo deja en una posición más vulnerable de la que estaba hace 48 horas sin que los factores que presionan sus precios hayan desaparecido.

La demanda 5l5

Porque sigue sin despegar la demanda de los vehículos electrificados (eléctricos e híbridos enchufables). En el primer cuatrimestre se fabricaron en España un 3% menos en comparación con idéntico periodo del año anterior; la penetración de este tipo de vehículos sobre el total se sitúa en el 9,8%.

"Si los coches eléctricos no salen al mercado es porque no hay soporte", sostiene Vicente Gutiérrez Peinador, secretario general de la Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales (Primigea).

No hay suficientes puntos de recarga fuera de la ciudad, subraya y la autonomía del vehículo es poco atractiva. "Pero es el futuro, no cabe duda", afirma.

Del litio se sigue hablando, esencialmente, en futuro. En el caso de España, resaltan los proyectos de la mina de Doade, en Galicia, y el de Las Navas, en Cáceres. "En diez años probablemente el litio sea clave", afirma este experto.

Falta ahora saber qué pasos da para llegar hasta allí Rio Tinto, clave como uno de los líderes en este segmento y al que aún no le acompañaban los resultados. Su rendimiento de capital ha pasado de ser en 2019 prácticamente idéntico al de BHP, en torno a un 15%, a cerrar 2024 con una caída del 14%, mientras el otro referente, que prefiere el cobre, lo elevaba un 21%.