Un joven se sienta solo en mitad de la calle.

Un joven se sienta solo en mitad de la calle. L. Rico EFE 6j73e

Salud

El estrés en el embarazo y los cuidados en la infancia podrían contribuir al aumento de la ansiedad en la adolescencia 3ib11

Un artículo de opinión en la revista 'Science' teoriza sobre el traspaso del estrés de madres a hijos durante la gestación. 664f1x

Más información: La España de los jóvenes infelices: por qué están mucho más tristes que sus padres con su misma edad 3r3832

I. Sánchez
Publicada

La ansiedad en jóvenes y adolescentes se encuentra en un momento de ascenso que parece no tener fin. A finales de 2024, el 38,8% de los menores en España entre 15 y 19 años tenía síntomas moderados. Para el 33,7% eran graves, según un análisis.

Se trata de más de un tercio de la población de esa edad y las cifras a nivel mundial son similares. Esto ha llevado a los expertos a preguntarse qué está ocurriendo y cómo proteger a los más jóvenes de la sombra del estrés y la ansiedad.

Este jueves, Mark A. Hanson, de la Universidad de Southampton (Inglaterra) y Peter D. Gluckman, catedrático de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) han publicado un artículo de opinión en Science en el que teorizan cómo influye en esta cuestión el estrés de la madre durante el embarazo.

La ansiedad o el estrés de la madre podrían hipersensibilizar al niño a estímulos desencadenantes que, en otro contexto, no provocarían respuestas tan intensas, teorizan. Se produciría, por tanto, un desajuste entre la respuesta emocional y el desafío real al que se enfrenta el adolescente.

En el texto, Hanson y Gluckman exploran también otros factores como la calidad del cuidado y las condiciones ambientales tempranas pueden influir en el desarrollo de las funciones ejecutivas y la regulación emocional en los niños.

Las condiciones ambientales en las primeras etapas de la vida, incluso antes de nacer, "pueden influir significativamente en el desarrollo cerebral de un niño". Sobre todo, en los sistemas responsables de la regulación emocional y la función ejecutiva, exponen en el texto.

Alberto Ortiz, psiquiatra del Hospital de Día Carlos III, perteneciente al Hospital Universitario La Paz (Madrid), explica a Science Media Center (SMC) España que los primeros años de vida son "cruciales" en el desarrollo emocional.

Si no hay vínculos de apego seguro y se producen fallos en el cuidado de un menor, "es más probable que aparezcan dificultades en las relaciones y sufrimiento psíquico en los años posteriores", señala.

Parte de la ansiedad en los adolescentes se puede explicar si durante los primeros años de su vida se han expuesto a señales ambientales interpretadas como indicadores de un mundo peligroso o estresante. "Sea cierto o no"

Todas estas señales tempranas pueden preparar a los niños ante la adversidad, pero si esas supuestas amenazas no ocurren, "las respuestas emocionales intensificadas pueden conducir a trastornos de ansiedad, especialmente en la adolescencia", advierten los autores.

La corteza prefrontal, indispensable en el control de la ansiedad, no completa su maduración hasta el final de la adolescencia. No obstante, sus bases y plasticidad son mayores en los primeros años de vida, desgranan Hanson y Gluckman.

Por lo tanto, continúan, las modificaciones tempranas en los más pequeños pueden afectar a la forma en que responden a situaciones estresantes posteriores, "haciendo que sea más o menos probable que se manifieste la resiliencia o la ansiedad".

De generación en generación 3d5h1i

Uno de los datos en los que Hanson y Gluckman sustentan su hipótesis es que la incidencia del estrés materno durante el embarazo supera el 40%, aproximadamente, en los países de ingresos altos. "Se ha demostrado que afecta a las funciones ejecutivas de los hijos", indican.

También han incluido en su teoría un posible efecto de transmisión del estrés de madre a hijo, afectando a varias generaciones, "a través de mecanismos que van más allá de la herencia genética".

Para ilustrarlo, ponen en ejemplo de niñas con niveles más altos de ansiedad. En estos casos, pueden sufrir más estrés cuando se queden embarazadas y esto, a su vez, podría causar efectos en sus propios hijos.

Luis Valero, catedrático de Psicología de la Universidad de Málaga (UMA), no ve clara esta teoría, dice a SMC España. Los menores aprenden lo que ven, por lo que puede haber mecanismos más directos y no necesariamente alteraciones neurológicas, para explicar ese aumento de la ansiedad.

La importancia de uno cuidado adecuado 151ar

Otro factor relacionado con el desarrollo de la ansiedad en adolescentes es la interacción entre el bebé y su cuidador, dicen. En los dos primeros años de vida este fenómeno está muy ligado al desarrollo de las funciones ejecutivas. Su mal estado favorece la ansiedad.

Actualmente, se usan cada vez más los dispositivos digitales en la crianza y el cuidado de los niños. Esta conducta puede "empeorar los efectos en el desarrollo temprano de las funciones ejecutivas, directamente o reduciendo el tiempo de interacción con los cuidadores".

La tecnología y los cambios sociales 664v5x

Los entornos sociales y tecnológicos se han vuelto cada vez más complicados. Incluso, puede que sean "más complejos que aquellos para los que los seres humanos han evolucionado", plantean Hanson y Gluckman en Science.

Este desajuste evolutivo aumenta la probabilidad de hipersensibilidad de los adolescentes ante los retos del entorno contemporáneo, proponen. Ya se ha visto que, aspectos como este, influyen en las enfermedades no transmisibles y podría ocurrir lo mismo con la ansiedad infantil y adolescente, agregan.

Además, estos cambios sociales han aumentado la exposición de los menores a las señales desencadenantes de ansiedad, dicen en el texto. Esto provoca que, conforme va creciendo, el niño experimente unos niveles altos de ansiedad que no se corresponden con los niveles reales de estrés.

Valero, de la UMA, cree más verosímil este fenómeno. "Es más explicable esa ansiedad en adolescentes por las condiciones sociales y culturales de cada momento". Ahora están más sometidos a más presión, lo que puede justificar el mayor desarrollo de este problema.

La tecnología, con el uso de móviles y tabletas, el a redes sociales, una exigencia educativa cada vez mayor, sumados a la sobreprotección excesiva a la que están expuestos. Ese es el caldo de cultivo que no estaba presente hace treinta años y "menos aún en los años 50", defiende ante SMC.

Lo que tienen claro los autores es que se debe poner el foco en la prevención. "Se necesitan intervenciones adecuadas para ayudar a quienes ya están afectados, pero los enfoques preventivos también son cruciales".

Lobo, psiquiatra del Hospital La Paz, expone a SMC que esto requiere entornos sociales de igualdad, con los recursos socioeconómicos y comunitarios necesarios, viviendas dignas, a una escolarización inclusiva y "madres y padres con tiempo suficiente para cuidar y acompañar".