Torre de Hércules en A Coruña.

Torre de Hércules en A Coruña. Carmen G. Mariñas 3c3c3p

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La cara menos conocida de la Torre de Hércules de A Coruña 1fq40

Aunque el faro es de época romana, el exterior de este monumento tiene un origen más reciente 4x6u4w

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Aunque la Torre de Hércules, símbolo de A Coruña, es un faro de origen romano que lleva más de 2.000 años en la ciudad, su exterior tiene un origen mucho más reciente y menos conocido.

Cuando uno alza la vista hacia el imponente faro, lo que se ve no es lo que construyeron los romanos, sino el fruto de una reforma de finales del siglo XVIII liderada por el ingeniero militar Eustaquio Giannini.

Ana Santorun, directora de la Torre de Hércules, explica que esta obra de 1789 fue de gran importancia por dos motivos.

El primero de ellos es que esta intervención permitió que el faro "llegara hasta nuestros días". El valor excepcional de la actuación fue uno de los puntos que se tuvieron en cuenta cuando, en el 2009, la Torre fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.

"La reforma del XVIII fue una intervención arquitectónica ejemplar en un monumento de la antigüedad, que se ejecutó con criterios que hoy podemos considerar modernos, desde la utilización de un asesoramiento histórico, que realizó Joseph Cornide —quien da nombre al Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses—, hasta la colocación de elementos de piedra que marcan dónde se realizaron las intervenciones", resume la directora.

En este sentido, la reforma permitió mantener la autenticidad de la torre respetando su integridad.

Turistas en la Torre de Hércules.

Turistas en la Torre de Hércules. Carmen G. Mariñas

Por otra parte, recuperar la edificación del faro permitió el desarrollo de la zona. Esta restauración formaba parte de un proyecto mayor iniciado bajo el reinado de Carlos III que concebía A Coruña como puerto comercial.

"La restauración de la Torre respondía a la voluntad de restablecer la ayuda a la navegación en la zona, pero también existía conciencia de la importancia de la construcción y, por lo tanto, se valoraba su naturaleza como testigo de épocas pasadas", añade Santorun.

El resultado de esta reforma es la Torre de Hércules que conocemos hoy en día. De estilo neoclásico y que imita el original —por eso cuenta con ventanas aparentemente cegadas—, tras esta actuación el faro ganó algunos metros. Así, actualmente mide 57 metros, frente a los 38 metros romanos.

¿Quién fue Eustaquio Giannini? 431u31

Pese a su apellido italiano, este ingeniero militar era de origen extremeño, hijo de otro militar. Giannini estaba destinado en Ferrol como ingeniero hidráulico de la Armada y en 1804 fue trasladado al Río de la Plata.

Aunque no se sabe mucho de él, la directora de la Torre apunta a que "se dice que el primer levantamiento planimétrico de la ciudad de Buenos Aires se hizo bajo su dirección, como también el proyecto de mejora del puerto, que no se llevó a cabo sino un siglo después". Tras un periodo en Paraguay, Giannini moriría en Buenos Aires en 1814.

Vista de la sala Giannini en la Torre de Hércules.

Vista de la sala Giannini en la Torre de Hércules. Carmen G. Mariñas

En A Coruña, tal ha sido la relevancia de su obra que ahora la sala que antecede a las escaleras que llevan al balcón desde el que se puede observar A Coruña desde lo alto se llama Sala Giannini.

Además, el bicentenario de esta restauración en 1989 propició la posterior excavación arqueológica que se realizó en los años 90 y que se puede visitar hoy en día en el al monumento.

Un faro con un lenguaje propio 4wr5p

Otro aspecto poco conocido del faro que ilumina todas las noches A Coruña es que tiene su propio lenguaje. Con cuatro destellos de luz blanca y un recorrido de 20 segundos, esta es la señal identificativa de este faro.

La Torre de Hércules, en A Coruña, iluminada por la noche

La Torre de Hércules, en A Coruña, iluminada por la noche Óscar Blanco

Antes de llegar a este punto, la iluminación de la Torre pasó por muchas etapas.

En sus orígenes, en el periodo romano, se desconoce exactamente cómo era el sistema de iluminación, aunque se cree que se pudo utilizar algún tipo de aceite.

Ana Santorun explica al respecto que "hay que tener en cuenta que para imaginar el faro antiguo hay que evitar la contaminación que tiene nuestra mente con el concepto que manejamos actualmente y que consiste en pensar que el faro debe funcionar las 24 horas del día y todos los días. En la antigüedad no se navegaba todo el año".

En la excavación arqueológica que se puede visitar se encuentra una pieza donde se colocaría esa lámpara de aceite.

Antigua base de la lámpara de aceite de la Torre de Hércules.

Antigua base de la lámpara de aceite de la Torre de Hércules. Carmen G. Mariñas

Después de un periodo sin actividad, en el siglo XVI se recupera la función de faro que ya en el siglo XVII se iluminaba con tres lámparas de aceite en dos nuevas pequeñas torretas de piedra con faroles.

No es hasta la reforma de Giannini cuando se empieza a valorar la utilización de carbón. Una vez acabada la obra, Joseph Mendoza Ríos se encarga de obtener unos fanales giratorios que se instalan a comienzos del siglo XIX pero que daban una luz poco visible y contaban con cristales que estallaban por el calor.

En 1847 se instaló un aparato tipo Fresnel construido en París por la casa Letourmeau para lograr un alcance de 25 kilómetros. Esta nueva luz del faro de la Torre de Hércules emitía destellos de tres en tres minutos y se adaptó para funcionar con parafina o petróleo. En la actualidad, esta pieza se puede ver en el Muncyt de A Coruña.

Para la electrificación del faro hubo que esperar hasta 1927. La Torre de Hércules lleva algo menos de un siglo electrificada, pero suma ya 98 años iluminando con el faro fabricado por la casa Barbier Bernard y Turenne y que se mantiene en nuestros días.