Trono de Servitas

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Cofradías

Este es el único trono de la Semana Santa de Málaga que no tiene campana 1j4z

Lo puedes ver en una de las procesiones más especiales de la ciudad, impregnada en solemnidad y recogimiento cada Viernes Santo. 16h3u

Más información: Semana Santa de Málaga: estos son los mejores lugares para ver las procesiones este viernes 6z246g

Sebastián Jarillo
Publicada

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Si la Semana Santa de Málaga tiene algo que la hace única, hay un trono que destaca por encima del resto. Su singularidad: es el único que no utiliza campana. En su lugar, la Venerable Orden Tercera de Siervos de María Santísima de los Dolores, conocidos como los Servitas, emplea un timbre seco, cuya discreta sonoridad no rompe con el sobrecogedor silencio que envuelve a esta procesión.

Este es, además, el único trono que saca a la calle esta orden religiosa. Lo portan alrededor de un centenar de nazarenos, vestidos con túnicas y antifaces negros, sin capirote. Para formar parte de esta procesión es necesario realizar un noviciado de dos años y tener al menos 16 años.

Pero no es solo su sobriedad estética lo que la hace especial. La salida de los Servitas el Viernes Santo es una de las más solemnes y sobrecogedoras de toda la Semana Santa malagueña. No hay música que la acompañe; en su lugar, los hermanos y sus acompañantes recorren en silencio las calles del centro de Málaga rezando la corona dolorosa. Las luces de la ciudad se van apagando a su paso, dejando que la única iluminación sea la que emana de los cirios de tres mechas que guían el camino.

La expectación es máxima cuando llega la hora de la salida. A las 22:00 en punto, con la plaza de la iglesia de San Felipe Neri completamente en silencio, se oyen las campanas. Entonces, comienzan a salir los nazarenos.

Aunque no forma parte de la Agrupación de Cofradías de la Semana Santa de Málaga, sí es miembro honorífico. Esta corporación nazarena nació en Florencia en plena Edad Media y no llegó a Málaga hasta 1695, cuando se estableció en la parroquia de San Felipe Neri, actual sede canónica.

La devoción malagueña por esta imagen creció especialmente durante la epidemia de cólera del siglo XIX, aunque no fue hasta 1920 cuando la Virgen comenzó a salir en procesión cada año. La actual talla titular, una Dolorosa atribuida a Fernando Ortiz en el siglo XVII, fue la única que se salvó tras la quema de conventos. La anterior imagen, según algunos expertos, podría haber sido obra de Pedro de Mena.